No. 21
pueblo; que está la gente apretá.
S.—Pues con ella aquí va a ver un disgusto. . . Con lo que ha pasao y ahora con Saragosa... Tú sabes que Juan Antonio es muy cheche, que la priva de guapo.
G. (encogiéndose de hombros.—Bah, no haso ná (transición). Bueno; me voy, que ahorita se me hase de noche y tengo que llevarle el caballo a mi muchacho el mayor, que tiene que irme a buscar unos puercos hasta Playa e Luna (coge las alforjas, sale con ellas, suponiéndose que las pone en el caballo, y vuelve enseguida). Hombre, por ay, por el camino viene Juan Antonio... Dáme el papel de la cuenta que me voy... anda.
S. (dándole el papel)—Toma: son cuatro y medio.
G. (mirando e] papel)—¡Al fin me pusiste el tasajo a dos reales fuertes! Bueno, me voy; hasta mañana. (Sale puerta foro).
ESCENA II
(Sánchez, Amalia (dentro) a poco J. A. puerta foro).
S. (arregla la botellería, llama hacia izquierda)—Amalia.
A. (desde dentro).—¿Eh...
S.—Caliéntame un buche de café y tráimelo.
A. (id.)—Está bien.
J. A. (entra puerta foro, trae espuelas y machete)—Buenas.
S.—Buenas, Juan Antonio. ¿Qué tal?
J. A.—Ahí regular... ¿Y tú y la familia?
S.—Buenos. ¿Y el viejo?. . . ¿Lo has ido á ver?
J. A.—Sí, ayer estuve a verlo; está un poco matungo; pero más bien es de verse enserrao ... nunca se ha visto así.
.S—Es verdad; pero él sale bien; saldiá pronto.
J. A.—A ver si con el favor de Dios ... (se acerca a la cantina).--¿Tienes grasiosa? ... dame una.
S.—No, se me acabaron.
J. A.—Dáme entonces un poco agua.
S. (llena un vaso de agua y lo da a J. A.—Ahora va a traer Amalia un poco e café, espérate y lo tomas (llamando) Amalia. . . Amalia ...
A. (dentro)—Voy.
S.—Tráite una tasa más pa Juan Antonio.
A. (dentro)—Sí, está bien, ya voy.
J. A. (señalando a los faroles que estarán colgados del techo)—Sánchez, ¿cuánto vale un farol desos?
S. (después de mirar también a los faroles).—Uno desos te cuesta veinte riales.
J. A.—Está caro.
S. (baja con ayuda de un palo uno de los faroles)-¡Qt1é va estar caro1: mira la clase e farol! qués. . . esto dura.
J. A. (en tono de broma)—Hasta que se rompe... Te voy a dar diesiocho riales.
J. A. (con el farol en la mano—Desiocho riales. . . no vamos a peliar por veintisinco sentavos.
S. (convencido).—Bueno: partiremos la diferencia: llévalo en desinueve riales. (J. A. pone a un lado el farol, aceptado el precio.
ESCENA III
(Los mismos, Amalia puerta izquierda con el café).
A. (entrado)—Vaya, Gumersindo (da una taza a su marido.)—Buenas tardes (a J. A., dándole la otra taza), ¿cómo están por allá?
J. A. (toma el café y devuelve la taza).—Tos regular, grasias... Papá un poco acobardao, Lola a ca rato con ataque y mamita hecha un mar de llanto a toas horas.
A. (coge de manos de su marido la otra taza.)—Ave María Purísima! (suspira).
S.—Toas son desgracias; pero Dios aprieta pero no ahoga: Dn. Lico saldrá bien.
J. A.—¡Dios lo quiera!
S. (convencido.—Antes de dos meses lo tenemos otra ves en "El Jobo''... 'l'o el mundo sabe que él es un hombre de bien ... ¡Una mala hora la tiene cualquiera!
J. A.—De salir, tiene que salir; ahora que p 'al Jobo no