Space, Place, and Mapping ILA387 Spring 2016

Yi-Fu Tuan, "Introduction" and "Experiential Perspective" from Space and Place (Ana)

El objetivo de Yi-Fu Tuan es entender cómo los seres humanos experimentamos y entendemos el mundo, en otras palabras de qué maneras las personas asignan significados y organizan el espacio y el lugar. Para Yi-Fu Tuan, el espacio se asocia a lo amplio y lo abierto, así como a la percepción abstracta, al movimiento y a la ubicación relativa, por ejemplo las nociones de distancia. El lugar se percibe como una pausa en el espacio, como un objeto con valor concreto. Por medio de la distinción entre estos dos conceptos, Yi-Fu Tuan explica las distintas maneras de experimentar el espacio y cómo los sentidos sensoriales participan en este proceso. Para el autor, la experimentación del espacio es una facultad humana que si bien es mediada por la cultura no depende enteramente de ella. En ese sentido, para Yi-Fu Tuan los humanos estamos dotados de rasgos, disposiciones o capacidades que trascienden la cultura. Estos rasgos son capacidades biológicas, por ejemplo la postura del cuerpo humano y su disposición en el espacio inciden en el proceso de percepción.  
  Yi-Fu Tuan explica que el espacio y el lugar se perciben por medio de la experiencia. Este proceso consiste en las distintas maneras en que los humanos nos vinculamos con el mundo externo,  aprendemos de ello y construimos la realidad. La experiencia está compuesta por emociones y pensamiento. Por un lado, las emociones se articulan de manera compleja con las percepciones de los órganos sensoriales y se relacionan a sensaciones específicas. Los sentidos trabajan en conjunto durante la experiencia y permiten a los humanos tener emociones ligadas al espacio y lugar. En particular los órganos sensoriales involucrados en la experiencia son la cinestesia (sensaciones relacionadas a la posición y movimiento del cuerpo), la vista y el tacto. La vista provee una perspectiva espacial en tres dimensiones. El tacto participa a través de la manipulación de la forma y tamaño. El resto de los sentidos enriquecen nuestra percepción. Por ejemplo, el olor sugiere masa, volumen y distancia. Igualmente, el mundo de los sonidos está estructurado espacialmente, pero no con la misma agudeza que lo visual. Este puede indicar dirección, volumen o tamaño. Del mismo modo, el sonido dramatiza o le da carácter a la experiencia espacial, por ejemplo la manera en que hablamos, si es bajo-íntimo - o alto depende de cómo percibimos el espacio.
Por otro lado, la manera en que se percibe el espacio está relacionada con cómo extrapolamos el conocimiento que tenemos durante la experiencia. Por ejemplo,  la sensación de vastedad del océano está influenciada por el conocimiento previo de su extensión. La experiencia a su vez puede ser directa e íntima o puede ser mediada por símbolos. La primera se refiere a la que se construye por medio de la experiencia sensorial directa. La segunda trata de los símbolos como los mapas que producen otro tipo de experiencia sobre el espacio.
            Yi-Fu Tuan hace una importante contribución en la distinción del espacio y lugar como dos conceptos distintos pero interrelacionados. Igualmente, profundiza en el proceso de percepción y en el papel de los sentidos, las emociones y el pensamiento como procesos que ocurren de manera simultánea en los humanos independientemente del origen cultural. Sin embargo, enfatiza el proceso de la experiencia en seres humanos que poseen todos los sentidos. En ese sentido hubiera sido interesante una explicación sobre cómo las personas que no cuentan de manera óptima con todos los órganos sensoriales construyen la percepción y si los conceptos de espacio y lugar en estos casos se entienden de la misma manera.
 
“Experience is compounded of feeling and thought. Human feeling is not a succession of discrete sensations; rather memory and anticipation are able to wield sensory impacts into a shifting stream of experience so that we may speak of a life of feeling as we do of a life of thought. It is a common tendency to regard feeling and thought as opposed, the one registering subjective states, the other reporting on objective reality. In fact, they lie near the two ends of an experiential continuum, and both are ways of knowing.” (10)
 

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