Entrevista a Jill Lane (2007)

Diana Taylor: Muchas gracias por venir a hablar con nosotros. ¿Puedes decirnos un poco sobre ti?

Jill Lane: Tengo un Master en Historia del Teatro de Brown University y luego hice un Doctorado en Estudios de Performance en NYU [New York University]. Esa es mi formación intelectual.

Diana: Dime, ¿cómo definirías los estudios de performance?

Jill: Esa es la pregunta del millón de dólares, especialmente para quienes tenemos un doctorado en el tema. La respuesta más honesta, para mí, sería que son una estrategia. Una estrategia para desarrollar trabajo interdisciplinario o postdisciplinario sobre cuestiones de cultura corporalizada. Y creo que lo que quiero decir con eso, o la razón por la cual respondo de esa manera, es que no los veo [a los estudios de performance] como una disciplina en sí misma, o, si han de ser una disciplina, es una que posee una relación irónica o crítica con la disciplinaridad, y que los estudios de performance nos permiten pensar cómo sabemos lo que sabemos, sobre el cuerpo, el teatro, la danza, sobre la expresividad del cuerpo en diferentes contextos, y, más que proveer todas las respuestas, es una estrategia para formular diferentes preguntas, siempre posponiendo una respuesta final. Y por eso es que digo que no es… que yo nunca los he percibido como una disciplina y asumo que las disciplinas a menudo hacen eso.



Diana: ¿Puedes decirme de qué maneras los estudios de performance como enfoque o como objeto han sido claves en tu propio trabajo?

Jill: Han sido absolutamente claves; es la materia que he estudiado, pero debido a que vine a los estudios de performance desde el teatro, para mí, los estudios de performance abrieron una serie de metodologías para situar al teatro en muchos otros contextos. Es un modo de preguntar cómo se relaciona el teatro a sus contextos políticos y sociales—así es como originalmente llegué a los estudios de performance—porque estas eran las preguntas que me estaba haciendo en ese momento en los estudios teatrales. Entonces habiendo llegado a los estudios de performance, se han tornado en una estrategia, me han dado un contexto para trabajar en un nivel mucho más profundo y complejo las relaciones entre el teatro y las identidades políticas y sociales. Y eso ha influido en el trabajo que he desarrollado sobre el siglo XIX en Cuba en relación a la raza y al anti-colonialismo, hasta algunas investigaciones que he realizado sobre activismo contemporáneo en el contexto de la globalización. Me ha provisto de métodos que pueden atravesar ese espectro.

Diana: ¿Cómo piensas a los estudios de performance en relación con, por ejemplo, la raza?

Jill: Creo que los estudios de performance nos permiten pensar sobre la construcción de la raza en sí. No es la única disciplina que provee estrategias para pensar sobre ello, pero creo que, si pensamos en la raza como producida a través de un proceso de racialización, la racialización se da siempre a través de prácticas en torno y en relación al cuerpo. En ese sentido, creo que los estudios de performance tienen mucho que aportar a las conversaciones en curso sobre teoría crítica de la raza, porque en vez de que hablar del cuerpo en abstracto, los estudios de performance nos permiten mirar al cuerpo en detalle, y en forma realmente analítica los contextos específicos en los cuales la raza es "performada", practicada, negada, confirmada, etcétera. Así es que creo que tiene el potencial—y de hecho ya participa en esas conversaciones—que también están sucediendo en estudios étnicos y en la teoría crítica de la raza en estos momentos. Y me parece que los estudios de performance tienen un rol aún mayor que jugar ahí.

Diana: Bien, muchas gracias. Gracias.

Jill: De nada.

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