Sebastián Quiroga
Buenas tardes. Yo voy a comenzar con una doble disculpa. La primera, por haber llegado tarde y porque lamentablemente me debo retirar apenas terminemos el panel; ya les contaré por qué. Y la segunda disculpa es porque yo creo que al lado de estas excelentes intervenciones que ha habido, la que yo voy a presentar no va a estar a estar a esa altura, pero espero en todo caso no aburrirlos y si los aburro, que me disculpen por eso. Yo soy Sebastián Quiroga, tengo 25 años, soy politólogo de la Universidad Nacional, hago parte del Tejido Juvenil Nacional Transformando la Sociedad, TEJUNTAS y el Congreso de los Pueblo. Soy vocero de TEJUNTAS y del Congreso de los Pueblos. La razón por la que no podré estar ahora y por la que no podré estar mañana es porque salí elegido delegado al cuarto congreso del Polo Democrático Alternativo por Poder Unidad Popular, una fuerza política que tiene a un senador en esta legislatura, el primer senador campesino en la historia de este país. Salí elegido y el congreso es mañana y pasado mañana; se me salió completamente de las manos. Hoy están los compañeros en la preparación y yo debo estar como un poco en esa dinámica. Quisiera iniciar agradeciendo la invitación al espacio y la apertura de espacios de este carácter. Yo creo que el diálogo entre la academia y la acción política y la acción social, como lo dijo el compañero, son fundamentales para la construcción de país y de pensamiento propio. No vamos a construir país y no vamos a construir una nueva sociedad si no avanzamos en esa construcción del pensamiento propio. Yo voy a arrancar contándoles por qué yo hago parte del Congreso de los Pueblos y de TEJUNTAS, cómo llegué a hacer parte de esos espacios. Creo que en esa narración iré dando cuenta de las reflexiones políticas con las que me he encontrado y de los espacios colectivos en los que he podido participar. Yo entré a un colectivo que se llama el CILEP, (Centro de Investigación Literaria y Educación Popular). Me encontré ese colectivo en la Universidad Nacional y era un colectivo que estaba metido en la política de manera diferente. Yo nunca quise hacer parte del movimiento estudiantil de la universidad pública, sino que me vinculé al CILEP, que era un espacio de investigación. Me vinculé porque yo vi que ahí había un diálogo de la academia de investigación, del ejercicio académico, con la acción política. Ahí, digamos, hay mucha rigurosidad y fui más bien aprendiendo cómo se hacía. Poníamos el conocimiento y la investigación al servicio de la transformación del país y eso a mí me parecía muy valioso. Entonces, decidí entrar al CILEP y ahí me encontré con personas que, tengo que decir, me formaron en el mundo de la acción política, de los movimientos sociales. A partir de ahí, me conecté con una serie de espacios y dinámicas que en estos cinco años, llevo cinco años en esto, nos han traído a donde estamos en este momento. El CILEP, en ese momento, hacía parte de una organización juvenil que se llamaba La Red Libertaria Popular Mateo Kramer. La red fue una organización que se creó a finales del 2008 y tenía la apuesta de construir, o de apuntar a la construcción, de poder popular desde la juventud y desde la diversidad. En la red había una serie de colectivos, doce o trece colectivos, que tocaban diferentes temas y en diferentes territorios y dinámicas. Había colectivos artísticos y contraculturales, colectivos que se dedicaban a la radio, colectivos que se dedicaban a la contracultura musical. La red era una red de personas que venían del punk, que venían del hardcore. Otras éramos más ñoñas y veníamos de la universidad. Había colectivos que eran feministas, colectivos animalistas (como el colectivo CEA-LA que se presentó esta mañana), colectivos de investigación como el CINEP, colectivos de educación popular que hacían o hacen pre-icfes alternativos. Se empezaba a perfilar una cosa que luego se iba a volver muy importante para nosotros y era la formación de colectivos de trabajo juvenil, colectivos que trabajaban especialmente temas de la precarización del trabajo, de la falta de acceso al trabajo por parte de la juventud. Entonces, la red era esa diversidad de colectivos y organizaciones que teníamos un criterio principal o una idea principal y es la siguiente: nosotros tenemos, de alguna forma, una discusión con la izquierda tradicional y con sus formas de hacer política, y creemos que hay otras formas de hacer política y nosotros llamamos a esa otra forma de hacer política la construcción de poder popular. Y implica asumir la tarea de transformar y de construir este país desde nuestras manos sin delegarlo. Es decir, es a través de la participación directa, de la democracia directa, de la intervención, de la discusión, de la construcción colectiva, que transformamos y construimos ese país. Es con ese criterio con el que hemos venido construyendo y con el que nos hemos venido encontrando con otros y otras en este camino. En ese camino de encontrarnos, la red se encuentra con otras organizaciones juveniles de Bogotá y conforma, por allá en el 2010, la Coordinadora Juvenil 3 de octubre. Ya éramos esos colectivos que estábamos en la red, más colectivos de territorios. Entró contravía (que era un colecto antimilitarista de Bosa), A Recuperar (que era un colectivo de Kennedy), el OLPU (que es un colectivo de Usme). Como coordinadora, participamos en lo que, para mí, ha sido una de las cosas más impresionantes de la acción política: los congresos que el Congreso de los Pueblos realiza. En ese momento, nos encontramos con la instalación del Congreso de los Pueblos, que es donde se le da un punto de partida al Congreso de los Pueblos como plataforma de encuentro de sectores, de comunidades, de territorios muy diferentes. Nosotros éramos muchachos que estábamos en la universidad estudiando y mirando ahí cómo hacíamos pa' aportar a la construcción del país. Y de un momento a otro, llegaron 20 mil personas de todo el país y nosotros quedamos, pues, muy sorprendidos. Había personas del Catatumbo, personas de Nariño, comunidades Afro del Chocó, Comunidades Afro del Cauca, comunidades campesinas de Arauca, comunidades campesinas de Antioquia, organizaciones urbanas de Barranquilla, en fin, había personas de todas las ciudades y había una diversidad que nos generó en ese momento un empujón para decir: "bueno, aquí hay un país entero pensándose un nuevo modelo de vida. Nosotros lo que tenemos que hacer es seguirle sumando a eso”. Gracias al congreso de los pueblos, nos conectamos con organizaciones juveniles de otras ciudades, organizaciones juveniles de Barranquilla, de Cali, de Bucaramanga, de Cúcuta, de Manizales, de Popayán, de Neiva. Y ya con esas organizaciones y con una perspectiva en común, que era la del Congreso de los Pueblos y que la voy a ir desarrollando un poquito en el fondo cuando hable del congreso, somos organizaciones juveniles de la ciudades, que tocamos temas que de alguna forma se encuentran, porque las problemáticas de la juventud son problemáticas comunes a nivel nacional. Avanzamos en la construcción de un referente juvenil nacional y para el año 2011 hacemos una asamblea en Mariniña con alrededor de 300 personas jóvenes, en su mayoría de ciudades. Allí conformamos TEJUNTAS. TEJUNTAS, entonces, es una organización juvenil, fundamentalmente urbana, de esta ciudades que les acabo de mencionar: algunas ciudades de la costa, algunas ciudades del sur-occidente, algunas ciudades del centro y algunas ciudades, digamos, del nororiente. Hemos tenido acercamientos con organizaciones juveniles rurales, con organizaciones del Cauca, de Nariño, del sur de Bolívar, de Antioquia, pero no hemos logrado cuajar la unidad juvenil más allá del escenario hasta ahora urbano. Como TEJUNTAs, hacemos parte del Congreso de los Pueblos, que es ese espacio de encuentro diverso y plural en donde le apuntamos a la construcción de país para la vida digna. Con esa perspectiva y con ese recuento, nosotros, desde un escenario más cotidiano, hemos ido avanzando en la construcción y en la visión, no solamente juvenil sino también nacional, de un país para un nuevo modelo de vida. Y es desde aquí que planteamos las reflexiones sobre el territorio, sobre la vida, sobre la resistencia y sobre la paz. Yo hablo como TEJUNTAS, pero hay muchas cosas que se cruzan, muchas cosas que también el Congreso de los Pueblos ha planteado y cosas que en la diversidad se han planteado colectivamente. Nosotros, acá en TEJUNTAS Bacatá, tenemos cuatro líneas de acción política en torno a las que nos planteamos y desarrollamos nuestra visión y nuestro plan de acción. El primero es la construcción territorial urbana. Nosotros tenemos una reflexión y es que cada vez que en el país hay jornadas de movilización o de acción política de resistencia o de protesta, los territorios que tienen más posibilidad de movilizarse son los territorios rurales, es donde más organización popular hay, es donde más fuerte es y donde más se ha constituido la organización popular a pesar de la violencia, donde más se ha conservado. Las ciudades tenemos una capacidad de acción política que es muy baja.
Entonces, por ejemplo, el paro agrario de 2013, que ha sido una de las grandes acciones de movilización en los últimos años, fue un paro fundamentalmente rural, agrario, con una acción solitaria y muy débil por parte de la ciudad. Y ahí nosotros decimos: "bueno, ahí tenemos una tarea y es la construcción de acción política, organización social, organización popular en los territorios urbanos”. Nosotros en TEJUNTAS dijimos: "bueno, nos vamos a disponer a eso, a construir territorialmente la ciudad y a reconstruir territorialmente el país". Entonces, los colectivos que antes hacían un poco en la abstracción contra-cultura, feminismo, investigación, educación popular, decidieron concentrarse en los territorios, muchas veces en los territorios donde se vivía, pero donde no se hacía acción política. Compañeros que viven en Bosa o compañeros que viven en Kennedy haciendo conciertos en Chapinero o haciendo conciertos en el Centro o haciendo conversatorios en la universidad Nacional, mientras el territorio les está exigiendo que la gente vaya a hablarles, que vaya a llevar propuestas, que vaya a problematizar las dinámicas que ahí también se presentan. Entonces, hemos constituidos tres zonas de acción territorial en la ciudad. La primera es la zona oriental, donde hay colectivos que tienen trabajo en la localidad de San Cristóbal y que tienen trabajo en la localidad de Ciudad Bolívar. En la localidad de San Cristóbal, se hace sobre todo un trabajo alrededor del arte. Hay una casa donde se practica teatro y donde hay como un pequeño escenario. Y en Ciudad Bolívar, se hacen cosas alrededor del tema del trabajo. Nosotros hemos hecho una reflexión acerca del trabajo y la organización social y política para lucha por el trabajo. Ahora, en el neoliberalismo, parece que uno no lucha por el trabajo, sino que en la ciudad uno se lo rebusca; el trabajo no es un derecho, sino un mérito. Si uno tiene para comer, es porque es buen trabajador, se esfuerza, trabaja. Pero si no tiene para comer, es porque es un vago y es un flojo. Entonces, nosotros decimos: "Bueno, ¿cómo hacemos para construir organización laboral reconociendo los límites que tienen los sindicatos y además reconociendo que ahora ya no nos contratan con contrato laboral sino con contrato de prestación de servicios? ¿Cómo construimos organización laboral desde ahí? Y nosotros hemos encontrado una clave, y seguramente hay otras muchas, para avanzar en eso y es que los trabajadores están en los territorios. En las localidades es donde están los circuitos de economía propia y de rebusque entre la gente. Si hay que construir organización para luchar por el trabajo en algún lugar es en el territorio. Y eso es necesario para avanzar en eso que los compañeros venían hablando, que aquí en las ciudades es mucho más difícil. ¿Cómo en una ciudad va a garantizarse soberanía alimentaria, cierto? Muy difícil hacerlo solo. Pero si colectivamente nos organizamos y avanzamos en una apropiación colectiva del territorio urbano, seguramente podremos encontrar soluciones que de manera individual no vamos a conseguir. Entonces, eso es lo que está en esa zona del oriente de la ciudad. Tenemos otro trabajo en el sur-occidente, donde hemos agrupado algunos trabajos que hay en Bosa, que están comenzando a desarrollarse, y otros trabajos que hay en Kennedy, En Patio Bonito, en el Amparo, en los lugares como más problemáticos de la localidad. Uno de los trabajos más desarrollados que tenemos es un preicfes alternativo y popular. Nosotros hemos visto que una de las necesidades fundamentales de la juventud es el acceso a la educación superior, hemos visto que mucha gente se gradúa del colegio, poca gente entra a la universidad y aún más poca gente entra a una universidad de Calidad. Eso requiere que los jóvenes tengamos la posibilidad, o la necesidad más bien, de tener una formación que garantice ese acceso, aun si no es la formación educativo normal. Entonces, ahí se ha venido desarrollando un preicfes ya por varios años. Este año los estamos haciendo en Fontibón y están más de cien jóvenes de la localidad y de algunas localidades cercanas en un muy buen ejercicio que se hace en esa parte. Y finalmente, está todo el tema del norte, en donde agrupamos a los colectivos que tienen trabajo en Engativá, en Suba y en Usaquén. En Engativá se viene haciendo un trabajo de mujeres; en Suba se viene haciendo un trabajo de objeción de conciencia; y en Usaquén se viene haciendo un trabajo ambiental. Ese es, digamos, la primera línea de construcción que tenemos. Decimos: "si no construimos territorio, si no construimos tejido comunitario en el territorio, no vamos a poder cambiar el país, no vamos a poder generar movilización y no vamos a poder generar transformaciones". El segundo eje de trabajo que tenemos es el eje comunicativo e ideológico. Nosotros hemos construido ese eje porque estamos seguros que, en este momento, en el funcionamiento de la sociedad colombiana y de la sociedad mundial, los medios de comunicación cumplen un papel muy importante en la creación de imaginarios, en la organización de la vida, en la forma como la gente ve la realidad, ve el país. Pues los medios de comunicación le van botando todo el tiempo. Y los medios de comunicación casualmente son de las personas más ricas del país. Parece que la gente no encontrara ahí ninguna conexión, es como si no pasara nada con que los más ricos del país sean los que nos digan cómo vemos la realidad del país; eso parece normal. Entonces, nosotros hemos dicho: “ahí tenemos que disputarnos la forma como vemos el país". Hay que disputarnos que los medios de comunicación fundamentalmente nos crean frente a la forma como vemos el país y nosotros hacemos eso desde, digamos, la incapacidad y la falta de recursos para hacerlo, desde no tener como pagar propagandas de televisión, ni mucho menos vallas publicitarias. Entonces, disputamos desde los periódicos y las redes sociales, que yo creo que han venido jugando un papel muy importante en esa disputa de los imaginarios. Otro tema que es muy importante ahí es el tema de la formación política interna, de cómo las personas que hacemos parte de TEJUNTAS estamos en dinámicas de formación, de cualificación frente a la lectura del país, frente a las apuestas políticas en general. La tercera línea de acción que tenemos es la línea de movilización, que le apunta sobretodo a reconocer que hay unos temas especiales que la juventud debe disputar o debe impulsar a transformar. Ya ahorita les hablaré específicamente de eso. Y el último es la articulación, porque reconocemos que la transformación del país debe pasar porque los diferentes sectores, personas y colectividades que estamos ahí nos juntemos, nos encontremos, no solamente para hacer una que otra acción, sino para sentarnos a pensar cómo pensar el país. En ese sentido, la visión que tenemos de territorio desde TEJUNTAS Bacatá es una visón urbana del territorio que implica reconocer que las ciudades son los escenarios donde la circulación del capital y la dinámica capitalista se da con mayor fuerza, donde las dinámicas de individualización están mucho más profundizadas. Por eso es mucha más difícil organizar y generar organización en las ciudades que en el campo. En la ciudad uno vive en un lugar y trabaja al otro lado de la ciudad, sale por la mañana, llega en la noche, no tiene dinámica de territorio. Muchos no tenemos dinámicas del territorio porque desde los cuatro, cinco años, estamos estudiando en el centro o estamos estudiando al otro lado de la ciudad y en nuestro barrio nunca pasa nada, o vivimos en conjuntos donde la gente apenas se conoce, o vivimos en barrios donde la gente está envuelta en sus dinámicas. En los barrios populares de la ciudad es diferente, allí hay dinámicas colectivas y comunitarias más consolidadas. Pero en todo caso es un reto como poder generar organización desde ahí. Esa es la visión del territorio que tenemos.
Ahora, en cuanto a la visión de la vida, yo creo que nos recogemos en muchas de las cosas que se han dicho acá y eso tiene que ver con lo que desde el Congreso de los Pueblos y desde TEJUNTAS hemos llamado la vida digna. Esta hace referencia a que en este país no hay condiciones de vida digna, a que las mayorías de este país viven en condiciones de opresión, de explotación o de marginalidad, de falta de participación en las decisiones que afectan la vida propia. Ahí comienzan, digamos, las imposibilidades en la consecución de la vida digna. Nosotros, intentando hacer como un balance de las diferentes luchas y apuestas juveniles que hay a nivel nacional, hemos construido como TEJUNTAS una agenda política que tiene cinco puntos. El primero es, en general, la lucha contra la militarización de la vida y en particular con la militarización de la vida juvenil. Esto parte de un diagnóstico que no es muy difícil de hacer y que más bien lo sentimos: la juventud, en las ciudades y en los campos, y de los sectores populares fundamentalmente, es la que sostiene y alimenta la guerra en el país. Es la juventud la que presta el servicio militar obligatorio. Es la juventud la que es reclutada, ya sea por pandillas, ya sea por grupos armados al margen de la ley en territorios urbanos o rurales, es la juventud la que no tiene posibilidad de vida. Ya sea por obligación o por falta de oportunidades, termina vinculada en la violencia, por eso la lucha contra la militarización no es una lucha necesariamente contra la institución militar, sino es una lucha por la vida, Es una lucha por la defensa de la vida para la juventud. Ahí, nosotros estamos desarrollando una iniciativa popular, junto a otros y otras, junto al senador Alberto Castilla, junto al senador Iván Cepeda y otras organizaciones juveniles. Se trata de la construcción de una propuesta de un servicio social para la paz, es decir, que la forma en la que la juventud se vincule a la construcción de país no sea el servicio militar obligatorio, que es lo que dice el ejército (el ejército dice "para aportar a la construcción del país hay que prestar el servicio militar"). Nosotros decimos: "no, para aportar a la construcción del país hay que prestar un servicio social para la paz, que sea una alternativa al servicio militar obligatorio y que desarrolla específicamente esa lucha.
Tenemos un punto que reivindica el tema del arte y la cultura en la juventud. Es muy importante, pues lo que genera dinámicas sociales en la juventud es el arte y la cultura. Frente a eso hay muchas dificultades: falta de posibilidades de hacer arte y cultura, estigmatización del arte y la cultura juvenil. Por ejemplo, un rapero es una amenaza, un punkero es una amenaza, en fin. Y hay todo un tema ahí de revalorar la cultura juvenil y, además, de poner esa cultura juvenil al servicio de la construcción de un nuevo país. El tema del trabajo ya lo tocamos. Los índices más altos de desempleo están en la juventud, porque cuando uno va a pedir trabajo le dicen que necesita experiencia y cuando uno dice que no tiene experiencia es porque no le dan trabajo. Entonces es un círculo ahí que se genera. Precisamente, además del congreso y de esta invitación, esta semana conseguí trabajo luego de un año de no tener trabajo, entonces eso hizo también que la semana fuera más difícil. La lucha por el territorio que recoge un poco lo que ya les comenté y finalmente un tema de participación política que a nosotros nos parece muy importante. Es uno de los puntos más importantes y que debe ser transversal como en la discusión de la agenda juvenil. La participación política nosotros la entendemos desde la perspectiva del poder popular, de apropiarnos, de decir_ "esto tenemos que resolverlo desde el territorio, desde los sectores, desde los lugares donde se vive la vida". Pero también hemos visto la necesidad de disputarnos la institucionalidad y eso ha sido una discusión muy dura al interior nuestro.Y con esto ya cierro para referirme a lo de resistencia, porque lo quería conectar con lo de ser gobierno, porque yo creo que la izquierda en el país y en el mundo se ha dedicado mucho a resistir y mucho a ponerse, a ser alternativa, muy alternativa, y se ha dedicado poco a pensar en cómo gobernar, cómo gobernar bien y cómo gobernar a partir de las diferentes propuestas que el pueblo construye. Yo ayer revisaba el plan sectorial de Petro para el tema educativo y es un programa compuesto por tres cosas: la visión teórica que se tiene sobre la educación, el diagnóstico de la educación en Bogotá y las doce promesas que la administración traza frente a eso. Y yo decía: ese plan de gobierno, que está ahí en unos planes y proyectos, se parece mucho a los documentos de mandato que el Congreso de los Pueblos ha construido. El Congreso de los Pueblos ha construido documentos en la instalación del Congreso de los Pueblos, en el Congreso para la Paz, donde construye propuestas de todos esos tipos, propuestas educativas, propuestas de territorio, propuestas de cómo se organiza la producción, propuestas de justicia, en fin, propuestas que nosotros hemos unido pensando y que hay que posicionar en un escenario de ser gobierno.
Finalmente, el tema de la paz. Yo creo que lo que aquí en la mesa se ha planteado recoge la postura del Congreso frente a la paz. No sólo respaldamos la existencia de unos diálogos entre las FARC y el gobierno, creemos también que es muy importante que haya pronto una mesa con el ELN y con el EPL. Pero creemos que eso no es suficiente para avanzar en la construcción de la paz, que podemos avanzar ahí en unos acuerdos, que la guerra incluso puede terminarse, pero que los problemas centrales del país no se van a solucionar ahí precisamente, porque no se va a discutir el modelo de desarrollo, precisamente porque no se quiere discutir la doctrina militar. Entonces, a nosotros, en el Congreso de los Pueblos, este año nos han asesinado varios compañeros, se han tomado sedes y casas del Congreso de los Pueblos en diferentes partes del país. Y nosotros les decimos: "bueno, y ¿cómo es que el gobierno plantea la construcción de la paz mientras está atacando y agrediendo a las organizaciones y sectores que estamos comprometidos con la construcción de la paz y con la participación política?". Porque si en el país no se puede hacer política y la respuesta (la participación política) son las agresiones del gobierno, pues que eso quede claro en la mesa de diálogo y se mira entonces cuál es la solución política de la que se está hablando. Pero adicionalmente, cuando el gobierno nacional presenta un plan de desarrollo, que contradice todo lo que la gente ha esperado siempre que sea la paz (porque es un plan de desarrollo que profundiza la falta de acceso a derechos y que profundiza el neoliberalismo), entonces nosotros decimos paz sí, pero con cambios y participación.
TEJUNTAS