Claire Colebrook - "Posthuman Humanities" en Death of the Posthuman: Essays on Extinction, Vol. 1
1 2023-06-19T07:09:34-07:00 Alberto Tagle 39277dc1900e1238e2544a607393307d200d1d49 42648 1 plain 2023-06-19T07:09:34-07:00 Alberto Tagle 39277dc1900e1238e2544a607393307d200d1d49This page has tags:
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3. Siempre fuimos posthumanos
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Encaminarse en una línea de pensamiento que busque entrever una visión posthumana de las autorías escriturales tiene, por necesidad, que complejizar su mirada más allá de los horizontes de la subjetividad exclusivamente humana. Rosi Braidotti entiende que la coyuntura en la que se presenta lo posthumano como:
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La concepción universalizante de un escritor genial e individuado es sólo una función-autor que corresponde a una caracterización que es rastreable genealógicamente y, por lo tanto, susceptible de alteraciones con el paso del tiempo. La autoría constreñida a lo humano es aquí entendida como una convención normativa con pretensiones de regulación y reglamentación. Esta humanidad –más allá de cualesquiera que sea las formas que históricamente ha tomado, todas comprenden al hombre como el centro de su pensamiento– es caracterizada por Tony Davies como: "Humanity, the humanistic “Man” (always singular, always in the present tense), inhabits not a time or a palce but a condition, timelss and unlocalised (32)". Siguiendo la estela de Braidotti, una configuración de la subjetividad posthumana –a la cual entiende heredera, en cierta medida, del posestructuralismo, de los feminismos y del pensamiento decolonial– pasa por situarnos fuera de las barreras de un Humano abstracto: el sujeto posthumano, así como su epistemología, están situados, encarnados, sexualizados, afectivizados, empatizados y mediados material, objetual y técnicamente. ¿Cómo comprender, entonces, las reconfiguraciones de la autoría en esta demarcación?
Posturas respecto sobre lo posthumano que han sido tachadas por la propia Braidotti o por Sidney I. Dobrin de acríticas se anclan de un modo tecnofílico en las posibilidades de intervención biotecnológicas Claro ejemplo de esto son los puntos de definición que Caleb Olvera Romero con los cuales constriñe lo posthumano, casi por completo, al amalgamiento del humano con la máquina y su posterior indefinición. Por ejemplo, Olvera ciffra las características de lo posthumano en las siguientes claves:
Estas perspectivas que apenas si asoman la mirada hacia las condiciones negativas de la condición posthumana -como lo es el reconocimiento de que al avance tecnológico que nos ha conducido a una imbricación tan profunda con los objetos ténicos es posible sólo a través de una explotación desmedida de combustibles, energías, naciones, razas, etc.- se encallan en lo que Katherine Hayles denomina como complacent posthumanism y resultan insuficientes para comprender la simbiótica relación de los agentes humanos con la tecnologia, los agentes-no humanos y su propia capacidad de agencia. En opinión de Braidotti, mirar sólo las posibilidades de un mejoramiento físico y genético es ignorar vastos posibles problemas como la implementación militar de drones (y de sus pilotos físicamente ausentes) en el asesinato de Gadafi o la recopilacioón y apropiación de material genético tanto humano como no-humano con fines estrictamente corporativos. Una perspectiva no antropocéntrica exige una ética posthumana crítica que tenga la capacidad de abordar la complejidad de los problemas de una realidad que circunscibre la importancia de la agencia de no-humano. Al respecto Braidotti considera que:- Cuestionar y generar esquemas de superación de lo humano.
- Establecer la distintición entre la especie y lo humano, dejando en claro que lo humano es un constructo histórico que de alguna manera está en correlación con lo orgánico
- Reflexionar sobre la posibilidad de poder decidir qué tiene o podría tener la máquina.
- Criticar la idea de identidad sustancial de lo humano, abriendo así la posibilidad de una identidad narrativa cambiante
- La superación de las limitantes físico intelectuales de lo humano por parte de la implementación organica [sic] de la tecnología, prótesis, trasplantes, injertos mecánicos, celulares, etc.
- La preocupación por la extinción de la raza humana por cuestiones econmómico ambientales
- Reflexión ontoexistencial sobre la condición de la máquina. La posibilidad de que la inteligencia artificial genere su propio sentido de la existencia (23).
Defino al sujeto crítico posthumano a través de una ecofilosofía de las pertenencias múltiple, como sujeto relacional determinado en la y por la multiplicidad, que quiere decir un sujeto en condiciones de operar sobre las diferencias pero también internamente diferenciado y, sin embargo, aún arraigado y responsable. La subjetividad posthumana expresa, por ende, una forma parcial de responsabilidad encarnada e integrada, basada en un fuerte sentimiento de la colectividad, articulada gracias a la relación y a la comunidad (64).
Por tanto, la condición necesariamente situada de lo posthumano posibilita distinguir nuestra propia condición relacional que se aleja de una comprensión ahistórica y abstraca de lo Humano. En ese sentido, esta tesis no tiene como pretensión dinamitar por completo el concepto de autoría literaria tradicionalista, sino más bien esclarecer la posibilidad de repensar la autoría desde unas claves que consideren lo colectivo, la relacionabilidad, lo procesual y cambiante, lo subalterno como puntos claves para la mejor comprensión de unas prácticas -así como de sus efectos- que son inaprehensibles desde una visión individuada de la autoría. Ina Betze, Lea Espinoza Harrido y Linda M. Hess, por ejemplo, consideran que cualquier escritura pensada desde un enclave posthumano que pondere el papel de los agentes no-humanos tiene que considerar aspectos como: primero, tener cuidado en que no se tome la voz de otros agentes no-humanos a través de pensar que la forma, capacidad y modos de agencia son equivalentes o traducibles a los de lo humanos y por lo tanto antropomorfizarlos y hablar por ellos en vez de intentar comprender cómo funcionan nuestras relaciones con ellos; segundo, considerar el papel preponderamente que tiene la agencia humana en la posiblidad de generar entornos donde se manifieste escrituras, escrituras que no deben centralizarse a ciertos intereses hegemónicos, sino en "dar apertura" a autorías subalternas; tercero, pensar que el aplanamiento ontológico también implica un aplanamiento agencial donde podría considerarse a los humanos como un agente más en fenómenos complejos como la crisis climática y facilitar una especie de evasión de responsabilidades. La primera advertencia es un punto fundamental de la crítica que hace Claire Colebrook sobre algunos posthumismos acrítocos en cuanto considera que:Such posthumanism are, as I have already suggested, ultimately ultra-humanism insofar as they atribute all the qualities once assigned to man - qualities such as mindfulness, connectedness, self-orfanizing dynamism- to some supposedly benevolent life in general that need to be saved from the death of merewly calculative systems.
La preocupación que establece Clorebrook es que un posthumanismo descuidado puede conducir a una disolución epistémica de lo humano. Dejar de pensar en los agentes no-humanos dentro de una lógica mecanicista cuasal puede derivar en otorgales propiedades, o de tratar de analizar las suyas, desde determinaciones que antes habían sido adjetivaciones exlusivas del comportamiento humano. En vez de descentrar lo humano se tornaría en un principio regidor que ya no estaría en el centro porque englobaría toda la existencia. De igual manera, considera que un posthumanismo sin el suficiente rigor para lograr desarticular las categorías de lo humano pueden funcionar como una especie de nihilismo nostálgico que enuncia desde la ausencia. Si ciertas formas de nihilismo se articulan bajo una suerte de discursividad metaléptica -en la medida en evocan siempre la figura de un dios ausente y muerto pero sin mencionarlo directamente, como si fuera imposible generar narraciones en donde ya no se tenga presente su ausencia- Clorebrook teme que al posthumanismo le suceda igual con el concepto de Hombre. Se vuelve necesario, en este sentido, comprender la forma en que dicha comprensión de lo humano antecede, atraviesa, soporta y/o enclava a todo tipo actividades, materialides y formas de conceptualziar: desde el sujeto de derecho hasta la idea de muerte clínica en medicina son pensables desde una visión sustancial de la humanidad y, por lo tanto, es necesario rearticularlas en orden de un encallar metalépticamente.
Un posthumanismo acrítco puede derivar en una completa antropomorfización de realidad total en aras de buscar comprenderlo todo desde una ontología relacional. Ser cuidadoso con los incidencias en la realidad que tienen las agencias de lo no-humano debe ser el primer paso para no entender a la agencia misma como un eje traductor de cualidades atribuidas al humano hacia todos los demás agentes. No se niega, por lo tanto, el papel central que toma el humano dentro de la conformación de las autorías, lo que se niega es su responsabildiad total y exlusiva, así como una condición de invariabilidad respecto de su propia humanidad.
En este sentido, es necesario considerar fundamental el papel de la simbiosis con la tecnología en la condición posthumana al grado de que influye en todas nuestras formas de percepción, adecuación y comportamiento de una realidad tecnificada y mediatizada; por eso Dobrin entiende que en los procesos de escritura "renders subjectivity inseparable from technology, thus rendering the writing subject indistinguishable from writing". Sin embargo, consideramos que la escritura siempre ha estado técnicamente mediada, Jorge Carrión argumenta que "Los procesos de escritura siempre han sido colaborativos, pero ahora lo son más que nunca". Argumentamos, por lo tanto que la autoría siempre ha sido colaborativa, pero que el entorno digital potencia a un grado superlativo dicha distribución de la autoría. Siempre hemos sido posthumanos, pero parece que cada vez lo somos más.