MEDIOS Y ELECCIONES EN AMÉRICA LATINA 2013 - 2015

Paraguay

Las elecciones de 2013 en Paraguay no fueron usuales. Estuvieron marcadas por el convulsionado ambiente político que se vivió luego de la destitución del Presidente Lugo, en junio de 2012. Juicio político para unos, golpe de Estado parlamentario para otros, lo que generó esta situación fue una inusual polarización de la sociedad que, si bien alimentó por primera vez en mucho tiempo un debate político ideológico, resultó en una pérdida de la calidad democrática. Muchas son las especulaciones sobre las razones reales que motivaron el juicio, pero lo evidente es que terminó desequilibrando irreparablemente la balanza electoral a favor del partido colorado y su vuelta al poder.

Contenido

    Por: Diego Segovia

    Las elecciones de 2013 en Paraguay no fueron usuales. Estuvieron marcadas por el convulsionado ambiente político que se vivió luego de la destitución del Presidente Lugo, en junio de 2012. Juicio político para unos, golpe de Estado parlamentario para otros, lo que generó esta situación fue una inusual polarización de la sociedad que, si bien alimentó por primera vez en mucho tiempo un debate político ideológico, resultó en una pérdida de la calidad democrática. Muchas son las especulaciones sobre las razones reales que motivaron el juicio, pero lo evidente es que terminó desequilibrando irreparablemente la balanza electoral a favor del partido colorado y su vuelta al poder.

    ¿Qué rol jugaron los medios de comunicación en este contexto? Esa es la pregunta que guía las reflexiones del presente artículo. Para poder abordar en profundidad esta cuestión, es necesario conocer el origen de los mismos, sus vínculos económicos y su historia reciente. Se hará pues, en primer lugar, una breve presentación de los medios más importantes del país y de la política de comunicación que ha venido practicando el Estado paraguayo. En segundo lugar, se hará un análisis de su comportamiento durante los últimos años, hasta las elecciones de abril de 2013. Se pueden distinguir, en este período tres momentos importantes: el gobierno de Lugo, el juicio-golpe y la campaña electoral. Por último, a la luz de las primeras políticas del nuevo gobierno y su relación con los medios, se tratará de aportar más elementos para comprender el rol que jugaron y jugarán los medios en la construcción del escenario político.

    Medios en Paraguay: entre el mercado y el partido


    La concentración de medios es una tendencia mundial que está implícita en la lógica de la economía capitalista, así como también la acentuación de sus vínculos con distintos sectores empresariales (Ramonet, 2007). Podemos en este campo distinguir una concentración vertical (en el rubro medios) y una horizontal (con empresas de otros sectores de la economía). Las circunstancias económicas y culturales de cada sociedad imprimen en cada caso, características particulares a este mismo proceso. No se ahondará aquí sobre la dinámica de concentración a nivel mundial, sobre lo que abunda bibliografía. Se tratará, sí, de distinguir las características particulares del caso paraguayo.

    Resabios de dictadura

    Los grupos empresariales que poseen los medios de comunicación más importantes del país tienen un patrón común: todos tuvieron vínculos cercanos con la dictadura stronista, que devastó económica y culturalmente al país durante 35 años, desde 1954 hasta 1989. De esto se pueden derivar dos cuestiones relacionadas: que en Paraguay el proceso de transición democrática tuvo un carácter más ilusorio que concreto, ya que el poder real lo siguieron detentando los herederos de Stroessner (Méndez, 2007); y, que la producción ideológica fascista del régimen ha sido fielmente continuada por los grandes medios privados de comunicación (Segovia, 2010; Sánchez, 2012).

    La dictadura basó su poder en la tríada partido, Estado, Fuerzas Armadas. Caído el dictador, partido y Estado siguen sosteniéndose, pero paulatinamente el sector empresarial gana terreno frente al poder militar y, parafraseando a Chomsky, los medios de comunicación van sustituyendo a la cachiporra. Artículos reconocidos internacionalmente por su racismo, por la anacrónica defensa de dictaduras del Plan Cóndor, por su discriminación clasista y su anti-latinoamericanismo, son los contenidos que, día a día, tienen mayor circulación en el país.

    La privatización absoluta

    Todos los medios tienen una postura ideológica. En democracia, ninguna debería ser censurada. No obstante, cuando las condiciones económicas de una sociedad permiten que solamente un sector ideológico (o una clase social) acceda a los medios de producción y difusión de la información, no hay ciudadanía posible.

    El nivel de concentración de los medios en Paraguay es uno de los mayores del mundo, así como también el de la riqueza y el de la tierra. La posibilidad de gestionar un medio masivo depende enteramente de los recursos económicos que uno posea, del atractivo comercial de su propuesta o de la filiación partidaria. Los únicos que pudieron consolidar medios de alcance nacional fueron empresarios que hoy figuran en la lista de los 165 multimillonarios del país, según la consultora Wealth X. Esta privatización absoluta trasciende lo meramente mediático y genera cierto tipo de relaciones e imaginarios. La gente demanda lo que los medios ofrecen y la sociedad produce lo que los medios demandan. La universidad forma, sobre todo, periodistas mercancía y los trabajadores de la comunicación, ante la inseguridad social, prefieren la autocensura a la libertad de expresión (SPP, 2010).

    La gente demanda lo que los medios ofrecen y la sociedad produce lo que los medios demandan.

    Esto es, en parte, una consecuencia del hecho que en Paraguay nunca hubo una política pública de comunicación, siempre fue privada o partidaria. Durante la dictadura el gobierno se dedicó a censurar y perseguir a la disidencia, además de repartir el espectro radioeléctrico entre sus secuaces. Durante el período posterior disminuyó la censura abierta, aunque siguió la repartija prebendaría y el remate del espectro al mejor postor. En estos sistemas, nunca quedó espacio para medios alternativos, ya sea por persecución o por falta de interés del sector empresarial en sostenerlos. No fue sino hasta 2008, con la asunción de Lugo que se empezó a promover el acceso de sectores tradicionalmente marginados, y se intervino decididamente mediante la creación y fortalecimiento de medios públicos. Luego del golpe, estos proyectos quedaron truncados y, de nuevo, la comunicación masiva se hace posible solamente dentro del sistema comercial o partidario.

    Si bien han crecido y se han multiplicado grupos y organizaciones que proponen medios independientes del poder económico, es aún pequeño el impacto real que los mismos tienen. Las radios comunitarias sufrieron persecuciones y limitaciones legales importantes en los últimos años, y los medios en la web están bastante atomizados y no logran disputar permanentemente la agenda política y cultural de los grandes medios. En las universidades comienzan a darse pasos hacia la formación de comunicadores y comunicadoras capaces de realizar un trabajo crítico, pero los mismos encuentran dificultades para insertarse en el mercado laboral.

    La construcción de la agenda

    Dos medios de comunicación definen la agenda política paraguaya. El resto se dedica a reproducir, profundizar y actualizar, aún en el mismo orden de prioridad, sus contenidos. Ellos son: el diario ABC Color y el diario Última Hora, ambos pertenecientes a dos de los mayores grupos empresariales del país. El primero, del grupo Zuccolillo, es el diario de mayor circulación y su poder se funda principalmente en los vínculos empresariales del grupo. El segundo, del grupo Vierci, además de estar ligado al poder de un fuerte conglomerado de empresas, es parte del mayor (y de más rápido crecimiento) holding de medios del país que incluye revistas, sitios web, radios y canales de televisión de aire.

    Los diarios marcan la agenda del día (en el caso de campañas pueden ser semanas). La radio actualiza y profundiza. La televisión se juega sobre todo a generar rating a través de contenidos sensacionalistas. Aún así, en sus contenidos políticos (un poco más relevantes en época de definiciones como las elecciones o un juicio político), se adhieren sin más a los intereses de los grupos empresariales. Internet es un campo en disputa, sin embargo, dados los costos de producción de la información y el acceso preferencial a las fuentes que tienen los grandes medios, son éstos mismos los que terminan erigiéndose en los referentes informativos más importantes.

    Oferta y demanda de justicia

    Termina cerrando el círculo de la omnipotencia mediático-empresarial la existencia de un Estado fallido en el que la justicia se rige por valores de oferta y demanda, no de mecanismos de sanción que puedan equilibrar los desordenes de la convivencia en el marco de un contrato social, sino la oferta de firmas y sellos a cambio de cuotas de dinero y poder.

    Los vínculos económicos de los medios de comunicación le garantizan una total impunidad en casos de difamación y calumnia. Ninguno de ellos tiene un ombudsman. El ciudadano común se encuentra completamente desprotegido ante ellos. Sus campañas contra todo tipo de pensamiento crítico o disidente no sólo significan violencia simbólica, sino que se pueden convertir en una forma de represión física (a raíz de ellas se ha, por ejemplo, desvinculado a personas de sus puestos de trabajo o, recientemente se ha dado una condena carcelaria a un escritor por supuesto plagio).

    Las leyes que regulan la comunicación han siempre sido favorables al sector empresarial, pero, aún más importante, el control efectivo de su cumplimiento cae con su peso sobre los medios de menor envergadura, mientras que los grandes gozan de absoluta libertad.

    Los medios en la historia reciente: la vuelta a la vieja política


    Es importante tener en cuenta este contexto para analizar el proceso electoral del 2013 y la participación de los medios de comunicación. Para comprender, en lo particular, el rol de los medios se requiere, sin embargo, algunos datos más de la historia política reciente, ya que el escenario de los comicios se fue construyendo paulatinamente, mediante campañas mediáticas que acompañaron o promovieron acontecimientos políticos de singular relevancia. Así, llegada la hora de las elecciones, los medios cumplieron regularmente el rol que la democracia formal les asigna, sin grandes novedades.

    En el cuadro siguiente se citan los sucesos políticos más importantes de los últimos cinco años, que desembocaron en una holgada victoria del partido colorado (ANR) en las últimas elecciones.

    Abr-08Fernando Lugo, aliado con el Partido Liberal y varios partidos progresistas, gana elecciones a la Presidencia después de 60 años de gobiernos colorados.
    Jul-08El Congreso Nacional es ocupado en absoluta mayoría por los sectores más conservadores y corruptos de la historia reciente.
    Ago-2008 a Jun- 2012Débil gobernabilidad por conflictos entre el Ejecutivo y el Parlamento. Hubo 23 intentos de juicio político al Presidente. Conflictos también dentro del Ejecutivo y con el sector empresarial y mediático por debilitamiento de alianza. Aún así, avanzan algo las políticas sociales y políticas públicas de comunicación (se crea el primer canal público de televisión).
    Ene-11Horacio Cartes, empresario con varios antecedentes judiciales, modifica gracias a su poder económico los estatutos del partido colorado (ANR) para candidatarse a la Presidencia en 2013, sin siquiera haber votado como ciudadano con anterioridad.
    Mar-12Magnate de la comunicación, Aldo Zuccolillo (Diario ABC Color), expresa públicamente su apoyo a candidatura de Horacio Cartes a la Presidencia. Vínculos de Cartes con el empresariado le garantizan apoyo mediático a la candidatura.
    Jun-12Desalojo de campesinos termina en matanza de 17 personas, en la peor crisis de la democracia desde 1989.
    Jun-12Vinculado a la matanza, en menos de 24 horas destituyen al Presidente Lugo, en un juicio político express. Muchos lo ven como un golpe parlamentario. Medios de comunicación juegan alevosamente a favor del juicio y siembran terror para que la ciudadanía no se manifieste. La Televisión Pública se convierte en un foco de resistencia ya que es el único medio que canaliza el descontento de una gran parte de la población.
    Jun-12Vicepresidente liberal asume la Presidencia y comienza una depuración ideológica dentro del Estado, despidiendo a más de 3000 funcionarios no afines. Se aprueban todos los proyectos que favorecen al sector empresarial (transgénicos, etc.) y se destruyen las bases de los proyectos sociales que se habían instalado desde 2008. Estrepitosa ruptura de la alianza liberal-progresista deja allanado el camino para victoria de ANR en 2013.
    Jun-12 a Abr-13Medios de comunicación lanzan campaña contra "zurdos" despedidos del Estado,  y posteriormente inician campaña contra el Partido Liberal, denunciando corrupción, prebenda y malas prácticas.
    Abr-13Del discurso de los medios, Horacio Cartes surge como único mesías que puede poner en orden la casa.  Gana las elecciones con el 45% de los votos y con mayorías en las cámaras del Parlamento.
     

    El gobierno Lugo

    Fernando Lugo asume la Presidencia de la República el 15 de agosto de 2008 y al día siguiente comienzan los conflictos con diario ABC Color, ya que ese día se firmaron varios convenios de cooperación con Venezuela. Por alguna razón que se desconoce, el diario ABC Color era, a nivel mundial, uno de los que más mencionaba a Hugo Chávez y, sin duda, el que más adjetivos le puso a su persona. Desde ese momento, ABC Color marcó claramente las reglas del juego que el gobierno tenía que respetar en campo internacional (de hecho, Paraguay fue durante todo este tiempo el obstáculo para el ingreso de Venezuela al MERCOSUR y puso siempre trabas a la consolidación de la UNASUR, desde el Parlamento).

    El poder de los medios, frente a un gobierno débil por dentro (debido a que ideológicamente la alianza que ocupaba el Ejecutivo era muy heterogénea) y por fuera (ya que tenía una presencia simbólica en el Parlamento y pretendía realizar cambios que podían afectar a los sectores más poderosos) era más asimétrico que nunca.

    Paraguay es un país que económicamente depende de la producción agropecuaria y, por lo tanto, el acceso a la tierra es fundamental, sobre todo teniendo en cuenta el alto porcentaje de población que aún vive en el campo (40,7%). Esta situación se ha vuelto cada vez más conflictiva ante la presión internacional de commodities y lo que esto ha generado sobre el control de la tierra. Aún así, hasta hoy, el Estado no sabe a quién pertenecen sus tierras. Muchos títulos de propiedad pueden estar duplicados o triplicados. Se calcula que, teniendo 40 millones de hectáreas físicas, Paraguay tiene 54 millones de hectáreas jurídicas (que incluyen varios títulos falsos). A esto hay que sumarle el problema de las tierras mal habidas durante la dictadura, que son unas 8 millones de hectáreas y la extranjerización de las tierras que ni siquiera respeta las leyes de seguridad fronteriza. La corrupción reinante en el poder judicial hace que los sectores de poder salgan siempre favorecidos en cualquier litigio, provocando el desalojo de comunidades campesinas o indígenas, asentadas hace mucho tiempo en sus territorios ancestrales.

    El gobierno de Lugo quiso, tímidamente, atender el tema campesino, y esto fue lo que generó los mayores conflictos con el sector empresarial y los medios de comunicación. Dar subsidios a pequeños productores de sésamo. Comprar tierras para comunidades campesinas. Medir tierras para saber a quiénes pertenecen. Aplicar un protocolo de desalojo para evitar el uso de la violencia. Pretender recuperar tierras mal habidas. Brindar asistencia a comunidades campesinas de “carperos” situados a los bordes de las rutas. Detener la aprobación de variedades vegetales transgénicas para el cultivo comercial. Todas estas acciones permanecen hasta hoy en la memoria gracias a las fuertes campañas en contra que instalaron los medios. Se sumaron a ellas el escándalo de los hijos de Lugo y desprolijidades administrativas que no pueden faltar en un gobierno de gente inexperta que hereda un Estado con 60 años de control unipartidario. 

    A pesar de haber promovido políticas públicas de comunicación y de haber fundado el primer canal público de Televisión, el gobierno de Lugo, mantuvo muy pocos canales directos de comunicación con la ciudadanía. Así, los logros obtenidos en materia de políticas sociales e internacionales (transferencias a sectores más empobrecidos, salud gratuita, educación, negociaciones sobre Itaipú con el Brasil, obras públicas, etc.) quedaron invisibles para una gran

    El juicio de la vergüenza (o el golpe maestro)


    Resulta difícil creer que parlamentarios con mínima experiencia política hayan destituido por descuido a un Presidente en menos de 24 horas, violando las normas más elementales del debido proceso, como lo hicieron en junio de 2012. Sólo basta considerar el artículo tres del libelo acusatorio para tomar conciencia de lo grosero del procedimiento. El mismo expresa, textual y exhaustivamente: Todas las causales mencionadas más arriba, son de pública notoriedad, motivo por el cual no necesitan ser probadas, conforme a nuestro ordenamiento jurídico vigente. Punto final.

    Hipotizar que lo hicieron tan mal por inexperiencia o por apuro parecería un poco ingenuo. Lo que se generó después, y esto era claramente previsible, fue una crisis interna y externa que aisló al Paraguay y le hizo retroceder en calidad democrática (según informes del Latinobarómetro y de la Fundación Adenauer). Una hipótesis más creíble que el descuido es que el partido Colorado promovió el juicio, ya con miras a las elecciones de 2013. Con el mismo, evidentemente se rompía la alianza liberal-progresista que había ganado en 2008 y se reducían casi hasta el nulo los riesgos que la ANR tendría que enfrentar camino a la Presidencia. Se tenía que romper la alianza del 2008, pero no se podía dejar el Estado en manos del enemigo histórico más importante del partido Colorado en período de campaña electoral, o por lo menos, no con posibilidades reales de gobernar durante ese tiempo. Los liberales, aún conscientes de esto, se dejaron llevar por la seducción del poder que no pudieron ocupar durante más de 60 años. Más valen catorce meses en mano que cien volando, sobre todo si su finalidad principal es el saqueo.

    Aún cuando la imagen de Lugo estaba desgastada por las campañas mediáticas de los cuatro años, el juicio político no gozó de mucha popularidad (una encuesta de Decidamos afirmó que el 67% de la población estuvo en contra). Tiene que ver con esto que mucha gente había accedido a programas sociales en época de Lugo, y sintió en carne propia sus beneficios. Por otra parte, el Parlamento nunca fue muy bien visto por la población. De hecho, semanas antes de la destitución se habían dado importantes protestas contra él, por parte de sectores económicos medio altos, tradicionalmente ausentes en la arena política. Las mismas tenían que ver con el desbloqueo de las listas sábana parlamentarias y con la aprobación de presupuestos de dudoso destino.

    Fundamental, pues, para el desenlace del juicio, fue la participación de los medios de comunicación. Los mismos jugaron abiertamente a favor de la destitución. La estrategia tuvo básicamente dos fases: la siembra del terror y el “aquí no pasó nada”. Lo que los medios trataron de hacer durante el juicio fue sembrar pánico para que la gente no se manifieste. “Peligrosa manifestación frente al Congreso” se leía en los zócalos de la televisión. Soldados apuntando con armas a la plaza eran imágenes de tapa en los diarios. Todos responsabilizaban de antemano a Lugo por la posible violencia, y le instaban a que renuncie. Una vez acabado el juicio, los canales de televisión volvieron a las transmisiones normales y todas sus publicaciones tendían a dar el mensaje: “aquí no pasó nada”.

    La estrategia tuvo básicamente dos fases: la siembra del terror y el “aquí no pasó nada”. Lo que los medios trataron de hacer durante el juicio fue sembrar pánico para que la gente no se manifieste.

    Es muy claro que los medios intentaron legitimar el juicio de la vergüenza, o el golpe maestro. Asumir que apoyaron acciones tan vergonzosas que ponían en riesgo el equilibrio político y social del país, es subestimarlos en su capacidad crítica. Lo otro es asumir que fueron cómplices de la estrategia.

    Desgobierno y campaña


    Lo increíblemente desprolijo del juicio político hizo que el partido liberal recibiera un país ingobernable por dentro y por fuera en época de campaña electoral. Ni la ciudadanía ni los gobiernos extranjeros reconocían al presidente paraguayo. Los medios de comunicación, que habían legitimado su llegada al poder, tardaron poco tiempo en apuntar su artillería contra él, develando hechos de corrupción, mal desempeño en sus funciones, etcétera. Al fin y al cabo no era difícil encontrar por dónde atacar al gobierno menos legítimo de los últimos tiempos, más aún cuando sus miembros estaban inmersos en la carrera electoral y tenían los bienes del Estado en sus manos.

    Un país en el que el pensamiento de izquierda había sido demonizado, perseguido, prohibido, y censurado durante 35 años y aún durante el período posterior a la dictadura, se dividía, por primera vez en mucho tiempo, por razones ideológicas. Soberanos contra zurdos. Fachos contra comunistas. Todo el que no estaba con uno, estaba con el otro. En este debate, los medios ocuparon su lugar natural. Se llevó a cabo una rígida campaña de persecución contra zurdos, deslegitimando todos los reclamos por despidos injustificados del Estado, o por el agotamiento de los programas sociales, etc. Se trató de instalar en el imaginario que toda protesta contra el nuevo gobierno venía de parte de personas que habían perdido la mamadera del Estado. Teniendo en cuenta que varios movimientos y alianzas de izquierda estaban presentando listas para el parlamento, las gobernaciones y la presidencia, esta masiva campaña adquirió una connotación electoral. Por otra parte, varios movimientos y partidos políticos de izquierda se manifestaron contra los medios porque sus candidatos no fueron invitados a los debates presidenciales. Los medios argumentaban que sólo invitaban a aquellos con posibilidades reales en la disputa por razones organizativas, mientras que los partidos veían que esa discriminación era justamente el origen de su desventaja.

    Pero la tendenciosidad de los medios en el contexto electoral fue contradictoria. Llegado el momento más candente, los mismos apuntaron su artillería contra el partido liberal. En espacios principales -sobre todo tapas de diarios que son el epicentro de la agenda cotidiana- durante los meses antes de las elecciones, se publicaron numerosos casos supuestos de corrupción (compra de tierras, pago de viajes, etc.) que involucraban a candidatos y dirigentes del partido liberal. Llamativo era el silencio o la complacencia hacia actores del partido colorado, sobre todo teniendo en cuenta los antecedentes del candidato a presidente.

    Más allá del claro posicionamiento ideológico y de la preferencia partidaria[1], los medios jugaron el rol que la democracia formal les asigna. Ofrecieron los espacios que, por ley deben ceder a los partidos que presentan candidaturas. Realizaron entrevistas y debates con candidatos y candidatas (aún cuando se dieron las protestas ya mencionadas). Ayudaron a difundir, hasta cierto punto sus currículos y propuestas políticas. Presentaron sus más o menos rigurosas encuestas. Y finalmente, el día de las elecciones, organizaron la cobertura informativa que, dado el montaje previo de la agenda, no requirió de especiales atenciones a situaciones conflictivas.

    La acción de los medios, en este contexto, estuvo ceñida a los que son las reglas del juego en cualquier sociedad capitalista:

    • Que los candidatos con más poder económico y los partidos con más estructura acceden a muchos más espacios, tanto en la tanda publicitaria como en segmentos informativos y hasta de entretenimiento.
    • Que los debates políticos quedan ceñidos a la lógica de los tiempos y las formas del espectáculo mediático, a las que no le importan propuestas de gobierno basadas en argumentos ideológicos, sino los ataques personales, las polémicas anecdóticas, la estética de los colores y los fanatismos.
     

    Un actor que, a diferencia de años anteriores, se posicionó con fuerza en las discusiones pre electorales fue internet, y sobre todo, las redes sociales. Si bien el acceso de la población a internet creció rápidamente, éste acceso sigue siendo bajo (aproximadamente el 25% de la población). Sin embargo,  es de esperar que esta proporción crezca rápidamente en los próximos años. Por el momento, las redes facilitaron debates, y la presentación de biografías de  los candidatos y de sus propuestas. Pusieron mucha información al alcance de la ciudadanía, pero cuando la cultura política de ésta viene de tradiciones partidarias fanáticas, de sistemas educativos anti-ciudadanía, y de contextos mediáticos sensacionalistas, es poco el aprovechamiento que se da a esta información disponible.

    Hoy más que nunca se debate quién dice qué cosa y por qué lo dice, cuáles son sus intereses. Esto viene a romper el monopolio de la verdad que durante mucho tiempo detentaron los medios masivos de comunicación (o los partidos).

    Una indudable transformación que están logrando las redes tiene que ver con las verdades únicas. Hoy más que nunca se debate quién dice qué cosa y por qué lo dice, cuáles son sus intereses. Esto viene a romper el monopolio de la verdad que durante mucho tiempo detentaron los medios masivos de comunicación (o los partidos). Esta transformación del imaginario no es menor, aún cuando hace falta aglutinar muchos esfuerzos todavía para poder amenazar a las verdades hegemónicas que se generan a partir del control de los medios económicos, indispensables para la producción de la información y el contenido mediático. Esta aglutinación deberá darse en términos de solidaridades.

    La vuelta del status quo


    Abril de 2013 representa para Paraguay el asentarse de la vuelta al pasado que se venía dando desde junio. De nuevo un Presidente de la ANR surgido de las urnas, que es reconocido nacional e internacionalmente, tiene la posibilidad de volver al MERCOSUR. La primera imagen que desde los medios se trató de pintar es que su equipo sería técnico, no político (refiriéndose a politiquero), para conformar una selección nacional que saque adelante al país, como si fuera un campeonato de fútbol lo que está en disputa (analogía bastante tonta pero con un enorme potencial significante para una sociedad despolitizada).

    No obstante, se debe reconocer que el trabajo técnico fue impecable. En pocos meses Cartes logró la aprobación de varias leyes que le dan una preocupante cuota de poder dentro del Estado, proceso que, algunos advierten, podría ser el camino a la consolidación de una dictadura. En primer lugar, por medio de una modificación de la ley de defensa, se puso a entera disposición del Presidente a las Fuerzas Armadas de la Nación, cuya movilización dependía del Parlamento. En segundo lugar, la denominada ley de Responsabilidad Fiscal, que establece topes presupuestarios para las instituciones públicas, busca asfixiar económicamente a las empresas de servicios públicos para acelerar los procesos de privatización. Y en tercer lugar, complementando lo anterior, la ley de Alianza Público Privada, que además de otorgar enormes privilegios al sector privado que invierta en servicios públicos, pone a entero arbitrio del Poder Ejecutivo los procesos de privatización de todos los servicios públicos (anteriormente controlados por el Congreso).

    Lo que llama la atención es el silencio de los medios ante la preocupante concentración de poder en el Ejecutivo y la fuerte campaña que desataron en contra del Congreso, denunciando casos de corrupción. Si bien los casos están fundamentados, que la campaña se dé en este momento, no es casual. Pretende deslegitimar al Parlamento justo cuando el Presidente viene tratando de absorber sus atribuciones.

    Conclusiones


    Además de un retroceso democrático importante, la destitución de Lugo significó para el Paraguay un reacomodamiento en el poder de los sectores empresariales de extrema derecha. Ello implica la agudización de la persecución a los movimientos sociales, el abandono paulatino de las políticas sociales, el aumento de los privilegios al sector empresarial (privatizaciones, transgénicos, protección policial a fumigaciones, etc.). Este proceso terminó de consolidarse en abril de 2013. Luego del golpe, las piezas se fueron acomodando una a una, por sí solas parecería, hasta desembocar en la aplastante victoria del Partido Colorado. No hace falta tener demasiada astucia como para suponer que junio de 2012 y abril de 2013 son dos fases de una misma estrategia.

    Si bien existen actualmente conflictos dentro de la misma derecha, éstos son meramente superficiales y circunstanciales. Lo claro es que en junio de 2012 hubo un consenso reaccionario que involucró a políticos, empresarios y medios de comunicación. El mismo consistió en barrer de los espacios de poder (y aún de los espacios potenciales), a toda persona de pensamiento mínimamente progresista. Lo grave del caso paraguayo es que las discusiones políticas parecen aún estar lejos de encontrar canales alternativos a los medios dominantes. Si bien se van dando cambios gracias a las nuevas tecnologías y a grupos que proponen espacios independientes de comunicación y de formación, habrá que acelerar los procesos de integración para hacer contrapeso a las nuevas configuraciones del poder.

    Citas bibliográficas


    [1] En entrevistas en radio, Aldo Zuccolillo, uno de los empresarios más poderosos del país y dueño del diario ABC Color, reconoce su preferencia por el partido colorado y por Horacio Cartes. Disponible en la web en: http://ea.com.py/cuando-zuccolillo-hizo-publica-su-preferencia-por-la-anr-y-por-cartes/ http://www.paraguay.com/nacionales/zuccolillo-anr-es-el-unico-que-va-a-sacar-al-pais-del-embrollo-81002

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