Ronda de Preguntas y Discusiones - Mesa 1
Participante 1: Tengo una pregunta. Me inquieta mucho el problema de la institucionalidad en medio de estas experiencias que nos han contado, porque parece que, voy a hablar en términos muy simples, la institución es el malo del paseo. Las formas de institución son las que generan las agresiones, los desconocimientos, y frente a la institución hay que hacer resistencia. “Institución” tiene un sentido muy amplio, aunque podría vincularse con las formas y las estructuras jurídico-constitucionales. Lo que me preocupa es lo siguiente: sí es cierto que hay ahí muchas segregaciones, muchas violencias, pero ¿la acción política no aspira de alguna forma a transformar y apropiarse de esas formas institucionales?, es decir, ¿cuál es la relación de la resistencia con la institución? ¿A qué apunta? ¿Se trata siempre de ir en contra de las formas hegemónicas, violentas, efectivas o se trata de reapropiar las formas institucionales? Sencillamente, mi pregunta es: ¿Cómo ven la relación de las acciones políticas de resistencia con respecto a la institucionalidad, a la institución?
Pablo Jaramillo: Yo creo que sí, de una vez para que se dé una discusión real. Robert.
Robert Daza: Pues definitivamente sí, la resistencia es frente a la institucionalidad vigente. ¿Por qué? porque la institucionalidad vigente es concebida como una matriz de poder para los intereses de los poderosos. O sea, esa institucionalidad no está al servicio del pueblo, digámoslo en términos sencillos. Desde las organizaciones sociales, tenemos propuestas de construcción de una nueva institucionalidad y tenemos propuestas de construcción de formas de poder. Nosotros decimos: poder popular. Y esto se ve, por ejemplo, en toda la institucionalidad que se viene construyendo desde comunidades indígenas alrededor de los territorios ancestrales, los resguardos como los conocemos, el cabildo, la guardia indígena. Ahí se ve no únicamente una relación de poder autónomo local, sino también una concepción de un nuevo país que acoge todo lo contrario a la crítica que nosotros estamos haciendo. O sea, un país que sea incluyente, un país en el que sea posible la paz, una paz entendida como un estado de goce de derechos y de bienestar. Es decir, en la resistencia, como decía Patricia, uno no se instala únicamente para quedarse allí, sino también hay muchísima propuesta; por ejemplo, nosotros, como Coordinador Nacional Agrario, hoy estamos demandando al gobierno colombiano que reconozca los derechos del campesinado, es decir, que reconozca el acceso al convenio 169 de la OIT, que nos da a nosotros herramientas jurídicas para permanecer en el territorio. Eso quiere decir que sí hay un proyecto que va, por ejemplo, a intervenir en el territorio, que se dirige a que nosotros como comunidad campesina, al igual que pueblos indígenas y afrodescendientes, tengamos la posibilidad de decidir si queremos o no ese proyecto allí. Eso es construir nueva institucionalidad. Tenemos una propuesta desde el Coordinador Nacional Agrario que propone lo que nosotros llamamos “territorios campesinos, territorios agroalimentarios”. Digamos que es un enfoque de vida que nosotros estamos poniendo y que hace énfasis en el territorio; y alrededor de eso, proponemos una organización de la autoridad para la toma de las decisiones acerca de qué es lo que queremos en el territorio. Digamos eso es una síntesis muy apretada, una respuesta muy apretada.
Pablo Jaramillo: No sé si alguno más quiera intervenir. Los invito.
Natalia Moreno: Quería responder también a la pregunta del compañero. Cuando nosotros hablamos de resistencia no nos referimos solamente a la acción de: “reconózcanme y ya está”. La resistencia es ver también cómo yo me involucro y, de alguna manera, me infiltro dentro de esos espacios, dentro de esos escenarios. Y pues ahí sí es como dice calle 13: nos toca ya. Nosotros hemos hecho ejercicios bastante interesantes. Por ejemplo, haber logrado que se haya ratificado la convención para Colombia; eso es una cosa muy muy importante, porque obviamente Colombia ya tiene que responder a unos convenios y ya hay una lupa de afuera hacia adentro que nos está mirando y nos está diciendo: bueno, ¿Qué están haciendo? Además nosotros aquí al interior generamos distintas situaciones para, de alguna manera, modificar un poco esas cosas. Entonces, por ejemplo, hay que mirar el hecho de que haya un programa como PAIIS, que se construye aquí, precisamente, en la Universidad de Los Andes, donde se empieza a cuestionar todo el lenguaje jurídico que hay sobre las personas con discapacidad. Si vamos a ver la constitución política del 91, esta se refiere a las personas con discapacidad como los disminuidos o los incapaces totales, que son cosas completamente absurdas. Cosas así, por ejemplo, entrar a cuestionar todo ese lenguaje jurídico que también nos daña y nos limita de muchas maneras es importante. Lastimosamente, el campo jurídico tiene un poder muy importante y muy fuerte, al igual que lo médico, sobre nuestros cuerpos, por lo que es importante el hecho de empezar a decirles a los jueces: "ey, un momento, pare, porque por donde va usted no es". Entonces, es importante también decirles a los jueces que busquen otras estrategias que permitan que las personas con discapacidad puedan tomar decisiones y que para ello no sea la figura de la interdicción la única manera. Esas son formas de resistencia; pero también se da en otros escenarios, como el mismo escenario médico. Yo muchas veces llego a los hospitales y me dicen: ¿tú de qué estas enferma? no, yo no estoy enferma de nada. O sea, me ven y de una relacionan la discapacidad con enfermedad. La discapacidad no es enfermedad, pero incluso los mismos médicos a veces piensan así, aunque se supondría que tienen toda la claridad respecto al cuerpo. Es muy interesante que ya, de alguna manera, la academia ha empezado a comprender esa situación y ha empezado a hacerles ver a las mismas personas que están estudiando estas carreras, sobre todo la de medicina, que es importante enfocarse en el modelo social de discapacidad. Esas ya son formas de resistencia, que nosotros también empezamos a hacer y que los movimientos que hemos hecho (las movilizaciones, las reivindicaciones sobre el derecho al cuerpo respetando sus estructuras) se hacen para formar y transformar también esa institucionalidad.
Pablo Jaramillo: Muy bien, ¿alguna otra intervención?
Laura García: Yo quería responder en la misma línea de mi compañera. Como TEJUNTAS, nos pensamos los escenarios institucionales en función de una disputa ideológica total. Y también decimos que a través de nuestros trabajos territoriales vamos a empezar la creación de liderazgos, donde desde la misma base, desde las personas de los barrios populares, se empiece a pensar también y a incidir en esos espacios institucionales para que haya una transformación real y concreta de la vida de las personas que viven las injusticias sociales. Como TEJUNTAS, nos disputamos políticamente en los escenarios institucionales.
Participante 2: Bueno, muchas gracias a todos. En estas casi dos horas, hemos oído distintas versiones de sus términos, análisis y discusiones. Y oyéndolos todos nos hemos percatado también de varias posibles convergencias: una visión crítica que, de alguna manera, podrían articular y ciertos esfuerzos de lucha y de propuestas de construcción de otras formas de ser en comunidad y de ser con otros. Mi pregunta va más direccionada a preguntar si ustedes ya ven la necesidad de crear articulaciones entre movimientos, si dentro de sus propuestas de organización está ya la posibilidad de articularse con otros movimientos; porque a veces el panorama de los movimientos sociales en Colombia muestra que se encuentran muy dispersos y poco articulados, como muy por su lado, y sus demandas a veces son muy delimitadas. Obviamente, hay esfuerzos de construcción común: está la marcha patriótica, está el congreso de los pueblos, están estas formas de articulación de los movimientos populares del sistema. Pero me gustaría saber si desde sus propios movimientos está esa inquietud de comunicación entre los movimientos populares.
Feliciano Valencia: Bueno, con Robert, somos, como dicen los chicos, panas. A las otras compañeras casi no las distinguimos, pero hay una cantidad de apuestas, intereses, sueños, esperanzas, desde los procesos nuestros, con particularidades y características diferentes de lucha y acción. Hay elementos comunes en la lucha de nosotros, como tener una vida digna, pero la pregunta es si todos le estamos apostando a eso. ¿Cómo piensan ustedes que nos rinde más? ¿Cada uno luchando desde sus parcelas? ¿o es posible juntar esas parcelas sobre un proyecto común? Lo digo porque todo el mundo lucha, todo el mundo quiere transformaciones, pero yo no sé por qué nos cuesta tanto juntarnos. O sea, ¿por qué a los que aspiramos a un mundo diferente nos cuesta tanto juntarnos? y ¿por qué a los que imponen el mundo de ellos les queda tan fácil juntarse? ¿Qué nos pasa? para ustedes, ¿Qué hacemos?
Mario Mayorga: Como yo estaba diciendo hace rato, el problema no es campesino, el problema es de todo mundo. O sea, ¿cómo nos articulamos todos para ponerle a esto un pare ya ¡pero ya es ya!? ¿Cómo le pondríamos pare en verdad? ¿Cómo nos unimos todos los que tenemos esta problemática y todos los que estamos hablando para comenzar desde ya, comenzar desde ahora, a ponerle un pare y a hacer nuestras vidas dignas, para tener las vidas dignas que de verdad nosotros nos merecemos?
Robert Daza: Bueno, en relación a lo de la articulación, yo creo que hay en este momento proyectos de articulación y de unidad de movimientos sociales. Me parece que uno de los más importantes es La Cumbre Agraria Étnica y Popular. Allí llega Marcha Patriótica, llega el Congreso de los Pueblos, ENEA, llega la ONIC, llega Proceso de Comunidades Negras, la Autoridad Nacional Afro. Hay otros compañeros y compañeras de otros movimientos y en total son tres plataformas nacionales que llegan allí con una apuesta común. Ayer estuvimos, precisamente, en un evento de asamblea de evaluación y balance de un año de negociación con el gobierno y prácticamente eso fue lo que nos juntó. O sea, los indios nos dijeron: “bueno, ya hemos probado que solos no podemos hacer los cambios, ya nosotros pusimos toda la gente que teníamos en la carretera y no pudimos, pusimos todas las ideas que tenemos y no pudimos; entonces, luego, el único camino es juntarnos”. Esa fue una primera apuesta de construcción de la Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular. Pero allí es donde la puerca, como decía mi abuela, tuerce el rabo, porque nosotros venimos con unos vicios y con unas taras mentales y de prácticas que comportan lo mismo que nosotros criticamos; por ejemplo, la exclusión. En la izquierda, la exclusión y la discriminación son terribles también. Incluso a veces mucho más cruel que en la misma derecha, bueno, de pronto no tan exagerado, pero sí hay. Entonces, un principio que nos colocamos nosotros allí en la cumbre de relacionamiento fue el respeto entre las organizaciones, pero otro principio más bonito fue el de reconocimiento: respeto y reconocimiento del otro, y la toma de decisiones en consenso. Pero eso es muy complicado, porque árbol que nace torcido no es fácil enderezarlo.
O sea, allí hay unos pataleos bastante fuertes, porque para muchas organizaciones el juntarnos es ir a imponer nuestra voluntad y nuestra propuesta; muchas veces esa propuesta y voluntad hace parte de una matriz política e ideológica que no recoge y no interpreta la generalidad de la comunidad. Dar ese salto (romper con esa “tara”) de querer meter al pueblo en nuestra matriz política ideológica a sentirnos nosotros parte de un pueblo, de una comunidad, es bastante complicado, complejo (como dicen). Pero estamos en esa apuesta. Yo creo que lo importante es que hemos reconocido y que estamos en ese ejercicio. Mire que, ahoritica, el gobierno nacional nos va a dar otro empujón para que nos juntemos. En el 2013 o en el 2014, hubo muchísimos paros agrarios, hubo el paro de los estudiantes, la MANE, ahorita lo de FECODE; han firmado acuerdos y el nivel de cumplimiento es supremamente pobre, supremamente vergonzoso. Ayer invitamos a Tarsicio Rivera de la CUT y creo que de FECODE también, invitamos a gente de las Dignidades Agropecuarias, y la proyección es que a mediados de este año seguramente nos vamos a encontrar en otro paro, que no puede ser agrario únicamente sino mucho más amplio. Y a todos esos veintitanto procesos de negociación nos va a tocar seguramente juntarnos. Estamos proponiendo un encuentro obrero popular agrario, pues seguramente a mediados de junio será cuando lleguemos a contar las desdichas del relacionamiento con el gobierno nacional; y allí ya la sensatez política e ideológica de los movimientos de los representantes pues lo dirá. Como dice acá el mismo Mario, la gente en los territorios está que revienta, o sea, la gente está muy enojada, indignada, con el gobierno por toda esa agresión con la que se está tratando los territorios. Entonces, yo creo que aquí, seguramente, nos va a tocar combinar acciones de articulación y movilización. La movilización creo que es el eje articulador, pero desde allí en adelante ya deconstrucción del país, esto de la paz, por ejemplo, tiene que juntarnos también.
Natalia Moreno: Bueno yo quería decir algo al respecto. Precisamente, en estas semanas, sale un libro en Argentina, donde se habla del frente de lisiados peronistas y de toda esta coyuntura donde hubo todo el peronismo en Argentina. Hubo un movimiento de personas con discapacidad que se une al Peronismo para reivindicar también sus derechos y su apuesta de lucha, y se unen también a todo este ejercicio. Yo sinceramente me sentía como muy cercana, porque yo soy muy política. Yo, por lo menos, he intentado también incidir en otros escenarios; yo hago parte de la Unión Patriótica y me relaciono mucho, por ejemplo, con la comunidad LGBT, en donde generamos algunas alianzas porque tenemos muchas cercanías en torno a cómo vemos el cuerpo, a cómo lo reivindicamos desde lo cultural, a cómo buscamos otros escenarios de lucha, como son, por ejemplo, los espacios artísticos. Yo creo que son discusiones y son escenarios que debemos tomar. No es fácil, como dice el compañero, acercarnos, no es fácil además relacionarnos también; yo siento que eso es porque estamos llenos de muchos prejuicios también; eso es una cosa que nos limita bastante al momento de unirnos y acercarnos, porque siempre estamos viendo al otro con subestimación, como que ¿el otro para qué? ¿Para qué estar acá? Creo que esa es una cuestión que debemos todos empezar a observar entre nosotros mismos, es una autocrítica que deberíamos de empezar a hacernos entre nosotros mismos: ¿Cómo eliminar también ese tipo de prejuicios que tenemos frente al otro?
Pablo Jaramillo: Patricia quería decir algo.
Patricia Veloza: Sí, ya para terminar, creo que es realmente importante esa unión, esa confluencia entre movimientos, entre procesos. Pero ha sido muy complicado, sin decir que es imposible; Tiene sus bemoles. Porque, como decían aquí los compañeros, hay una, digámoslo así, incapacidad para poder comprender y poder trastocar el propio lugar; yo creo que es eso. No se pide que hayan alianzas totales, porque cada sector, cada territorio, tiene unas particularidades; pero sí se piden unas alianzas parciales, unos puentes, precisamente porque existen unos prejuicios (esas sobrevaloraciones o esas subestimaciones de los otros procesos). Son divisiones que a veces podrían parecer relevantes o a veces no lo pueden ser tanto. Hay divisiones que tienen que ver con que la gente dice: “yo no me junto con ellos porque ellos se lanzaron a las elecciones pasadas y no estamos de acuerdo con eso”. Bueno, esas cosas podrían irse tramitando en el devenir de los movimientos. Pero también hay divisiones por cuestiones más ideológicas, por ejemplo, en los movimientos de mujeres hay una tensión: son sectarios, solo van con las mujeres; pero entonces ¿qué pasa con esas mujeres populares, urbano-populares? Porque obviamente las mujeres también tenemos que trabajar, estamos inmersas en el sistema capitalista, no solo en unas reivindicaciones de género aisladas y heteras por allá. Por eso insistía en una visión complementaria y amplia de los distintos sistemas de opresión, que es algo que podría generar puentes entre los diferentes movimientos.
Laura García: Bueno, con CEA-LA tenemos una particularidad. A raíz de que nosotras trabajamos por el tema de la liberación animal, tanto humana como no humana, al principio de la creación del colectivo había muchos cuestionamientos acerca de qué sector trabajar: si netamente con el sector animalista o meternos con el movimiento social, o trabajar con ambos. Y creo que pudimos hallar un equilibrio al adoptar la liberación animal desde, por y para el pueblo. Entonces, lo denominamos “veganismo popular” y decimos que de esa forma influimos en la propuesta de un país construido para la vida digna de todas las especies, incluyéndonos. Trabajamos con el movimiento popular, sin dejar de lado y sin dejar de reconocer ciertas reivindicaciones animalistas; aunque reconocemos que el escenario animalista es un escenario mucho más complejo para trabajar, porque se ven muchísimos intereses de por medio: intereses en las ciudades con el tema los animales no humanos considerados como mascotas, intereses que tienen que ver netamente con la lucha anti taurina o los circos, intereses que se relacionan con la experimentación en animales y ese tipo de cosas. Entonces, en el movimiento animalista, decimos que vamos a hacer un trabajo de pedagogía para acercar esos dos escenarios, porque también son espacios de movilización donde hay masas, donde hay gente que quiere pensarse un país de forma distinta. Entonces, queremos inyectarles esa necesidad de no ponerse una venda y de no decir que solamente vamos por los derechos de las especies animales y humanas, sino que una liberación no va a ser tal si no se piensa la sociedad en su conjunto. Desde TEJUNTAS, hemos estado en diferentes foros sociales alternativos y populares, en contraposición a los foros sociales urbanos mundiales de carácter más institucional y elitista.
Pablo Jaramillo: Bien, yo creo que deberíamos tener en cuenta que esta metodología que hemos planteado es acumulativa y progresiva en las preguntas que van construyéndose. O sea que no permitamos agotar el debate ahora. Si alguien se queda con una pregunta urgente, la guarda por favor para los debates de esta tarde, y también en aras de que tomemos energía para las horas que vienen. Pues les agradezco mucho a Robert, Mario, Laura, Patricia y Natalia; ha sido muy muy estimulante. Espero que los participantes permanezcan todos esta tarde y que todos los invitados que quieran sumarse, se sumen. Muchas gracias.