MEDIOS Y ELECCIONES EN AMÉRICA LATINA 2013 - 2015

La cobertura periodística



La cobertura periodística de la campaña electoral y del proceso de votaciones del 15 de mayo se da en un marco de concentración de medios que limita la pluralidad de las líneas editoriales. Según los datos preliminares de un levantamiento realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el 98% de los medios electrónicos dominicanos están bajo el control privado, frente a un 2% restante distribuido entre el Estado y las iglesias.

En el sector privado los medios informativos más importantes están concentrados en pocas manos. Y el ejemplo más notable es el del empresario José Luis (Pepín) Corripio Estrada, quien posee dos canales de televisión con el 48% de la audiencia de noticias en todo el territorio nacional. En la prensa escrita, Corripio y su familia cuentan con cuatro de los ocho diarios impresos de mayor influencia y con el 55.4% de la lectoría auditada por agencias extranjeras.  El propio Pepín Corripio ha asegurado que el único de sus periódicos que le reporta beneficios monetarios es El Día.

Otro grupo mediático lo representan los empresarios Manuel Estrella y Félix García, dueños del diario El Caribe, el canal de televisión CDN 37, y dos emisoras de radio. En los últimos diez años Estrella ha sido uno de los principales contratistas del Gobierno para el área de la construcción de proyectos de infraestructura. Dentro de este esquema de concentración y baja rentabilidad de los medios informativos, los actores políticos con mayor capacidad de pagar publicidad o propaganda resultaron los más favorecidos en la cobertura de sus actividades. Así lo entienden el sociólogo Cándido Mercedes, y el periodista y catedrático de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) Adalberto Grullón, seguros de que en República Dominicana, en tiempos de contienda por el poder, las barreras entre propaganda y periodismo suelen derrumbarse. “Claro que influye la capacidad de colocar publicidad de los partidos en la cobertura informativa que reciben de los medios. Incluso, a partir de esa colocación existe lo que se denomina la autocensura. Imagínate un programa con los anuncios solo del Gobierno. Ese comunicador hará un esfuerzo, pero sus criticas serán veladas y solo muy fuerte, cuando es tan grande el error del Gobierno, que no podría quedarse callados, so pena de que a él mismo le dé vergüenza.  Conocemos ejemplos, en un canal de televisión”, dice Mercedes, prefiriendo reservarse el nombre del referido canal y del comunicador.
Para confirmar estas posiciones basta con observar las portadas de la prensa diaria un lunes cualquiera del último mes de campaña. Danilo Medina y Luis Abinader se repartían la mayor parte de los espacios asignados a la realidad política, mientras los candidatos presidenciales de oposición apenas aparecen.

La ventaja del candidato a la reelección presidencial se incrementaba sobre su principal contrincante y el resto de los candidatos cuando su figura aparecía encabezando un evento importante del Gobierno o en una de las tantas inauguraciones oficiales dejadas para el tramo final de la campaña. Tal fue el caso del recorrido de prueba que Medina hizo por la segunda línea del metro de Santo Domingo, una de las obras más costosas y atractivas de los últimos doce años de gestión del PLD. En la cobertura del acto la figura del candidato se confundió con la de funcionario público y así mismo salió reflejada en las portadas del día 6 de mayo de los periódicos Listín Diario, El Caribe y Diario Libre. En la portada de estos y otros periódicos la foto del presidente apareció de imagen principal o secundaria, sin ningún tipo de observación editorial a una práctica de campaña tipificada como uso de los recursos del Estado para beneficio proselitista.

La ventaja de cobertura del proyecto de reelección se ampliaba en esas ediciones porque en la parte interna de los medios aparecían informaciones sobre él u otro dirigente importante de su partido, pero en actividades abiertamente proselitistas. Es decir, una doble cobertura cuando al mismo tiempo solo aparecían reportes (menos extensos) de dos o tres de los demás proyectos presidenciales. La práctica editorial se repitió a lo largo de la campaña.

Un elemento que se suma a la estructura económica, legal y política que genera los niveles de inequidad en el acceso de las candidaturas a los medios de comunicación es el de los periodistas o comunicadores dedicados principalmente a la promoción y defensa del oficialismo o del principal partido de oposición. Según Adalberto Grullón, el problema está relacionado a que República Dominicana tiene “cientos de periodistas y ejecutivos de medios que también son asalariados del Gobierno”.

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