Space, Place, and Mapping ILA387 Spring 2016

LaDuke, Winnona. “Traditional Ecological Knowledge and Environmental Futures”

En este texto la autora entiende la tierra desde una perspectiva indígena. A partir de la cosmogonía de la nación Anishinaabeg, se propone que la tierra está compuesta por un colectivo de agentes humanos y no-humanos (el hombre y los animales, ríos, montanas, etc.). Para entender esta dinámica la autora especifica que la tierra no pertenece a la comunidad, sino que la comunidad pertenece a la tierra, lo cual implica una relación mucho más íntima. Así, la pertenencia a la tierra implica no solo la ofrenda sino un protocolo de respeto, reciprocidad y defensa que busca mantener un equilibrio entre el hombre y la tierra. Lo más importante de esta relación es su contenido político que se expresa a través de un activismo ecológico.
De acuerdo a este activismo las extracciones minerales y la explotación económica implica un genocidio de los agentes no humanos que habitan la tierra. Esta posición se opone a la ecología occidental que solo entiende a la tierra como un territorio geográfico. El principal aporte de este trabajo es resaltar las diferencias que existen entre el modo en que el pensamiento entiende la tierra y la concepción occidental (ya sea desde la economía neoliberal o las políticas estatales). Para la nación Anishinaabeg no existe una dicotomía entre cultura y naturaleza, entre humanos y no-humanos, sino que ambos establecen un continuo intercambio. Para mi este trabajo es importante ya que me permite establecer una comparación entre el modo de habitar el espacio en el mundo andino y las culturas native americans. En ambos casos se experimenta una relación política con la naturaleza o los agentes no humanos (las huacas, la tierra). Se trata, igualmente, de un modelo alternativo de entender el espacio, que se contrapone al orden hegemónico del colonialismo globalizado.

Esta es una cita para entender cómo la concepción indígena de la tierra ha sido subsumida por códigos occidentales:

The governance of this land by traditional ecological knowledge has been adversely affected by genocide, colonialism, and subsequent circumstances that need to be considered in the current dialogue on North American resource management, the role of the environmental movement, and indigenous people. The holocaust of America is unmatched on a world scale, and its aftermath caused the disruption necessary to unseat many of our indigenous economic and governmental systems 
 

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