Jóvenes y PoliTICS en América Latina

Fora Do Eixo: La “bloeuff”manía y la hegemonización en las redes

Contenido

    Por: Sylvie Durán

    “No basta con saber lo que hacen las personas; es necesario también conocer cómo y con qué lo hacen (…) Las cosas y las personas se formatean mutuamente.”
    Alberto Corsin Jiménez  (poner como link) http://www.prototyping.es/prototyping/politica-modelos-y-prototipos

    “Una de las cosas que me preocupa, no solo en FDE, sino en otros movimientos que pueden estar reproduciendo eso, es la capitalización de TODO hasta el afecto. Todo son contactos, todo es red y networking, nada es de hecho amistad o sinceridad.Todo es simulacros”.
    Joven de Ocupa Alemao tras su experiencia con FDE.

    Este artículo pretende evidenciar algunos de los mecanismos que sostienen el exitoso caso de expansión y posicionamiento comunicacional de Cubo-FDE. Una experiencia efectivamente singular y a tono con los tiempos: esencialmente mediática, vendedora de estilos de vida y afectividades en red, pletórica de contradicciones y falacias pero vivencias “massa” (“macanudas”, “chéveres”, “tuanis”)  e “ideas peligrosas” (al mejor estilo “épater le bourgeois” o el “fin de la historia”) y que promete a crédulos e incrédulos, un nuevo mundo que finalmente sirve para justificar nuevas formas de verticalidad, intermediación y jerarquización en tiempos de red.  La situación actual se define como una reedición de momentos del pasado en los que tras una crisis seria, Fora do Eixo se relanza y evade la rendición de cuentas.

    La experiencia


    El Circuito Fora de Eixo (FDE) es una red dedicada al desarrollo de narrativas y al trabajo de comunicación digital y de redes sociales que tiene una amplia proyección en Brasil y que cada día es más reconocida a nivel internacional.

    Dentro de sus propuestas se pueden destacar cinco que han convertido a FDE en un actor importante dentro de la forma en que los jóvenes se movilizan en el país. La primera se enfoca en el ámbito de la producción cultural, especialmente en el campo de la música, desde donde han impulsado iniciativas como Grito Rock y una serie de festivales y casas comunitarias (Casas FDE), que hoy son conocidas como laboratorios o “campus” de formación interdisciplinar y hospedajes solidarios, entre otras cosas.

    La segunda es una  batería de tecnologías sociales que el Circuito define como su  lógica de sustentación (uso de monedas complementarias o sociales, caja colectiva, vida en comunidad en las Casas FDE o Vida Fora do Eixo). La tercera es la propuesta metodológica denominada “simulacros” que consiste en desarrollar sistemas propios de comunicación, formación (universidad), trueque (banco) y lobby (partido) que “hackean” a los existentes. La última está representada por el proyecto Media Ninja, una plataforma de comunicación periodística alternativa, que creció exponencialmente al calor de las manifestaciones de junio-julio de 2013 y que ha ido ganando visibilidad en varios medios internacionales.

    Esta red, ideada por jóvenes universitarios, empezó su trabajo en el 2001 con el colectivo Espacio Cubo de la ciudad de Cuiabá, capital de Mato Grosso, al norte de Brasil (http://foradoeixo.org.br/historico/). Pero fue sólo hasta el 2005 que se formalizó como red bajo el nombre de “Fora do eixo” al sumarse a otras tres iniciativas que también realizaban festivales de  música en ciudades periféricas y ajenas al “eixo Sao Paulo-Rio de Janeiro” que son: el Colectivo Goma de Uberlandia en Minas Gerais organizador del Festival Jambolada; Catraia Discos de Rio Branco, capital de Acre, organizadores del Festival Varodouro y el colectivo Acena de Londrina, Paraná, gestores del Festival Demo Sul.

    La música y la conectividad de los puntos periféricos del país se convirtieron en el vehículo para convocar activa y cíclicamente a una base de jóvenes entusiastas y además, acceder eventualmente al fuerte sistema de subsidios (“editales”) e incentivos destinados a la cultura en Brasil. Ambos sistemas de financiamiento son pioneros en el continente, pues datan de la segunda década de los años noventa, y son amplios en volumen y alcance comparado con el resto de América Latina.

    La producción cultural se prestó también para introducir a los jóvenes en la producción de eventos en el espacio público, y en la comunicación y el marketing en redes sociales, que hoy en día se han vuelto herramientas necesarias para atender el objetivo principal de la red: Visibilizar el “proceso político” de Cubo-FDE y su acción como “lobby” de creciente influencia. 

    Durante las revueltas de junio y julio de 2013, FDE fue uno de los grupos participantes en las revueltas de Brasil. Para ello siguió la lógica aplicada en actividades previas co-organizadas con diversos grupos de la ciudad entre ellos Marcha de la Liberdade y Existe Amor en Sao Paulo: ofrecer sus capacidades de producción y comunicación como un “servicio público” e involucrarse a través de la comunicación y de sus propias plataformas (POSTV y Media Ninja). 

    Para el mes de agosto, justamente tras un programa televisivo sobre el proyecto Media Ninja que  se presenta como proyecto de FDE, el Circuito vivió una fuerte exposición mediática sobre sus prácticas de trabajo. A través de las redes sociales y de algunos medios tradicionales de prensa brasileños, se generó una fuerte oleada de mala publicidad. FDE por su parte se defendió diciendo que  los críticos buscaban la criminalización de las protestas públicas y que estaban lanzando una campaña de desprestigio por haber participado en las revueltas.

    Parte de lo que se les criticó, sin embargo, no fue planteado por la prensa de derecha o por la izquierda retrógrada como lo señaló  el Circuito al defenderse. Las críticas tampoco se referían exclusivamente a Media Ninja ni fueron impulsadas por parte de agentes que se pudieran identificar con esas líneas ideológicas. Eran enunciadas por sus “pares” (exmiembros, colegas de gestión, gestores, activistas en general) y por investigadores interesados en la práctica y los modelos de gestión, tanto del sector cultura como del movimiento social y por los métodos propios de FDE.  Y estos comentarios negativos tienen varios antecedentes.

    A título personal, puedo decir que las críticas coinciden con mi experiencia vivida con el Circuito. De mediados de 2010 a febrero de 2012 coorganizamos una secuencia de intercambio con instancias centroamericanas y hasta me consideraron una socia próxima o como lo llaman ellos “orgánica”.

    Las críticas que salieron a la luz en 2013 coincidían con los motivos por los que me distancié después de vivir dos de sus actividades principales: el IV Congreso Nacional en Sao Paulo (2011) y la convocatoria de Grito Rock de 2012.  Al mismo tiempo coinciden con lo que atestigüé en espacios de encuentro y trabajo con otras organizaciones y redes culturales del espacio latino e iberoamericano entre febrero y agosto de 2012.

    También, con el nuevo proyecto “de expansión” en América Latina denominado JuntXs. Ésta es una plataforma que se mueve entre ser una nueva articulación o, al mejor estilo Cubo-FDE, en autoproclamarse el referente de los movimientos de la cultura en el continente en diversos temas a cuenta de operaciones de branding y comunicación (marca regular de FDE) y, el amparo del poder que les otorga haberse convertido, junto a un grupo de socios puntual, en el filtro y usuario de una parte importante del muy precario financiamiento disponible para poder circular en el continente y gestionar en el sector cultura. Y finalmente, comparto las críticas hacia sus promotores políticos y financiadores.

    Hoy, a unos meses de esa exposición mediática y de un cuestionamiento abierto a su credibilidad, el FDE es propuesto como uno de los interlocutores del movimiento social por agentes  políticos del Brasil (http://www.estadao.com.br/noticias/nacional,em-ano-eleitoral-pt-busca-aproximacao-com-lideres-dos-protestos-de-junho,1145519,0.htm) (incluir como link) y buscan proyectarse en Latinoamérica como un referente líder en cultura viva comunitaria y otros temas con los que han tenido vinculos débiles y utilitarios.

    ¿Cómo logran relanzarse y proponerse como modelo “exitoso” para potencializarse a mayor escala y en nuevas latitudes, sólo unos meses después del cuestionamiento a sus prácticas? ¿Es FDE la experiencia única y extraordinaria que autoproclama ser, perseguida y criminalizada por su compromiso con las luchas de la calle? ¿Es la ceguera retardataria de sus críticos la que impide apreciar a esta red en su importancia y dimensión? ¿O nos encontramos frente  a una de las primeras experiencias de mediación digital y hackeo  pos-disruptivo, que en lugar de darse en clave P2P como alternativa ante el poder, hackea a sus pares en favor de acumularlo e imponerse como nuevo centro y visión hegemónica?

    Las monedas complementarias de FDE: una economía quebrada pero mercadeada como exitosa


    Tanto en el discurso del Circuito FDE como el de sus figuras más cercanas (Lala Dehenzelin, Ivana Bentes, Claudio Prado) y de personalidades como Andrew Dubber de UnConvention o de la misma Fundación P2P, se puede ver que una de las piezas centrales que moviliza el interés por FDE, es el esquema de economía social que dicen desarrollar a partir del uso de monedas complementarias.  Este elemento ha sido entendido como un valor principal del sistema por la mayoría de quienes hemos colaborado con ellos.

    ¿En qué consiste el sistema? En concreto ofrece la sistematización de los servicios y bienes que grupos y redes pueden intercambiar o sumar, en proyectos de colaboración y en la construcción de un sistema de monedas complementarias o sociales y banco, que faciliten el intercambio entre sus proveedores. La propuesta habilita una gestión más amplia del tradicional “brotheragem” del sector cultura, que promueve el canje y préstamo informal de servicios y bienes entre músicos, artistas y gestores culturales que se suelen hacer por cercanía, afinidad o amistad.

    En el caso de FDE, el proceso de creación de este método empezó en 2003, en Espacio Cubo, con el Cubo Card, una moneda de canje que cubría el intercambio de artistas y gestores locales http://www.cubocardapio.blogspot.com/ (incluir como link) Las razones por las que llama tanto la atención es el esfuerzo y la pertinencia de la sistematización del intercambio informal en un banco de servicios, la noción de encadenamiento productivo que subyace y el temprano uso de herramientas web como los blogs y las planillas compartidas de las que no se tenía conocimiento.

    Cubo Card es parte de las tecnologías que Cubo aportó a FDE y cuya réplica fue y es promovida como base del modelo de gestión en los colectivos que se adhieren al Circuito y cuya contabilidad, en teoría, se lleva de forma transparente en planillas disponibles a la vista de los usuarios y del público.

    Al día de hoy, FDE y esencialmente Pablo Capilé afirman que en su sistema operan de 34 a 50 monedas (el número varía según la entrevista) de las que Cubo Card sigue siendo la referencia central con la que se ilustra y comparte el sistema.

    Lo que se puso en evidencia con los datos investigados en agosto de 2013, es que existen serios problemas de método en el esquema colaborativo de banco o moneda social. 

    A diferencia del sistema de bancos comunitarios[1], en el caso de FDE nadie legitima ni garantiza la transparencia del sistema o la participación de quienes lo alimentan. ¿Quién administra, coteja y da cuenta de la información sobre las monedas y su performance? El mismo Cubo-FDE. Los usuarios de entonces evidenciaron lo siguiente:

    Ambas condiciones atentan contra la confiabilidad de cualquier sistema de canje, trueque o mercado y señala una distorsión esencial: el sistema, en acuerdo entre varios, está dominado por quien es su principal usuario.[2]

    Además, de acuerdo a algunos testimonios directos, la crisis de pago de Cubo Card empezó desde muy temprano. Las principales deudas fueron con hoteles, y una de ellas fue llevada a juicio. Las experiencias de deuda datan al menos de 2006 cuando se organizó la cuarta edición del Festival Calando. Justamente el Festival  había logrado un primer incentivo oficial de R$50.000 por parte de la Secretaría da Cultura da Cuiabá y este subsidio fue en aumento hasta alcanzar los R$250.000 reales para la novena edición de 2011. Esos recursos fueron entregados por el poder público de la ciudad a pesar del reporte de las deudas a dos Secretarios de Cultura de Cuiabá.

    De hecho, Pablo Capilé en sus recuentos de la historia de Cubo-FDE, se refiere a menudo a la economía subprime y quebrada que generaron entre los agentes de Cuiabá en 2003. Lo comparte como algo que sólo afectó la sobredemanda de servicios de comunicación y promoción que daba Espacio Cubo como entidad. El sistema dejó deudas sin saldar a quienes confiaron en ellos e hicieron su parte en la entrega de servicios de papelería, comida y servicios artísticos.

    En este punto, cabe preguntarse cómo es que se acredita entonces y se ha dado por bueno el funcionamiento del sistema de monedas de FDE con este precedente que se repite en sus fases siguientes. La respuesta es que esto lo logran gracias a la comunicación boca a oreja de información sin confirmar y a la capacidad de Cubo de proyectarse por fuera de Cuiabá antes de entrar en crisis. 

    Y así sucesivamente, de boca a oreja, aparentemente sin investigación de primera mano, un modelo en quiebra, se instala y perpetúa como un modelo destacado y transferible a partir de la reputación que otros otorgan.

    Por ejemplo, apenas iniciaron las primeras grietas del sistema en Cuiabá, Pablo Capilé, fue premiado por Ashoka Foundation (https://www.ashoka.org/fellow/pablo-santiago-capil%C3%A9-mendes) (incluir como link) que también asume el discurso de Cubo . También es posible encontrar comentarios de Claudio Prado que sin haber viajado a Cuiabá, reproducía las historias exitosas. Más adelante Lala Dehenzelin posiciona el sistema de FDE y lo usa sistemáticamente como soporte a su propia propuesta metodológica -4D- para la economía creativa, las monedas sociales y la proyección de futuros. Y así sucesivamente, de boca a oreja, aparentemente sin investigación de primera mano, un modelo en quiebra, se instala y perpetúa como un modelo destacado y transferible a partir de la reputación que otros otorgan.

    Como elemento complementario, está la selección de discursos propios y externos que se suman para dar más empaque a la historia oficial del Circuito. Habiéndolos acompañado en diversas jornadas de trabajo, oí de varios de sus líderes las mismas construcciones narrativas en distintos contextos. Red ducha y disciplinada en sus narrativas, invierte una importante cantidad de energía en generarlas, socializarlas y homologarlas (invirtiendo varias horas en entrenamientos). Esto lo oí desde el día que los conocí en abril de 2010, en sus Congresos y reuniones internas, en entrevistas, en todas las giras que coorganizamos en 2010 y 2011 en Centroamérica, y hasta en eventos con otras entidades.

    Así el sistema Cubo-FDE Card y la experiencia de economía social de FDE, se propone como la base de experiencia y conocimiento que aplica la Universidad Fora do Eixo y UNICULT. Es socializada por Carol Tokuyo, rectora de UniFDE y por Felipe Altenfelder, exmiembros de Massa Coletiva, una de las últimas entidades en entrar al sistema antes de mudarse a Sao Paulo. También es defendida por Talles Lopes de Uberlandia, que inicia la moneda Goma Card en 2009. Todos la siguen reproduciendo como si fuera un referente sólido. Pero el sistema de monedas no es un sistema de economía social. Simplemente hace parte de su narrativa.

    Grito Rock: Historia oficial y “a legitimidade do bloeuff”


    Asociada a la pretensión de trabajar teniendo como base una economía solidaria, se fortalece la característica central de FDE: su foco en la construcción de narrativas. Y una de esas narrativas es su propia “historia oficial”:  

    1. Al igual que otras historias oficiales toma como base el establecimiento de mitos fundacionales y el esfuerzo de muchos se traduce como parte del heroísmo de unos pocos. Al igual que sucede con el patrimonio de servicios en su sistema de banco que financia esencialmente a la entidad gestora, los méritos y acciones de amplios grupos de personas y eventos se magnifican a partir de estrategias de marketing y publicidad, una de las fortalezas de FDE, para ser acreditadas a unos pocos referentes del sistema.
    2. Para hacerlo, se aplica otro concepto central de la red que explica su visión de la construcción de narrativas: “a legitimidade do bloeuff”. A legitimidade do bloeuff es la asunción de la utilidad e idoneidad de “amplificar” y distorsionar informaciones las veces que sean necesarias para  mantener “el proyecto político de FDE” y el estímulo de los que participan en ese viaje.
    3. A legitimidade do bloeuff es un concepto formalmente establecido como parte de la jerga y los métodos de trabajo del Circuito. La mayoría de estos métodos están descritos en su sitio web y en un conocido glosario cuya versión escrita excluye términos políticamente incorrectos como este o como “papo reto” (sesiones de disciplinamiento) que, sin embargo, sí se explican y son aplicados a quienes se acercan a trabajar con ellos. 
    4. Personalmente, oí hablar de “a legitimidade do bloeuff” en Buenos Aires de la mano de Felipe Altenfelder cuando lo acompañé al primer Congreso Latinoamericano en Niceto (http://nicetoclub.com/shows/internacionales/1433_congreso-fora-do-eixo-latinoamrica) (incluir como link). Felipe me explicó que fotografiar y editar las cosas de modo que aparentaran más público o elementos de destaque en las actividades era legítimo para estimular a los colegas de base de la red, que aparecían entonces como los principales destinatarios del sistema de comunicación de FDE. [3]
    5. A su traslado a Sao Paulo en 2011 y en su esfuerzo por ganar mayor impacto en el público, sus narrativas y métodos pasaron del público interno al público general bajo la misma pauta de “todo vale” cuando se trata de estimular las adhesiones al sistema y la manutención del “proceso”.
    6. Un caso de bloeuff y de manipulación de las cuentas del banco común se da con los festivales del Circuito y especialmente con Grito Rock. Los primeros son esencialmente de una red de eventos de pequeño alcance tipo backpacker, con vínculos puntuales a eventos y programadores mayores. Es decir, se trata de un circuito de expresión y acceso al ejercicio. No de un circuito de industria o nuevo mercado de la música que, usando recursos para el desarrollo de la música, finalmente subsidia la construcción de FDE como mediador.
    7. Grito Rock se anuncia como un evento que crece cada año exponencialmente sin dar a conocer el perfil de quiénes lo hacen, el alcance que tiene en cada ciudad o el esquema de trabajo. Es una muestra de lo poco fiable que es la información que circula sobre Grito Rock, pues se siguen señalando los materiales promocionales de contrapartes que no participamos. Los países centroamericanos fuimos el primer grupo de países en bloque que realizó el evento en 2011, dándoles la posibilidad de estar en 10 países fuera de Brasil en vez de 3 (la mitad éramos los cinco países centroamericanos que nos introdujimos en bloque como parte de nuestro intercambio y aunque 3 + 5 no dan 10, Cubo-FDE es pos-rencor y pos-matemáticas).
    8. Habiéndonos separado del proceso antes de la edición de 2012, seguimos apareciendo  como Puntos de Articulación en sus planillas y en los materiales de promoción del Grito Rock de 2012 y 2013 http://issuu.com/foradoeixo/docs/apresenta__o_grito_rock_ultima. (incluir como link) Y no somos los únicos. Colegas de Argentina, Colombia, New York, entre otras, se han salido del evento y de los intercambios musicales por falta de transparencia y de claridad en las condiciones en las que se da el intercambio con FDE.
    9. A pesar de las malas experiencias, el bloeuff de Grito Rock se mantiene por usuarios que no la han pasado bien, pero que siguen participando, entre ellos los músicos y los gestores. Tener una gira internacional en Brasil, así sea pasando malas condiciones o habiéndose costeado todos los gastos y sin  mayor beneficio, sirve como promoción tanto en el país de origen como en el exterior.
    10. Conforme FDE ha crecido en proyección y ambiciones, el bloeuff además de ser una posición sostenida de menosprecio a la veracidad y de autobombo, se tornó en una práctica habitual y hasta una estética fotográfica y de existencia (“Vida Fora do Eixo”) que, como veremos más adelante, se replica en la gestión de las relaciones públicas y políticas.

    Héroes, entourage y fans base


    Los adalides-héroes de la historia oficial de Cubo-FDE son, en orden de protagonismo los siguientes:

    1. Espacio Cubo de Cuiabá y esencialmente su lider Pablo Capilé y otros miembros decisores o ejecutivos centrales (Lenissa Lenza, Marielle Ramires, “camada” o grupo central de Cubo-FDE), así como miembros más operacionales (como Driade Aguilar, Thiago Dezan, los exmiembros de la banda insignia de su trabajo en música Macaco Bong: Ynaiã Benthroldo y Ney Hugo). Todos son líderes fundadores del circuito que en nombre de su “lastro” o seniority, constituyen el grupo de mayor influencia y control dentro del Circuito.
    2. A ellos se suman con crisis más o menos recurrentes los mandos medios y medioaltos que deben someter su liderazgo al de Capilé. Se trata de círculos progresivos provenientes de los colectivos regionales, dentro de los que se destacan dos casos de Massa Coletiva que hoy son parte del núcleo central: Felipe Altenfelder y Carol Tokuyo que han pasado a ser las cabezas de las Casas FDE establecidas en el país.
    3. En tercer lugar, dentro de la red, vienen los miembros de las organizaciones que forman la red organizada y que participan de capas sucesivas de confianza o responsabilidad con flexibilidad según se adhieren y convienen a la estrategia y voluntad de los dos grupos anteriores.

    No obstante, aunque el grupo más cercano de mandos medios y altos es relativamente estable, nadie tiene asegurado el lugar, a menos que mantenga férreamente lo definido por la cúpula. Este fue el caso del segundo histórico en la red –Talles Lopes- que además de que se le exigió mantener silencio cuando se mudaron a Sao Paulo, Pablo Capilé afirmó que no dio la talla y por esto fue sustituido por Felipe Altenfelder.[4]

    Sumado a la red como tal, existe un grupo externo o “camada”, que es fundamental y estratégico. Se trata del “entourage” de socios de poder que son su puerta y clave de incidencia. Este está conformado por quienes sirven de enlaces a otras redes, a validadores y a recursos. Operan como antesala de Cubo-FDE y de Capilé ante nuevas relaciones. A menudo se manifiestan de forma inconsulta a nombre de instituciones e incluso de redes horizontales: Claudio Prado, Ivana Bentes, Rodrigo Savazoni juegan un papel permanente en hacer esta tarea.

    Por otro lado, una parte importante de estas personas son quienes representan a cuadros medios que abren acceso a líderes de mayor peso y que no necesariamente son “permanentes” o “acríticos”.  Yo misma jugué ese rol mientras entendí que su aporte era muy valioso. Alfredo Manevy con Juca Ferreira, Alexander Yuseef con Marta Suplicy, son muchas las personas que han apoyado este proceso. Recientemente se incorporan Alexander Santini vinculado a la diputada Jandira Feghali y Marcelo das Historias de cara a los colectivos y redes afrodescendientes. De igual manera, empiezan a contar con colaboradores en otros países de América Latina.

    Este “entourage”  moviliza el amplio banco de relaciones (personas, entidades y figuras) que hoy soporta a FDE por encima de las críticas de sus pares y que se pueden clasificar de la siguiente manera:

    1. Algunos son individuos que personal y honestamente aparecen impresionados con FDE. Hablan con afecto de su proceso y le apuestan a él depositando su confianza en que se está construyendo algo novedoso y positivo. Reconocen algunos yerros que, a la larga, les parecen menores. A pesar de que comprometen su prestigio, no es evidente que reciban nada a cambio, salvo la satisfacción de estar apoyando algo en lo que creen.
    2. Otros son individuos que manejan un doble discurso. Son críticos en espacios semi-privados pero públicamente no los contradicen y algunas veces hasta los avalan porque sacan crédito del trabajo que hace FDE. Entre ellos se encuentran algunos empresarios de la música y activistas (he tenido conversaciones directas con al menos cuatro personas y dos de ellas realizan un trabajo casi opuesto a los valores de FDE).
    3. Personas que salen beneficiadas del vínculo y reciben, ellos mismos, servicios o condiciones de promoción y proyección que les dan ventajas, generalmente asociadas a fondos y posicionamiento político dentro y fuera de Brasil. Los más notables reaccionan orgánicamente a sus campañas y a sus narrativas en las redes sociales.

    De esta manera, en tiempos en los que la reputación es moneda central de credibilidad en el mundo digital, esta base de líderes de apoyo es lo que permite de manera sólida la reproducción de la lógica jerárquica y representacional, que FDE busca conquistar.

    Ningún líder es buen líder si no demuestra poder en “su” propia red. Poder que, en ese sentido, debe ser incuestionable.

    Vale la pena destacar que en el estilo de liderazgo promovido por Cubo-FDE, ser líder de una red sin ser capaz de disciplinarla para que asuma las decisiones de su líder es un antivalor. Ningún líder es buen líder si no demuestra poder en “su” propia red. Poder que, en ese sentido, debe ser incuestionable. La figura de héroe positivo ocupa además el lugar de mártir pródigo y víctima de la ingratitud de sus vasallos y del público cuando es criticado y, ¡pobre de él!, debe asumir todo el desgaste de ser un líder.

    El síndrome de Peter Pan: creando el relevo de una política clientelar 


    En agosto de 2013, se hicieron acusaciones a FDE de comportarse como secta y de “esclavizar” a las personas. Una interpretación simplista de factores de desbalance en la horizontalidad de una red que apunta en otra dirección.

    La mayoría de los miembros, al inicio de Cubo-FDE -y en buena medida ahora- son jóvenes adultos que participan de forma voluntaria en eventos, campañas, coberturas, “percursos” y eventualmente se incorporan al verdadero proyecto de FDE. A su “proceso político”.

    Se trata de jóvenes entre los 19 y los 27 años e incluso menos. Quienes empezaron su participación en Espacio Cubo cuando eran aún más jóvenes, una situación que posiblemente se reproduce en lugares pequeños.  A los 19 años son ya personas adultas, legalmente conscientes de sus decisiones y militancia. También son personas que, por razones propias de esa fase de la vida, son especialmente sensibles a la exploración y consolidación de los marcos de valor, a la construcción de las preferencias personales fundadas en la pertenencia a grupos, a la identificación entre pares y altamente susceptibles al impacto de quienes se posicionan como líderes o modelos. 

    Por el tamaño del país y el manejo interno que hace FDE sobre la información estratégica - que como vimos se hace en “camadas” o núcleos sucesivos y bien diferenciados de confianza y sobre todo de poder-, los grupos de base manejan un conocimiento parcial en relación con la gestión del “núcleo duro” de gestión nacional. Reciben información acompañada de mercadeo constante y autoinflacionado gracias a su esquema de bloeuff.

    Exmiembros/as del Circuito explican el nivel de compromiso de la base con los líderes de FDE justamente por esa distancia. Señalan que existe una gran diferencia entre estar en la base y estar cerca de la cúpula y que los efectos de las prácticas más nocivas se acrecientan conforme aumenta la convivencia con ella.  En la base, los participantes se perciben a sí mismos como protagonistas de una película de héroes, velados por el Ojo de Gran Hermano, su líder héroe-rockstar de la gestión que –como es conocido y distinguible en su muro de FBK- envía mensajes de estímulo-control a altas horas de la noche ofreciendo conspirar y pidiendo, de paso, cuentas de lo que se hace para premiar a los más dedicados.

    Dejo para el final, un elemento central: el  ol de estos jóvenes trabajadores, generadores de los servicios y el “capital semilla” más grande que nutre el sistema y sus monedas complementarias. Ellos son quienes realizan el trabajo por el que consiguen fondos o contrataciones y no reciben salario ni crédito directo, sino que viven de la caja colectiva o están de pasantes en una vivencia o “campus universitario”. Ellos son quienes concretan las entregas de la red, la “task force”, el “ejército” de hormigas felices.

    Esto no quiere decir que quienes administran todo esto no estén haciendo un trabajo enorme y que Pablo y sus gestoras inmediatas no sean parte de los que no duermen o se esfuerzan. Parte del tema es de quién y cómo se define lo que así se produce. Los jóvenes participantes son quienes dan los servicios concretos alrededor de “la red” y son quienes acuerdan contraprestaciones con otras redes y políticos, o reciben fondos de nuevo. Los jóvenes en concreto son anónimos y están desprotegidos dentro del sistema. Ellos capitalizan la red y a su cúpula que, ante cualquier novedad y conflicto, siempre tiene la razón y el poder de definir. 

    Los jóvenes participantes son quienes dan los servicios concretos alrededor de “la red” y son quienes acuerdan contraprestaciones con otras redes y políticos, o reciben fondos de nuevo. Los jóvenes en concreto son anónimos y están desprotegidos dentro del sistema.

    Para los jóvenes ejecutantes del sistema, salir de FDE o de una Casa supone irse sin nada material, pero con mucho conocimiento. Todos salen agradecidos con lo aprendido en comunicación y redes sociales.

    Este es un punto crítico en la lógica del modelo FDE como discurso y sobre todo en sus “simulacros”: no es un esquema de economía solidaria, más bien se trata de un modelo de voluntariado y participación a fondo perdido.

    Del lado de los cuadros históricos líder con lastro, cabe notar que ellos estaban en el mismo rango de edad de 20 a 27 años hace más de una década cuando se formaron Cubo o el Circuito.  Hoy, son todos adultos de entre 30 y 37 años que  ya no tratan a una red de jóvenes pares, sino que están en una situación de poder adulto frente a jóvenes en constante rotación.

    La pauta de discurso que define la relación entre ambos grupos es asimilado por otras redes que le son cercanas. Lo colectivo pasa por minimizar –incluso menospreciar, relegar, condenar- el sujeto en tanto individuo. El individuo no es relevante y es remplazable. Lo colectivo prima definido en contradicción con las aspiraciones personales que se consideran “picaretas” (en un sentido semejante al que se denominaba “pequeño burgués” el discurso de vieja izquierda). Se entiende que, por default, todo miembro recibe más de lo que da en la red, salvo la cúpula y los que están ajustados a las pautas de los primeros, escalan posiciones y tienen el control de las decisiones. Ellos establecen que  “todo es de todos y nada es de nadie” mientras gestionan los “activos” de todos,  producto del trabajo de muchos, como propios. De nuevo: un sistema dirigido y administrado por el que más se beneficia de él.

    Status quo, gerentocracia prematura y verticalidad


    Como venimos adelantando, FDE reivindica su jerarquía interna con base en el “lastro”. Los que más “lastro” o capital acumulado tienen, son los que más han trabajado y por eso, tienen más autoridad y voz en la red. Este ejercicio de legitimidad  se supone consensuado y se logra por mérito de trabajo. Sin embargo, la propuesta tiene un par de dificultades:

    Por un lado los que están desde el origen tienen a priori más lastro por vejez, una pauta casi incontestable para alguien más reciente.

    Por otro lado, quienes aún habiendo aportado de forma importante tienen algunas críticas, se ven interpelados con las técnicas FDE de bullying para evitar los conflictos “picaretas”: el “papo reto” y el choque pesadelo”. Si no se plegan, son acosados, terminan expulsados o dejando la red  sin que se reconozca su aporte material o simbólico.

    Los líderes “que más trabajan o han aportado” son también los que más reciben (se les mantiene incluyendo cargas como pensiones alimenticias o el sustento de los hijos que entran al sistema), y son, al final, las personas que más tiempo pueden dedicar, además de ser quienes viajan, mandan y son más visibilizados.

    Es un círculo virtuoso o vicioso, dependiendo de donde se mire. 

    Se promueve la idea de que son los que más se desgastan y también son víctimas cuando se desatan algunas tempestades. El juicio a través del que se define todo esto lo ejercen los mismos beneficiados desde la cúpula. Es un negocio redondo. Los líderes fundadores y aquellos que han asumido puestos centrales tras aceptar a pie juntillas las pautas de disciplinamiento se constituyen en una suerte de gerentocracia prematura e incuestionable. Es un círculo virtuoso o vicioso, dependiendo de donde se mire. Virtuoso en cuanto permite que la red opere disciplinada, jerárquica y eficientemente a la voz de mando. Viciosa, porque establece una verticalidad y un poder incuestionable e imperecedero. Todo lo contrario a la naturaleza de una red. 

    El reconocimiento y la sustentabilidad de las redes


    Ahora bien, al ir más allá de la estricta experiencia de FDE, la idea del lastro podría considerarse un principio justo y un mecanismo adecuado para atender el reconocimiento al esfuerzo, la experiencia o la trayectoria de los miembros de un proceso. Un tema de maduración en todo colectivo, red o proceso colaborativo, especialmente cuando se pretenden abiertas, con posibilidades de inclusión y renovación, pero en las que se comete el pecado de hablar por todos o por otros.

    Es un tema muy complejo cuando se sobrevive en condiciones materiales precarias que es la situación que viven muchas si no la mayoría de las causas y organizaciones voluntarias en el mundo: lograr un equilibrio que sea percibido como justo y abierto a la inclusión y al recambio, respetuoso de las trayectorias pero también que permita estabilizar la gestión, sea sustentable y logre vencer a las tentaciones de la acumulación de poder.

    Dentro de una red o sistema complejo se genera una determinada cantidad de potencia, trabajo o capacidad  de atención que, por más que crezca, debe distribuirse (típico problema de la economía). Alrededor de este tema, los miembros de FDE gustan decir que basan su gestión en la economía de la abundancia.  Sin detenerme en detalles sólo diré que el debate entre economías de abundancia o de la escasez no debiera reducirse a un meme celebratorio: abundancia y escasez se presentan juntas como polaridades creativas en los sistemas. Por ejemplo: si la capacidad creativa y de idear es abundante y multiplicadora, no lo es la cantidad de horas de vida que tenemos para cultivarla en una dirección u otra.

    Sin detenerme en detalles sólo diré que el debate entre economías de abundancia o de la escasez no debiera reducirse a un meme celebratorio: abundancia y escasez se presentan juntas como polaridades creativas en los sistemas.

    La distribución de la energía colectiva es además un punto clave de gobernanza en toda situación de convivencia y cogestión (desde una familia hasta el Estado, o una comunidad, un colectivo teatral, de gestión o una cooperativa innovadora) ¿Qué cuentas se pagan a fin de mes y cuáles no? ¿Cuáles se manejan –si se puede- como deuda y cuáles con liquidez? ¿Quién tiene acceso a los distintos recursos y controla el sistema?

    ¿Cómo opera Cubo-FDE?


    Cualquiera que observa o conoce a FDE de cerca puede dar cuenta de quién define si la energía debe ir en una u otra dirección o quién debe sostener el esfuerzo mayor o ser recompensado, o a qué debe dedicar su tiempo un miembro de FDE. Todo se decide en la cúpula y esencialmente en manos de Pablo Capilé que así lo da entender cuando se proponen gestiones conjuntas y describe la capacidad de su red y su condición de verdadero líder.

    Exmiembros y miembros de FDE comentan abiertamente cómo, en determinados momentos, independientemente de si los recursos se han conseguido en un proyecto con un fin X o un fin Y, se usan para la prioridad de crecimiento definida por el “grupo” líder, dejando de lado compromisos institucionales, o de insumos a determinada dinámica local. Todo en nombre de la actualización constante (F5), de la flexibilidad, del compromiso con el espacio-tiempo de la actual generación y ¡la chispa de la vida! ¿por qué no?.

    Si alguien reclama por estas decisiones, está siendo poco solidario, injusto, desconsiderado, ingrato y cruel. Por lo tanto recibe el trato correspondiente como persona “picareta”: es objeto de “papo reto” o “choque pesadelo” (sesiones de crítica y bullying dadas en grupo a un solo individuo) y de sanciones concretas (desde relevarlos de tareas de mayor rango a ser tratado con indiferencia por demás, hasta ser expulsado).

    Esta dinámica, pese a ser denominada horizontal, solidaria y generadora de altos índices de felicidad bruta, está más cercana al acoso laboral y opera como cualquier sistema de acumulación y verticalidad: el lastro jala al lastro y  se autoreproduce. De hecho, también se contagian entre ellos: ahora le dan más espacio al cuido físico (yoga, meditaciones) gracias a la influencia de personas que se mueven en el mundo del teatro y en otras prácticas. Era de esperar que tras las movilizaciones de Agosto, algo de esto haya mejorado.

    El orden jerárquico de FDE es explicado claramente por sus miembros voceros (Felipe Altenfelder es el vocero principal de esta lógica) y durante la fase más reciente, fue explicado por sus defensores intelectuales que son Claudio Prado desde la Cumbre de Río, quien insiste en la necesidad de tener una jerarquización clara, e Ivana Bentes junto con Rodrigo Savazoni que vienen señalando y profundizando la verticalidad como condición necesaria y hasta deseable (¡!) para una gestión eficiente de las redes, del movimiento social, de lo político y de los procesos de incidencia en red.

    “Bienvenidas sean” entonces las nuevas formas de tutela, mediación y verticalismo y el lobby universal de Capilé y asociados, un verdadero contrasentido si se piensa desde los movimientos en red.

    Fora do Eixo: Entre servicio público y “somos un software”


    FDE  se articula a los procesos de diversos modos. El principal es ofreciendo sus servicios como plataforma de comunicación, producción de eventos y articulación de circuitos.

    La suya es una gestión de comunicación eminentemente de mercadeo tipo “broadcast”, más que colaborativa o ciberactivista. Por lo tanto, más que empoderar la expresión plural y ciudadana en colaboración, compartir y referir contenidos de otras plataformas, ofrece y fortalece sus propias plataformas de difusión. Como sucede hoy con otras plataformas y marcas, su trabajo de comunicación tiene como fin último el posicionamiento de su propia plataforma, no de los contenidos, de los usuarios o de las redes existentes. 

    Esta lógica (descentralizada en contenidos gratuitos e intercambiables, y centralizadora en la curación, la gestión, el control y los beneficios) está a tono con el modo en que se está reorganizando el capital y los actores emergentes ante la digitalizad, ahora que la fase más disruptiva de la revolución digital pasó. Y se agrava aún más en el caso de FDE porque, a diferencia de otras plataformas que vienen haciendo esto con transparencia y una definición clara y acotada de sus objetivos e intemediación (como www.avaaz.org), FDE se ofrece esencialmente para difundir contenidos de otros cuya autoría minimiza o desconoce en valor o créditos o que termina editando de modo que resultan en visibilidad y validación propia.

    Los descontentos y los señalamientos causados por la apropiación de eventos e iniciativas colectivas, se vuelven reiterativos desde Agosto de 2013, sobre todo por parte de sectores que procuran mantenerse autónomos como sociedad civil y por lo tanto, incómodos para los políticos.

    Cubo-FDE lo ha hecho desde siempre. Promueve una comunicación alrededor de un esquema de marcas diversificado que integra a otros pero que al final ellos controlan, (la propia marca del Circuito, SEDA, Grito Rock, etc.), incluyendo una base de cuentas en Facebook y Twitter.  Tras el desgaste acumulado a la fecha (por Cubo y FDE) y agudizado con el debate de agosto, hoy busca asidero en sus submarcas o espacios sectoriales (como la Red de Festivales de Brasil, UNICULT y Hospeda Cultura). Submarcas que incuba juiciosamente para la ocupación de espacios y temas de otros. Y que actualmente empiezan a usarse para “ocupar” Latinoamérica.

    Al pasar de ser un circuito de música a una red de tecnologías sociales y con su llegada a Sao Paulo a finales de 2011, Capilé describe sus acciones como servicios "de interés público" (hoy son aplicativos del software que FDE es). Usando su modo de operación narrativo, cada una de estas ideas se instala como meme por repetición.  En los hechos, como se ha manifestado cíclicamente,  la oferta se da con el objetivo prioritario de posicionarse como red y, cada vez más claro, como lobby de influencia, particularmente de su cúpula histórica y de quienes se integran “orgánicamente” a ella.

    El método que utilizan es más o menos así:

    1. A partir de su trabajo y de su asocio inicialmente puntual con otras redes (que ellos consideran “gavetas”, que se da en el marco de eventos o de la cogestión de proyectos o como miembros de un cuerpo colegiado múltiple), se declaran y asumen bandera y punta de determinados temas. Por ejemplo la industria musical brasileña, el movimiento social cultural y las redes globales.
    2. A través de su trabajo de comunicación digital empieza el proceso de “ocupar” espacio (su propio discurso relativo a la ocupación es amplio y recurrente) y de “fagocitar”[5] las agendas de otros -generalmente plurales y diversas- de quienes no sólo difunden sus puntos de interés sino que se autoproclaman representantes, voceros o articuladores.
    3. Van integrando el tema en activo asociado a alguna de sus marcas, tags y agendas. Si no existe, la inventan.
    4. Hacen comunicación engañosa sobre su condición de representatividad o vocería que se autoasignan y comunican como realidad a través de estrategias de mercadeo y edición
    5. Hacen esta operación frente al público general pero sobre todo ante políticos y otros grupos menos letrados digitalmente que no diferencian una operación en Internet participativa y de diálogo,  de una centralizada e intermediadora. 
    6. Cooptan a un par de líderes significativos de esos movimientos para ganar espacio, visbilidad y legitimidad en temas de los que no han sido líderes orgánicos ni promotores. A ellos,  prestan los mismos servicios dando protagonismo contra la negociaciones “por arriba”, al margen de sus pares.
    7. Ofrecen y negocian la agenda de esos movimientos sociales a partidos, otros líderes e instituciones, especialmente financieras.

    Con este procedimiento, FDE ha ido escalando de las redes de “pares” a un estilo más tradicional de tráfico de influencias dentro del sector político y de quienes los apoyan financieramente. Al convertirse en una figura de intermediación con afanes de protagonismo permanente, se promueven a sí mismos mientras sirven a la visibilidad y la comodidad de políticos tradicionales, de colegas o entidades con aspiraciones o necesidades de figuración, de cualquiera que les asegure tener acceso a recursos. Nótese que con gran sentido de oportunidad, cazan y eligen temas emergentes que están legítimamente en alza: descentralización cultural, cultura digital, juventud, cultura viva comunitaria, movimientos indignados y afrodescendientes. Se suben a la ola del trabajo social ahí donde la espuma revienta y se hace visible.

     Al convertirse en una figura de intermediación con afanes de protagonismo permanente, se promueven a sí mismos mientras sirven a la visibilidad y la comodidad de políticos tradicionales, de colegas o entidades con aspiraciones o necesidades de figuración, de cualquiera que les asegure tener acceso a recursos.

    Los procesos horizontales de los agentes colectivos pertenecientes al movimiento y que buscan más participación que delegación, se ven afectados con su mediación.

    A su vez, especialmente ahora que salen de Brasil y que intercambian su base originaria de jóvenes por su red de poder en Brasil, su acción entra en nuevos modos y contextos. En Brasil, son cada vez más percibidos como parte del sistema partidario, que del movimiento social. Hacia fuera, deben negociar con otros agentes lo que los obliga a lidiar con culturas políticas distintas. Su discurso se modifica de la periferia contestataria al diagonalismo intermediador.

    Sólo el tiempo dirá si los espacios en los que interviene logran preservarse como verdaderos espacios de autonomía ciudadana, visibilidad o gestión compartida de recursos o si se convierten en nuevas versiones de la misma base de poder camaleónica que representa el FDE.

    Más de lo mismo: Los vínculos con el poder


    El sector político y financiador se interesa por FDE por las razones diversas que complementan lo dicho antes. Ellos ofrecen una posibilidad concreta de hacerse más visibles en la web y de acercarse a los públicos jóvenes que hoy acceden a la información casi exclusivamente por esa vía. FDE provee una gestión de redes de efecto rápido, una competencia que aún no está tan difundida en los sectores tradicionales de la cultura o del movimiento social. El mercadeo digital es, de hecho, un servicio bastante costoso, tanto como servicio profesional en el mercado, como en esta modalidad dirigida al tercer sector contratado o en contrapartida de favores e influencia.

    Y es que hoy en día, el sector político –especialmente mermado en credibilidad y apoyo- necesita reivindicarse y asociarse con los nuevos modos tecnológicos para remozarse y conseguir popularidad y atractivo entre los sectores más jóvenes. Además como evidencia el propio trabajo de incidencia de FDE, la música es el consumo cultural prioritario de la juventud.  En esa perspectiva, es muy cómodo pactar con FDE como canal de difusión y agencia web de trabajadores y hormigas felices y precarizadas que son capaces de montar un Trending Topic en Twitter, operación que montan metódicamente entre una cincuentena de personas re-twiteando desde un número de cuentas suficiente.

    Pero no sólo eso, FDE ofrece un grupo diligente y disciplinado que cumple con eficiencia una labor de agencia publicitaria alternativa, de una red reproductora de memes, y de mediador con control del discurso ante una situación de gobernanza tan compleja y llena de contradicciones como la que vive Brasil. Ésta se reflejó en las revueltas de agosto y se reproduce en otros contextos. Aún hoy, un gobierno progresista debe pactar con sectores conservadores, mantiene al país boyante a partir de lógicas extractivistas y hace inversiones millonarias por grandes eventos mientras su población reclama condiciones de vida básicas como transporte, salud, y educación.

    Sin duda, hay quien se ve genuinamente seducido y hasta conmovido con la militancia y el alcance que FDE dice tener. Para otros, como es usual en la política y la publicidad, mientras la narrativa funcione o asegure el acceso a recursos, a cargos, a sueldos, a poder o influencia, aspectos como su veracidad o las consecuencias negativas, se convierten en consideraciones menores.

    Alianzas políticas: Juca Ferreira, enclaves en el eje Rio-Sao Paulo y SEGIB


    Una de las alianzas políticas más visibles y pivotales de FDE es la que han sostenido con Juca Ferreira. Y sólo las partes involucradas saben si la alianza se basa en contraprestaciones para conseguir capital político, en meras coincidencias o en la caza de oportunidades fortuitas revestidas por el bloeuff por parte de los FDE. 

    Lo que sí es posible identificar es la trayectoria de confluencias que datan desde 2007, cuando los líderes de FDE de entonces Daniel Zen y Pablo Capilé, se encontraron por primera vez con Gilberto Gil y éste le delegó su trabajo a Juca Ferreira. Luego podemos saltar al movimiento “Mobiliza Cultura” y la campaña “Fica Juca”, a acercamientos en eventos como Digitalia, a la promoción de parte de Juca del propio FDE y de redes y líderes muy próximos a él.

    Como temas de “blofeo”, miembros de FDE y socios han circulado información positiva entre colegas latinoamericanos frente a los que buscaban posicionarse. Antes de la salida de Ana de Hollanda, hablaban de la promoción de un esquema de poder alternativo al MINC en Minas Gerais,  de su poder en el proceso electoral de Sao Paulo y de su posicionamiento estratégico alrededor del equilibrio de fuerzas entre Haddad (actual Alcalde de Sao Paulo) y Martha Supliciy (anterior Alcalde y actual Ministra de Cultura quien habría aceptado mantener su vigencia desde el Ministerio de Cultura para no dificultar la proyección de Haddad).

    En un mundo complejo como el brasileño y el del PT, este escenario de alianzas o negociaciones y la relevancia de la cultura como espacio de proyección y recursos es  un hecho. Con o sin FDE.

    Ese fue el contexto de interpretación que sembraron para cuando Haddad nombró a Juca Ferreira como Secretario de Cultura de Sao Paulo. También, cuando la Ministra Suplicy, se prestó para realizar una primera reunión con el sector cultura digital, intermediada por FDE, de la mano de su madrina de relaciones públicas: Ivana Bentes.

    Bentes, ha sido una mujer cada vez más apologética del Circuito en su diálogo con otras redes y sectores sociales en Rio de Janeiro, y receptora de los fondos que movilizara Jandira Feghali para el tema. Además su cercanía también se puede explicar con la cercanía de FDE con un excolaborador de Martha Suplicio, su Coordinador de Juventud Ale Yussef, fundador de Studio SP y Studio RJ.

    De este modo, se matiza cuando Juca Ferreira los empodera y apadrina desde Sao Paulo. Durante y después de los sucesos del mes de agosto, Ferreira se hace acompañar, los promueve en sus acciones internacionales  e insiste en situarlos en el entorno iberoamericano. 

    Otro caso se da cuando encuentran una vía de posicionamiento expedita en el continente a través del oficial de proyectos de la agencia en Bolivia, a cargo de JuntXs, que se alía y los conecta como contrapartes ante agentes y temas que su agencia trabaja históricamente como el género, el arte, y el activismo. La situación se da justamente en tiempos en los que la sobrevivencia de las propias oficinas de agencias intermediarias de financiamiento (es decir que dependen de fondos de sus gobiernos o de gestiones de ellas mismas) están en juego.

    Aparentemente es una lógica de orden personal, que se puede ver desde su Facebook. Juca Ferreira se presenta como funcionario de una agencia financiadora, como miembro de una de las redes financiadas por la agencia de la que es funcionario y como alumno de la UniFDE-UniCult, hoy también apoyada diligentemente por su agencia. Esta irregularidad ya fue denunciada y hoy, en su perfil, sólo aparece como alumno de la “Universidad de la Vida”.

    En estos casos, es la mediación política o de financiamiento la que apalanca al Circuito FDE ante la SEGIB,  la opinión pública y el sector que les es crítico en Sao Paulo y en América Latina.

    Este es un punto que por ser tan recurrente habría que destacar como “método” sistemático de FDE y que nos devuelve a las “camadas”: Asegurar aliados con cierto nivel de autoridad que desde arriba facilitan su acceso a recursos. A estos segundos intermediarios se les invita a comprometerse y expresarse públicamente a favor de ellos. Generalmente, se trata de intermediarios técnicos y mandos medios altos que hablan por sus entidades.

    “Ocupar” Latinoamérica


    Antes de seguir, conviene destacar que el ambiente de redes latinoamericanas en el sector cultura viene de tiempo atrás. Por ejemplo, no es casual, que los festivales musicales latinoamericanos más antiguos de América Latina –Londrinas y Manizales- nacieran a finales de los años 60 de la mano de los jóvenes de las generaciones de entonces. Una parte importante del tejido y de las personas que han sostenido el ánimo latinoamericano hasta el día de hoy provienen de esa generación y de los proyectos que entonces se desataron.

    A nivel centroamericano se pueden vincular varias redes y eventos con el proceso de integración después de los Acuerdos de Paz. Fuimos parte de la generación que enfrentó el diálogo entre nuestros predecesores y nuestras nuevas expectativas.

    Hoy vivimos nuevos procesos de la mano de la transformación tecnológica y la generación de nuevos espacios. En este proceso, entre 2010 y 2013, se dan iniciativas cuyo desenlace y equilibrio está aún por dirimirse. Por ejemplo en octubre de 2010 se fundan dos iniciativas de la sociedad civil:, Plataforma Puente en Medellín y la Red Latinoamericana de Gestión Cultural en el marco del I Encuentro Tejiendo Redes de Cali. En Plataforma Puente participan 100 organizaciones de base de la región, y en el encuentro de Cali participaron decenas de redes de varias regiones del país y de Latinoamérica. Ese mismo mes se dio la Conferencia Latinoamericana de HIVOS de la que deriva una propuesta de articulación entre redes.

    Al igual que en Colombia, se pueden destacar aportes a las políticas culturales en otros países. Argentina en industrias culturales (una historia que empieza en Buenos Aires), Chile con los cabildos culturales y su cartografía, Ecuador y Bolivia con sus planteamientos cosmogónicos relativos al buen vivir, los presupuestos participativos desde Porto Alegre, el proyecto FLOK en Ecuador y las metodologías lúdicas y de la sustentabilidad que van desde Centroamérica hasta el Sur.

    Con estas menciones se puede ver cómo Latinoamérica aporta en innovación y en cultura constantemente. América Latina es un espacio multicultural, plurilingüístico, diverso, y por lo tanto cognitivamente multimodal en el que el diálogo de saberes es un tema que está en la mesa de la gestión cultural hace mucho tiempo. 

    Cultura viva, cultura en red y cultura libre


    Uno de los espacios en los que FDE hace un especial esfuerzo de “ocupación” es el de la Cultura Viva Comunitaria, un tema crítico por su amplio alcance social (las experiencias que se pueden denominar como de cultura comunitaria son muchísimas), y por su visibilidad e incidencia desde 2010 por parte de los colectivos y redes movilizadas alrededor de Plataforma Puente y sus campañas continentales.

    Se posicionan ahí gracias a una serie de hitos entre los que se destaca su alianza con el Laboratorio de Políticas Culturales que se crea en la Escuela de Comunicación de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), un espacio liderado por Ivana Bentes.

    Desde esta plataforma y desde el proyecto JuntXs hacen un claro esfuerzo por incluirse en el tema como líderes en el marco del I Congreso de Bolivia y las reuniones del Consejo Latinoamericano, un rol que no tienen en Brasil dentro del tema de Cultura Viva Comunitaria (de nuevo el Oficial de proyectos, se define como líder del movimiento de sociedad civil).  Insisten en introducirse al mover el proceso de definición de posAgencia de Noticias Latinoamericana -que ha tenidos distintas formulaciones- en el tema durante su evento Faccao en la que se convoca a varios de los líderes de comunicación de Plataforma Puente pero a título personal.

    Con ambos procesos, en lugar de alentar el reconocimiento, fortalecimiento o la adquisición de nuevas competencias por parte de los colectivos y modos de gestión existentes (por ejemplo la Comisión de Puntos de Cultura o Plataforma Puente), se procura la entrega u ocupación de la comunicación a los agentes de este nuevo estilo de gestión mediador a la FDE. 

    Tal transformación (con los respectivos modos de “ocupación” y clientelismo) dependerá justamente de cuánto toman o no el sistema de comunicación.

    Cabe destacar cómo a nivel de narrativas, el proyecto JUNTXS reproduce las prácticas FDE. Ha asociado un grupo de entidades acotado a hacer branding a partir de nociones “absolutas” de “cultura de red”, “cultura libre” y “cultura viva comunitaria”. Éstas, al igual que las de FDE se definen esencialmente en función de los intereses y ascenso suyos y de los socios del núcleo central. Lo hacen con un discurso seductor de cambio y nuevo mundo posible al que le falta gobernanza, sustentabilidad material y coherencia entre discurso y práctica. Además, reproduce el efecto de redundancia de marcas que Cubo-FDE utiliza.

    Algo semejante puede decirse sobre Cultura Libre, en el que su principal socio es Rodrigo Savazoni, ex-Secretario adjunto de Cultura en Sao Paulo que entró a la gestión con Ferreira.

    En estos casos (ya sea ante una agencia o un gobierno local u otra instancia de poder), se repite el modus operandi de declararse voceros generosos y desinteresados para apalancar o defender el propio proceso de ascenso político, de financiamiento como agencia de comunicación y lobby, de las plataformas o proyectos por encima de las existentes.

    Las figuras implicadas, ya sea de Cubo FDE, del Laboratorio o de otras instancias se posicionan –o lo intentan- como una suerte de posburocracia y autoproclamación.

    Savazoni lo dejó claro en las sugerencias al Seminario sobre Economía de la Cultura, realizado en Madrid en julio de 2012, encabezado por Juca Ferreira y al que, por parte de la sociedad civil, sólo estuvieron invitadas “las redes de sociedad civil”: Basil y  Rodrigo Savazoni (Cultura Digital), Pablo Capilé (Cubo-FDE) y Hedler Quiroga (Contato, Minas Gerais, connotado socio de FDE en ese Estado):

    1. “Criar o programa IberRedes, que será o guarda-chuva que nos abrigará e a outros muitos que possam se interessar por esse debate. Terá como finalidade pensar, propor, articular, permanentemente, políticas culturais para a era da informação, que sejam capazes de apontar caminhos, direções e enfrentamentos no âmbito da comunidade IberoAmericana de nações. Esse programa deve explorar e utilizar as plataformas livres que tem sido testadas e adotadas por organizações como os movimentos de cultura digital no Brasil, as acampadas na Espanha, o YoSoy132 de Mexico, os estudantes no Chile. O programa IberRedes se configuraria, portanto, como uma plataforma em redes, conectadas a experiências anteriores, posicionando no papel de articular, fomentar e induzir as redes existentes e a formação de novas redes…

    2.  Propor que os países integrantes da IberoAmérica desenvolvam um programa de renda de vida para criadores, realizadores e articuladores da cultura digital propondo a sua circulação por meio de itinerâncias e caravanas que façam circulam pessoas e ideias, permitindo assim o surgimento de enlaces sólidos e trocas entre as diferentes experiências que estão em curso nos países de forma permanente. Essa experiência poderia estar abrigada em torno da Universidade Iberoamericana da Cultura Livre” https://www.facebook.com/savazoni/posts/10151079150741803?stream_ref=10 (incluir como link)


    ¿Qué ha pasado desde agosto de 2013?


    Ante los reclamos de agosto de 2013, FDE movilizó a sus apadrinados políticos y desarrolló el V Congreso en Brasilia alrededor de la criminalización de los movimientos sociales con la inclusión de sesiones en el Senado. Y acá una vez más se vio la dualidad de la sanción. Las sesiones fueron posteadas como reuniones de envergadura por parte de FDE y descritas como actos meramente retóricos sin pena ni gloria por quienes los contradicen. Las figuras políticas que aceptaron sumarse a la estrategia de tornarlos víctimas de la persecución al movimiento social, se hicieron visibles como políticos progresistas en un gana-gana para ambos grupos de interés: los políticos y Cubo-FDE.

    Por ejemplo, apadrinados de nuevo por Juca Ferreira, asisten a una reunión de redes de juventud en Panamá.

    Hoy sus alianzas avanzan y buscan protagonismo en el mundo de la cultura viva comunitaria y en otros temas, usando a grupos y líderes miembros de Plataforma Ñuente y del movimiento afrodescendiente.

    Anuncian que seguirán expandiéndose por América Latina y África, para repetir el mismo esquema de impresionar a quienes asumen su discurso y propaganda sin constatarlo o ponerlo en contexto. Descubrir los mecanismos es algo que tomará un tiempo largo de intercambio.

    En medio de eso, las críticas concretas de sus pares se mantienen y tras su proceso de “autocrítica”, siguen procediendo del mismo modo: hablando por otros, procurando impunidad a través de sus relaciones con políticos desde puestos altos que les otorgan de arriba una representatividad que muchos pares ni piden ni les reconocen pero que además desdice los fundamentos de nuevas políticas de participación. 

    Algunas conclusiones sobre FDE


    Los cuestionamientos a la práctica interna de FDE se han hecho en diversas ocasiones a lo largo de su historia. Lo reconocen estudiosos (entre ellos Oona Castro, André Acevedo) y miembros de la Red, algunos explicando su capacidad de respuesta, su contragolpe masivo en redes y finalmente, lo que podría llamarse, una sistemática evasión de rendición de cuentas. Hasta 2013, estos debates habían sido de carácter cerrado, en espacios de interacción acotados y directos. Pero en 2013 pasaron a ser denuncias públicas en todo el país.

    En cada etapa, el proyecto Cubo FDE ha sufrido mutaciones de forma y discurso sobre una misma matriz que consiste en un ejercicio expansionista que toma como base métodos más cercanos al ejercicio de la política más tradicional: el liderazgo vertical, la relación utilitaria con los actores de la cultura en procura del posicionamiento político de sus figuras, las relaciones clientelares y el intento de cooptación de las agendas sociales.

    Fue la exposición pública de agosto lo que permitió, por ejemplo, romper el silenciamiento y que algunas alianzas políticas, sean las que ahora, estén impulsando un nuevo movimiento.

    En  un ambiente político electoral como el que vive Brasil en el que los pactos políticos a puerta cerrada son la norma, las constantes contradicciones se hacen cada vez más visibles. Y éstas son las que explican las manifestaciones del 2013, en donde FDE y sus prácticas Cubo se volvieron funcionales para la política tradicional. 

    Por eso, pareciera que en Brasil estas prácticas no sólo se “libran”,  sino que son impulsadas y celebradas junto a sus narrativas por el establecimiento. Pero se ven limitadas por la presencia más incómoda e indisciplinada de la expresión y participación ciudadana.

    Para FDE el disciplinamiento de la inconformidad es un gran servicio.  Las nuevas generaciones “do país mas grande do mondo, de dimensiones continentais” naturalizan  con ellos la convivencia entre el estímulo “apasionado” del  trabajo creativo con la lógica de maquila voluntaria en la que el aporte de los miembros que trabajan “felices” como último eslabón de la cadena son anónimos y siempre sustituibles.

    Apenas lo necesario para entrenarse como funcionales seguidores y clientes de los nuevos líderes de la era digital  y celebrar el expansionismo brasileño. Como cualquier otro expansionismo, no es colaboración: es una vez más un avance a costa del trabajo de otros.

    Desde el punto de vista generacional, Cubo-FDE es parte de un grupo muy significativo de redes brasileñas  asociadas a la producción cultural que comparten el hecho de ser altamente mediáticas y cada vez más digitales o nativodigitales. Ellas emergen y se desarrollan fuertemente en Brasil amparadas por el sistema de financiamiento de la cultura que viene desde los años noventa impulsada por Color de Melo, pero es Gilberto Gil, Ministro de Cultura del gobierno de Lula Da Silva, el que impulsa la producción cultural y la cultura digital como una prioridad.

    Hoy existen redes asociadas a la cultura que ofrecen distintos matices entre ellas Afroreggae, CUFA, Agencia para Juventude, y por su puesto FDE. Ésta es posiblemente la de mayor vocación publicitaria y de mercadeo,  sobre todo por el perfil de sus fundadores y sus fines políticos, que se camuflan en un abanico de producción cultural, cultura digital, políticas culturales y lobby partidario.

    En resumen, FDE naturaliza la contradicción entre un discurso de redes, generosidad, servicio público  y comunidad (en la que habría horizontalidad, construcción de consenso, participación, autoría, reciprocidad) con una micropolítica patriarcal basada en la reivindicación cada vez más explícita de la jerarquía, la pretendida superioridad de su grupo y de Brasil, la rotación, control y anonimia de sus cuadros de base y un sistema de economía solidaria quebrado.

    Redes: la mona, aunque se vista de Internet, mona se queda.


    Más allá de lo anecdótico, Cubo-FDE es una expresión ilustrativa de desafíos mayores ante la pregunta de ¿tendremos que asumir su estilo de trabajo como una práctica permanente en el ambiente de colaboración y cooperación en el resto de América Latina?

    Hemos de reconocer que hoy en día decir redes, interactividad y conectividad, es una moneda común. Hay prácticas de red en los movimientos sociales, en el movimiento cooperativo y el barrial, en el ambiente académico, el institucional, el político y en ámbitos en los que todos estos sectores interactúan entre sí. 

    En cuanto a la cultura y el activismo (o tecnopolítica, un nuevo concepto en desarrollo), es claro que la cultura y la cultura digital son espacios que coinciden y dialogan, pero que no son idénticos. La pluralidad entre ambos es fundamental y las redes ayudan a acelerarlo pero no se puede reducir todo a una lista de memes. Hay muchas redes gestionando tecnología con eficiencia, inteligencia y decencia.

    En ese contexto, toda postura o mediación que pretenda representar la  pluralidad de movimientos culturales o sociales con discursos hegemonizantes, contradice el fundamento de las redes como espacio descentralizado para el protagonismo ciudadano. Pues es justamente la vocería “por otros” lo que se debate en tiempos de red. Romper con la política tutelar y apostar por el buen vivir requiere auto-observancia y supone cultivar la convivencia en la diversidad.

     En relación con el trabajo en red, más que procesos de colaboración, FDE y sus submarcas ofrecen una agencia de comunicación y mercadeo radical y lobby. 

    Pero con el caso de FDE se puede ver cómo la tecnología o el ser nativo-digital no es suficiente para superar los modelos patriarcales de la política, de hecho sólo han ido tomando nuevas formas. En relación con el trabajo en red, más que procesos de colaboración, FDE y sus submarcas ofrecen una agencia de comunicación y mercadeo radical y lobby. De acuerdo con uno de los metodólogos que ha acompañado el proceso de FDE, es un sistema de contraprestaciones “con amarre”.

    Confianza y soberanía

    En los espacios de debate que aún comparto con algunos colegas cercanos a Cubo-FDE y ahora a JuntXs, crecen dos argumentos.

    El primero es sobre la soberanía de los países en donde cabe  señalar que hay personas, colectivos y redes pares en Brasil que se ven afectados por el efecto legitimador que FDE se agencia “desde” los territorios externos a Brasil. ¿Dónde termina nuestra responsabilidad con el otro?

    Esta pregunta es consustancial a la construcción de lo supranacional. Y para contestar a esta pregunta como vieja integracionista centroamericana de casi 20 años, prefiero acudir a dos viejas máxima que encontramos en casi todas las cosmogonías: NO hacer ni tolerar lo que uno NO quisiera que otros hicieran o toleraran y honrar la palabra.

    El segundo se relaciona con la creación de ambientes de confianza como base de los procesos en red. Como lo señaló Octavio Arbeláez, mentor de las redes en el continente: “Primero se debe conocer y reconocer –esto es respetar la integridad de los otros- para que la confianza brote y sea duradera”. Es decir hay que ver la confianza como hija de un preludio. No es un piso que se otorga sin condiciones y no es posible en condiciones en las que reina la razón del más fuerte, del más grande o del que más ruido hace. Saber cómo discriminar y dar voz a los matices dentro de las redes y las articulaciones de redes, es parte del aprendizaje necesario en estos tiempos de creciente conectividad.

    Hay un volumen de información testimonial y documental que exige al menos una reflexión para alentar esquemas más participativos y horizontales.

    Más allá de mi experiencia con FDE y de la amnesia o el relativismo que parece reinar tras lo circulado en agosto, creo francamente que a esta altura ninguna crítica en contra de FDE debe ser tomada a la ligera. Hay un volumen de información testimonial y documental que exige al menos una reflexión para alentar esquemas más participativos y horizontales. Sobre todo ante redes de escala y recursos tan diversos. Y no hablo solamente de investigación formal o judicial (ya hay un proceso en curso para investigar sus deudas). Me refiero, como bien predicó Antanas Mockus, a la condición de ética interciudadana.

    Somos cada vez más un mundo-barrio, un vecindario creciente de conectividad. Se trata de crecer en condiciones de decencia y equidad. No de comprar nuevas situaciones de abuso y verticalidad, por más inspirados que parezcan sus promotores con sus nuevos modos digitales. O nos pensamos clanes de distinto valor o asumimos valores puertas para dentro y para afuera de nuestras casas. Abiertas al patio común y a la calle.

     
    [1] 102 desde la primera experiencia en 1998 en la favela Conjunto Palmeiras, en Fortaleza, capital del estado de Ceará, 53 en el noreste brasileño y 25 en la Amazonía)  y articulados desde 2005 a la Secretaría Nacional de Economía Solidaria (SENAES), bajo el Ministerio del Trabajo y Empleo (MTE) en la Red Brasileña de Bancos Comunitarios;  y de las monedas sociales de Brasil (se reportan igual número
    [2] Fui testigo y directa implicada en este tipo de procedimiento en un hecho muy menor. Al distanciarme de la red, me percaté de que en sus cuentas se contabilizaban las horas en que las #FEmininas encargadas de gestión (entonces Marielle Ramirez, Lenissa Lenza, Carol Tokuyo dentro de las que siguen en la red) “me dedicaban”. Estas horas, de intercambio de experiencias eran consideradas de entrenamiento a mí porque yo estaba aprendiendo de la experiencia única de FDE. Las horas que yo dediqué a apoyar varios aspectos de su trabajo (incluyendo, por ejemplo, la revisión a fondo de su formulación de proyectos, de su uso del marco lógico, de la conceptualización y evolución de sus frentes de trabajo o en servicios de traducción) no eran considerados como un aporte, eran mi retribución a la red que “siempre da más de lo que pones”. Yo entendí esto como un intercambio en el que quedamos tablas y asé es el sistema. Para ellas, generaba inversión y lastro sólo a su cargo. En singular.
    [3] Confieso que el enfoque me pareció singular pero anodino considerando que trataba de la publicidad a pequeños eventos gestionados por jóvenes con base en mucho voluntariado, que el papel de Grito Rock como evento era justamente, entendía yo, fortalecer esos pequeños nuevos gestores en ciudades periféricas dándoles el contexto de una operación mayor en red para que pudieran iniciar su cartera de relaciones y de patrocinadores locales con mayor éxito. Es finalmente, una práctica común en el mercadeo de eventos públicos, desde festivales hasta manifestaciones políticas. Esto señala cómo se ha vuelto menos claro la diferencia de estilos en la comunicación: se homologa la comunicación para el diálogo de saberes y los indicadores, con el mercadeo en nombre del entusiasmo y la pasión.
    [4] Mails personales en los que Pablo me debatía por qué se invitó a Talles y no a él a dos reuniones de música: el invitado era ABRAFIM y Talles su Presidente, Pablo insistió en que si Talles iba, los representaría a ellos
    [5] Este término no es de su jerga, es parte de mi relectura.

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