Space, Place, and Mapping ILA387 Spring 2016

Barbara Mundy, “Forgetting Tenochtitlan” from The Death of Aztec Tenochtitlan, the Life of Mexico City 3/3 (Judith)

Barbara Mundy, “Forgetting Tenochtitlan”: 
 
El acercamiento que hace Barbara Mundy acerca de la ciudad de Tenochtitlan en este capítulo (como en la mayoría) es a através de la representación de la ciudad por medio de mapas, tales los casos del Mass of Saint Gregory —un trabajo plumario de la segunda mitad del siglo XVI—, y de la Rethorica chistiana. La aproximación que hace a estas fuentes coloniales es a través del análisis del espacio: “simetría rígida de la composición”, lo llama ella. Analiza el orden que se presenta en las interpretaciones del espacio y sus contradicciones en los espacios de la vida real, en un intento por borrar o hacer que la ciudad antigua fuera olvidada por sus pobladores. Esto implicaba no sólo la estructuración del espacio material, de lo tangible que fue destruido desde el primer momento en un intento por borrar todo rastro de la cultura, sino de aquello intangible como la memoria, que se pensaba podía desvanecerse a través de nuevas prácticas religiosas, culturales y sociales.
            A través del texto y del diálogo con Mundy (facilitado por la profesora McDonough), logramos profundizar en el uso que hace la autora de las imágenes y los objetos para armar el archivo visual que sirve para construir argumentos sólidos acerca de la continuidad en las prácticas, argumento por el que rechaza esta idea del olvido de Tenochtitlan. Más adelante, en el capítulo final, podremos avizorar el guiño con el que cierra este libro: el de sostener que aún con todos los planes utópicos y fácticos, a la luz de los siglos, podemos hallar que las comunidades urbanas siguen ligadas al pasado. Al menos eso percibimos a través de la narrativa vibrante que hace de los espacios contemporáneos y de la cultura pipular, quizá como una de las mayores contribuciones de este libro. Según la autora, hay un rasgo relevante de la cultura popular que es necesario considerar para hallar las pistas y reminiscencias del pasado, y esto es lo que nos da las pistas de la continuidad.
            El capítulo del que hablamos en este comentario se centra en los franciscanos y en su proyecto de ciudad, en su fascinación por la representación podesora del espacio que ellos estaban construyendo en el s. XV, apoyados por la elite indígena. En un intento por asemejar Tenochtitlan a la vieja Roma, nutren sus ideales utópicos de espacio. Para sostener tales argumentos, Mundy recurre a las 3 esferas de intersección del espacio de Lefevebre: representaciones, ambientes construidos y expeiencia práctica de la acción; conceptos lefevrianos que son un hilo conductor en todo el libro.
            La autora desea investigar las formas en que los franciscanos, a través de la mnemotécnia, intentaban rehacer la ciudad para lograr que los habitantes olvidaran su pasado, quizá una de las utopías franciscanas, como la misma autora las llama. A pesar de esas técnicas y el reordenamiento obsesivo del espacio, Mundy une los tiestos a través de los cuales podemos reconstruir la vasija completa del pasado y las formas en que es avivado a través de las prácticas cotidianas en el espacio vivo, en lo que otorga continuidad. Podemos considerar que este apasionamiento de Mundy por lo vivo también corresponde a un gesto de dignificar las culturas indígenas contemporáneas y su reconocimiento ante el discurso que las niega.
Su forma de narrar es lo que cautiva, porque lo hace desde aquel espectador que recorre y se inserta en la cultura, así que cuando aborda los espacios de aquel siglo XVI, no sólo los podemos articular desde los conceptos lefebvrianos las nuevas representaciones del espacio, sino a través de las ricas descripciones tendemos los puentes con los espacios rituales donde aún se llevaban a cabo las ceremonias, y donde, en algunos casos, permanecen.
Es importante cómo urga en los hechos históricos para hallar los vacíos de poder resultado de la partida de Cortés a Honduras, hecho que fue aprovechado por los franciscanos para las nuevas estructuras que construyeron en los espacios. Algunas fueron las que correspondieron a espacios de gran importancia como el aviario y jardín de Moctezuma, donde erigieron el convento; mientras que otras se relacionaron con uno de los ejes centrales de la arquitectura mexica y su relación con el agua, ya que ésta fue crucial en la historia de la conquista, para la comunidad dentro de la ciudad de Tenochtitlan, como uno de las tácticas de guerra usada en el sitio de la ciudad.
            Mundy trae al personaje de Gante en este capítulo para mostrar que aún las fuertes concepciones de resignificar el espacio y abonar en el olvido de una ciudad (al parecer según la propia experiencia del personaje, quien después de años de no hablar su lengua materna, él mismo confiesa en una carta que la ha perdido), no es posible poner la ciudad en una nueva trayectoria. Ésta había sido la utopía que debía obtenerse a través de San francisco y el proyecto franciscano de resignificación del espacio. Él creía que podía desconectar a los indígenas de su pasado “pagano”, por eso llevó a los niños de la elite indígenas a las escuelas, sin considerar que éstos niños educados podrían en el futuro proveernos de todos los textos por medio de los que hallamos las pistas y reminiscencias de un pasado indígena.
 
Cita: “(...) we can see that Gante´s concern with memory and forgetting was not singular, as other franciscans also wrote about how their evangelizations efforts would cause indigenous people to “forget” their old practices. In place of theses memories of idolatry, Franciscan evangelizers would retrain the native memory  to (blurred word) Christina doctrine, using carefully constructed mnemotecnic techniques” (p. 119). 


Judith Santopietro

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