No. 26
y se la seca con el dorso de la mano, haciendo un gesto de rabia y. vergüenza).
Ch. (le pone cariñosamente la mano en la cabeza).—No llores, Juan Antonio, no seas fato; mira, ya me has hecho llorar a mí también (se seca una lágrima).
J. A. (con voz velada).—Soy un desgrasiao, Charo un desgrasiao (hay una pausa, durante la cual los dos permanecen en la misma posición; se oye la voz de Zaragoza, fuera).
ESCENA V
(Dichos, Zaragoza fuera).
Z. (fuera, llamando) .—Juan Antonio, ven pa ca fuera un momento, quiero hablar contigo. (Al oir la voz, Charo se separa rápidamente de J. A., éste se incorpora).
Z. (id.).—¿Qué hay? ... ¿No quieres salir
J. A. (disponiéndose a ir hada la puerta.—Voy.
Ch. (sujetándle).—No, Juan Antonio ... no.
J. A.—Déjame.
Ch. (en voz baja y suplicante).--No, no vayas; acuérdate de lo que me has jurao.
Z. (con acento de rabia y desafío).— ¡Qué! ¿tienes mieo? … Iré yo a sacarte (llega hasta el diutel, queda petrificado al ver a Ch. quien delante de J. A., le impide el paso, suplicándole en voz baja).
J. A. (tratando de desasirse de Ch.)—¡Déjame, Charo! ¡Déjame!
Ch.—¡No! (a Z.) Vete, Daniel... Vete... El no va a peliar contigo.
Z. (estallando en rabia).—¡Cállate!... ¡Aquí... con él... (avanza sobre el grupo que forman Ch. y J. A.) extendidas en ademán de detenerlo).—Daniel ... Daniel ... Por Dios! ...
Z. (rechazándola brutalmente.)—¡Quítate! ... desgraciada ... tenía razón ese (señalando a J. A.)
Ch. (pretendiendo abrazarse a él).—No, Daniel, no: yo te juro ...
J. A.—Saragosa; como hombre te juro que ella ...
Z. (rechazando violentamente a Ch. que va a quedar como aplastada con las manos extendidas y el gesto desolado. junto a la pared).—¡Apártate!... ¡canalla! (a J. A. ) Defiéndela… defiendela... (transicion) y yo que iba pelear por ella… ¡ja ¡ja! ja¡! No tenga miedo liaremos... ¡Quédatela ¡quédatela! (termina con un gesto de rabia y desprecio hacia Ch. y se dispone a salir
J. A. (adelantándose para detenerlo).—Saragosa…
Z. (se vuelve con aire burlón y desafiador).—¿Qué?
J. A.—Que no es verdá lo que dises, que Ch. no merese…
Z.—Ja... ja... ja...
Ch. (adelantándose con serena decisión).—Que se vaya, Juan Antonio, que se vaya. (Z. aquella actitud queda cortado).
Ch. (a Z.)—¡Vete! ... ¡Vete! ... y hate el cargo de que no me has conosío. . . ¡Vete!
J. A.—Yo quiero que sepa ...
Z. (va a decir algo; pero Ch. lo calla con un ademán.)
Ch.—No, no ... que no sepa na (imperativa a Z.) ¡Váyase!
Z. (después de revolverse como sin saber qué debe hacer).—Me voy ... ¡pa no volver a verte nunca! (sale pta. Foro.)
ESCENA VI
Los mismos (se ha hecho noche cerrada).
J. A. (se detiene frente a Ch.)—Charo ... ¡Yo tengo la culpa de tó!
Ch. (le interrumpe con un ges Lo).—No, estaba de Dios …
J. A. (sigue paseándose, denotando en sus gestos una gran pesadumbre. De repente, Ch. se levanta, se enjuga el llanto, se alisa el pelo y coge la manta).
Ch. ¡Me voy!
J. A. (se detiene).—¿Te vas ...aonde?
Ch.—No sé..
J. A.—¿Pa es casa de Alejo?
Ch. (duda un instante). No, me voy lejos de aquí... pa onde Dios y mi Destino quieran…(va a salir, J.A. trata de detenerla, cogiéndola una mano; Charo lo mira fría altiva. J.A. retrocede). ¡Adíos! (sale pta. foro)
J. A. (de pie en medio de la escena, queda un momento como anonadado; después sale corriendo y llamando, pta foro).—¡Charo! … ¡Charo!...