Alma Guajira : 1927

No. 3

Ch.-Quien sabe venga después, al guateque.
L.-¡Al guateque! ¡Qué va, muchacha! ¡Con lo que papito le dijo!... Más vale que no venga. Puede tener una cuestión con papito. ¡Ay, Charo! ¡Tú no sabes qué desgrasia es que una quiera y no puea querer!
Ch.-Si te quiere, vendrá, boba; no entrará; pero podrás hablar ahí fuera, atrás o la casa, mientras la gente se divierte.
L.-Más vale que no venga, puede tener una cuestión con papito_ (suspira). ¡Ay Charo! tú no sabes qué desgrasia es que una quiera y no pueda querer.
Ch. (consolándola).-Todo se arreglará, boba; al fin a Dn. Lico se le pasará la bravesa. Esta noche olvida esas cosas y diviértete, que es tu santo.
L.--(llorando)--¡Divertirme. . Si pudiera, sí, pero no puedo: cada vez que pienso en que hoy, un día que pensaba pasarlo tan alegre, lo voy a pasar peor que nunca. . . en que el pobre Florensio no podrá venir.
Ch.-Vamos Lola, no seas niña: mañana o pasado, en cuanto a Dn. Lico· se le pase el incomodo y comprenda lo que se quieren Florensio y tú, ya verás cómo no pone obstáculo a las relasiones.
L.  (más serena) --¡La Virgen de la Caridad del Cobre quiera que adivines!
Ch.-Así ha de ser: Florensio tiene sus locuras, pero no es malo, y si te quiere ...
L. (con entusiasmo)—iSi me quiere!... Mira: cuando papá le dijo tantas cosas, se le saltaron las lágrimas (en­ ternecida) ¡pobrecito! me partió el alma verlo llorar.
Ch.-Vamos, no llores tú  ahora· otra  vez (animándola regocijada).  ¡A divertirse y a estar alegre!  Hoy no puede haber tristeza en esta casa.
ESCENA II
(Dichos y Juan Antonio pta. izquierda)
J.  A.  (entrando)-- Quién hay triste por aquí? Hoy en esta casa no hay sino alegría. (Lola se seca las lágrimas. J. A. lo advierte y la increpa entre molesto y dolido.
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 J. A.—Qué llanto es ese…fata! Lloriquean ei santo día como un idiota. . . ¡Hombre! to el mundo va a divertirse y tú, el día de tu santo, estás llora que te llora...
L.—Déjame! además, yo no estaba llorando.
J. A.--Sí, estabas llorando: desde ayer andas escondía por los rincones largando lágrimas como si te hubiera pasao una desgrasia.
L.-Ya lo creo: pa ti es na... ;Qué te importa a ti lo que yo sufra; Tú también estás en contra mío.
J. A. (se le acerca con cariño).-¡Qué sensilla eres! ...¡Yo qué voy a estar en contra tuya! ¡Es que no merese Ia pena que te aflijas tanto...  Tú sabes que yo soy amigo de Florensio y que llevo gusto en esas relasiones; papá, en cuanto se le pase la calentura, tú verás cómo las consiente. iNo es verdad, Charo!
Ch. Seguro, es lo que yo digo.
L. (tratando de disimular, turbada).-Si no es por na de eso que tú piensa¡:¡; si yo no me acuerdo pa na de Florensio ni de San Florensio; es que... no pueo estar contenta, sin saber porqué rasón…
J. A.-No me lo niegues: yo sé lo que pasó con papá y Florensio; pero no te apures (acariciándola)  no te pongas así; peor estoy yo (mira significativamente a Charo que se hace la desentendida), que quiero y no me quieren. Yo padesco más que tú. (Charo, para disimular, mira al campo pta. lateral izquierda) ¡No es verdad, Charito!
Ch. (fingiendo_ no haber oído. –¿el que?
J. A.-Lo que yo le estaba disiendo a Lola: que yo padesco más que ella, porque quiero y me despresian.
Ch.-¡Ah!...  No sé.
J.  A.-Tú lo sabes mejor que nadie (a Lola)...  Anda, sécate los ojos y ve p' allá adentro a que le ayudes a mamita, que está muy ocupá. . . Anda (L. sale pta. derecha.)
ESCENA III
(Charo Y J. Antonio. Dña. Fermina fuera)
J. A. (se acerca a Ch.)—Oye, Charo.
Ch. (desdeñosa) – Qué?
 

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