Jóvenes ciberactivistas y ciberciudadanos en Colombia: Más triunfos simbólicos que transformaciones reales
Contenido
Con el uso que se la ha dado a las redes sociales en los últimos años, podría pensarse que las acciones colectivas han cambiado de espacio. Parece que con el tiempo la gente se mueve más en las redes y menos en las calles. O por lo menos esto es lo que está pasando en Colombia. Todos los días hay una causa distinta por la cual indignarse, la ola de quejas en Facebook y Twitter aumenta después de leer una noticia en la mañana y disminuye a medida que entra la noche. En palabras del escritor y columnista Ricardo Silva Romero “En las redes sociales todos los días comienza y termina una 'primavera criolla' en horas de oficina". Pero ¿ha servido de algo tanta indignación?
La respuesta en Colombia es ambigüa. El ciberactivismo ha tenido triunfos y derrotas. Por un lado logró frenar la Reforma a la Justicia, una reforma propuesta por el gobierno y aprobada en el Congreso que “blinda[ba] a los congresistas -los mismos que han protagonizado sonados escándalos como el de la parapolítica- y, por el otro, neutraliza[ba] a los magistrados con gabelas como el aumento de su periodo de ocho a doce años”[1]. Sin embargo, no lograron frenar la reelección del Procurador Alejandro Ordóñez, a quien se le conoció, entre otras cosas, el intercambio de favores con congresistas, al negociar puestos por votos, y hoy en día es el funcionario más poderoso del país. [2]
Para el caso concreto de los jóvenes, los resultados tampoco han sido muy claros. Los casos más representativos han sido La Ola Verde en el 2010 y el movimiento estudiantil, que se opuso a la Reforma a la Educación, en el 2011. En ambos casos, el uso de las redes sociales por parte de los estudiantes estuvo lleno de creatividad y espontaneidad, logrando un importante reconocimiento dentro de la opinión pública. Siendo el segundo caso más exitoso que el primero, pues los estudiantes sí lograron frenar la aprobación de la Reforma a la Educación, todavía queda la pregunta de si su éxito se debió más a las calles que a las redes. Lo mismo pasa si se analiza el Paro Nacional Agrario y #MePongoLaRuana de 2013. La mezcla de la movilización tradicional de los campesinos con una fuerte movilización simbólica en las redes, permitió que por fin la ciudad se solidarizara con los problemas en el campo. Todavía sigue en duda el potencial transformador de las redes sociales en Colombia.
La Ola Verde
En el año 2010, después de ocho años de espera, llegaron las primeras elecciones presidenciales en las que el entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez, no sería candidato. Después de ocho años de política de seguridad democrática (política de fortalecimiento militar que tuvo como objetivo principal debilitar al máximo cualquier grupo al margen de la ley, en especial, a las FARC), los ciudadanos que querían una salida distinta al conflicto armado, vieron una puerta abierta. Sin embargo, el panorama no se veía nada fácil. La popularidad del Presidente seguía siendo tan alta que se alcanzó a pensar que estas elecciones serían igual a las anteriores: El ganador seguiría siendo Uribe, pero bajo el nombre de Juan Manuel Santos. Éste último había sido su Ministro de Defensa por tres años y era un fiel seguidor del uribismo. No en vano había sido uno de los fundadores del Partido de la Unidad Nacional en el 2006, más conocido como el Partido de la ‘U’, en donde la U hablaba más de Uribe que de Unidad.
Pero, sin esperarlo, Santos se tuvo que enfrentar en el camino a la Ola Verde, un movimiento ciudadano que creció como Tsunami a través de las redes sociales para apoyar a Antanas Mockus. Un candidato distinto que defendía el cumplimiento de la ley y la idea de que la vida y los recursos públicos son sagrados, como fórmula para acabar con todo tipo de violencia. Este candidato representaba una forma diferente de hacer política en Colombia, forma que ya había sido puesta a prueba cuando fue alcalde de Bogotá y que ahora quería probarse para todo el país.
La Ola Verde, no sólo puso nervioso a Santos y a Uribe sino que hizo temblar a todo el establecimiento político. Fue una campaña innovadora que desató un movimiento político sin precedentes en el país.[3] En este caso no fue el candidato quien movilizó los recursos para su éxito, sino que fueron sus jóvenes seguidores quienes se organizaron espontáneamente a través de Facebook y Twitter para darle visibilidad y ganar apoyo.
La clave de esta campaña fue la espontaneidad. Ciudadanos que no se conocían entre sí empezaron a expresar por las redes sociales que Colombia necesitaba un cambio. Y no sólo de Presidente, sino de forma de hacer política. El Partido Verde, un partido que se posicionaba en el ‘centro’ del espectro político, y su candidato, Antanas Mockus, un académico que ya había demostrado que la autorregulación y el cumplimiento de las normas (propuesta más conocida como cultura ciudadana) podían cambiar los comportamientos de los ciudadanos, eran la opción perfecta.[4]
Los jóvenes de la capital, que conocieron al Mockus alcalde cuando eran niños, empezaron a llenar las redes sociales con imágenes del Partido Verde. Y el verde se empezó a ver en todas partes. “Primero arrancó el movimiento en Facebook. El perfil de Mockus tiene 453 mil fanáticos [esto para la época de elecciones. Hoy cuenta con unos 850 mil] y hace unas semanas estuvo entre las 10 páginas de fans de esta red social que más creció en el mundo. Los más que todo jóvenes diseñaron afiches, crearon eslogans, donaron su status en Facebook, trinaron artículos que les gustaban. E incluso, comenzaron a organizar 'flash mobs'.”[5]
Este color empezó a coger vida propia, pues ya no sólo movían esta campaña quienes creían fielmente en Mockus sino, como suele suceder en las redes sociales, quienes querían seguir a quienes lo estaban siguiendo. Como lo explica el columnista de El Espectador y director de la Fundación Liderazgo y Democracia, Álvaro Forero Tascón “Los movimientos sociales surgen a partir de un sentimiento de identidad, de un ánimo en contra de algo y de un impulso de seguir, muchas veces más a los seguidores que al líder mismo”. Y esto fue lo que pasó con la Ola.
“La misma ola verde, después de articularse en forma voluntaria y de generar procesos creativos encontró en los espacios digitales la forma de autoorganizarse en dinámicas análogas que llevaron la ola verde digital a la ola verde en las calles”[6]. Así, además de usar el ciberactivismo para mover la campaña, se usó para organizarse en las calles. La Ola llenó las principales ciudades del país, con camisetas verdes y girasoles, siempre apostándole a que una política distinta era posible. Todo esto dio como resultado que las encuestas empezaran a moverse. “Pocas semanas antes del día de las elecciones, Mockus estaba diez puntos por encima de Santos en los sondeos. El Establecmiento entró en pánico”[7].
La Ola llenó las principales ciudades del país, con camisetas verdes y girasoles, siempre apostándole a que una política distinta era posible.
Pero llegó el 30 de Mayo y los resultados no fueron los esperados. Pese a que Mockus quedó de segundas y pasó a la segunda vuelta para enfrentarse a Santos, éste último lo superó por casi el doble de votos (Santos obtuvo más de 6 millones de votos mientras que Mockus obtuvo un poco más de 3) ¿Qué había pasado? En ese momento, el debate giró más alrededor de la rigurosidad de las encuestadoras, que en el éxito real de las redes sociales, pero éstas últimas también fueron fuertemente criticadas. Sin embargo, sólo quedaba un mes para la segunda vuelta, la ola verde había superado a otros candidatos, y era el momento de ganar la Presidencia.
Pero en ese mes, con el éxito que estaba teniendo la ‘ola’, también llegó la campaña en su contra. Como lo cuenta Rosa Cristina Parra, quien trabajó como estratega de comunidades en la campaña de Mockus “La ola o campaña negra SI existió y fue más allá que sólo resaltar los errores o debilidades del candidato y/o las vulnerabilidades de la ola verde. No fue una acción exclusiva de un Partido ni de una campaña […] En lo digital se encontraron desde correos hasta blogs especializados en contra de la ola verde, el Partido Verde y su candidato.”[8].
Y entre mensajes verdes, mensajes en contra y las propias debilidades de Mockus “quien no supo ni pudo defenderse” llegó el 20 de Junio y con él, un nuevo fracaso. Mockus ganó más votos que en la primera vuelta, pero esta vez Juan Manuel Santos lo superó por casi el triple. Fueron 9’028.943 contra 3’587.975 y Mockus solo ganó en el departamento de Putumayo.
Con ese resultado, se abrió el debate sobre el poder real de las redes sociales, pues si las elecciones hubieran sido en Internet, Mockus habría sido el gran ganador. Pero la experiencia mostró que el ruido en las redes no se traduce directamente en votos.
“La campaña de Mockus perdió cuando pensó que todo era Internet y no tuvo base social ni partido que movilizara votos; perdió cuando creyó que bastaba con los jóvenes y resultó que muchos de estos no salieron a votar porque se quedaron mirando «radicalmente» la pantalla; perdió porque no tuvo estrategia de comunicación, se guió por las encuestas, no tuvo pensamiento político, lo atacaron con campaña sucia y no supo ni pudo defenderse”[9].
Hubo mucho ciberactivismo sí, pero a la vez muy pocos votos. Quedó en la memoria que sí se puede hacer una campaña distinta, que sí hay mucha gente que quiere una política nueva, honesta y diferente, pero que en una democracia como la colombiana las maquinarias siguen pesando más que los sueños.
“Gracias doy a todos y cada uno de estos jóvenes por creer, por preguntar, por debatir, por contradecir, por exigirnos más y más, por preguntarnos en estos días con toda su alma ¿y ahora qué? Ante esa pregunta la única respuesta posible es ¡ahora todo!” (Mockus 20 de Junio de 2010)
El movimiento estudiantil y la Reforma a la Educación
El primer año del Presidente Santos fue un año fácil. En menos de 12 meses había logrado agradar a casi todas las tendencias políticas y había consolidado el Acuerdo de Unidad Nacional, con un discurso de inclusión que pronunció el día que ganó la primera vuelta.
"Invito a los ciudadanos de todos los partidos y a los independientes que se unan a nuestra propuesta de trabajo, a nuestra propuesta de educación, a nuestra propuesta de seguridad...Mi gobierno será un gobierno de inclusión, será un gobierno de todos los colombianos y para todos los colombianos. Por ello los invito a construir una gran alianza, un gran acuerdo nacional para el trabajo y contra la pobreza. Convoco hoy a todos los ciudadanos sin excepción, a todas las organizaciones sociales, a las organizaciones comunales, a todos los gremios, y por supuesto a los partidos políticos a este gran acuerdo"
En este tren de la Unidad Nacional se montaron, en un primer momento, el Partido Conservador, el Partido Liberal, y Cambio Radical, es decir los grandes partidos de derecha. Por fuera quedaron el Polo Democrático Alternativo (de izquierda) y el Partido Verde (de centro). Pero hasta este último, con el paso del tiempo, dejó de hacerle oposición. Poco a poco fue alejándose del discurso difundido durante las elecciones presidenciales, y terminó haciendo parte de la coalición en Julio de 2011.[10]
Todo pintaba muy bien. Sin embargo, este proyecto de Unidad Nacional, al convertirse en “una especie de mesa directiva donde se [sentaron] todos los poderes o todos los poderosos del país [y convertirse] en un artificio para negar la política [es decir] una unidad que no incluía a los que no estaban de acuerdo desde antes, [sino] una forma menos combativa de negarle la legitimidad a los opositores”[11], empezó a generar malestar en distintos sectores de la sociedad. Y los estudiantes fueron los primeros en mostrarlo.
Para el mes de Marzo del 2011 el gobierno lanzó el proyecto de Reforma a la Educación y, pese a la necesidad inmediata de disminuir la desigualdad en el acceso a la educación superior, de mejorar su calidad y aumentar el apoyo estatal a instituciones educativas y a sus estudiantes, la reforma no aliviaba ninguno de estos problemas. La propuesta presentada por la Ministra Maria Fernanda Campo, buscaba modificar la Ley 30 de 1992, pero no promovía la idea de la educación como un derecho. El proyecto simplemente buscaba aumentar la cantidad de recursos destinados a la educación en forma de créditos educativos. Por lo tanto, se crearían facilidades de pago para quienes ya tenían una base económica sólida, pero no mejoraría el acceso a la educación para quienes ni siquiera tienen unos recursos de base, con lo que la desigualdad seguiría en aumento.
Sumado a esto, un primer borrador del texto aprobaba la creación de instituciones educativas con ánimo de lucro y permitía la financiación de universidades públicas por parte de empresas privadas, con la excusa de mejorar la cobertura y la calidad de la educación.[12] Y este fue el artículo que causó la mayor indignación.
A pesar de la buena intención de la Reforma de aumentar la cantidad de recursos destinados a la educación y aumentar el número de instituciones educativas, los estudiantes tenían claro que el problema de la Ley 30 no era solamente un problema de número. Era y sigue siendo un problema estructural en el que se maneja la educación como un beneficio que se obtiene pagando, y no como un derecho al que todos los ciudadanos deberían tener acceso.
En palabras de Mario Hernández Álvarez, hay dos formas de ver la educación y cada Estado ha optado por una u otra visión para adelantar sus políticas públicas. La primera está representada por,
“La Conferencia Mundial sobre la Educación Superior de UNESCO de 2009, [que] considera este nivel como un ‘bien público, [que] debe ser responsabilidad de todos los gobiernos [… y por] la Carta de Derechos Humanos que afirma [que]: ‘el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos’.
En contraste, los técnicos del Banco Mundial creen que la educación superior es un ‘bien privado’, con altos réditos para los individuos y, por lo tanto, ellos deben pagar por este servicio. Desde este enfoque, los sistemas de educación superior deben ser financiados por las familias principalmente, mientras los gobiernos, en especial en países ‘pobres’, deben restringir el gasto público a incluir a los pobres a través de un sistema de crédito, y ampliar la participación del sector privado”[13].
Colombia ha optado y optó en la propuesta de la Reforma a la Ley 30 de 1992, por la visión del Banco Mundial. Mientras que para el Presidente Santos el proyecto permitiría la inversión de 6 billones de pesos para aumentar la calidad y la cobertura, para los estudiantes esta solución no mejoraría la situación. Según ellos, a pesar de la necesidad de más recursos en este sector, el hecho de destinarlos a la creación de créditos y no a solucionar el déficit presupuestal de las universidades, mantendría la baja calidad de la educación y las condiciones de desigualdad en el acceso. “En otras palabras, rechazan que el Gobierno prefiera invertir en la demanda (los estudiantes), y no en la oferta (las universidades).”[14]
Ante este escenario, los estudiantes decidieron movilizarse y el país pudo conocer el talón de Aquiles del Presidente Santos: las calles.[15] Porque Santos, “habiendo nacido en una familia poderosa (su tío abuelo ya había sido Presidente y su papá jefe de El Tiempo, el periódico más importante del país), estaba acostumbrado a moverse por las altas esferas del poder. [Sin embargo] el poder al que él ha estado acostumbrado a lidiar es muy diferente al poder de la calle que demostraron los estudiantes”[16]
Pero los estudiantes no sólo salieron a las calles como lo han hecho las movilizaciones más tradicionales. Para Agosto de ese mismo año los miles de jóvenes que se oponían a la Reforma a la Educación usaron la creatividad y el arte para ser escuchados. Cambiaron las piedras por flores y los gritos por canciones. Si la Policía estaba a la defensiva por si se presentaba cualquier acto de violencia, ellos decidieron invitarlos a la movilización con regalos y abrazos. Así, se cambió la imagen del movimiento estudiantil “echa piedra”, por la de un movimiento pacífico, que esta vez sí tenía críticas serias a la reforma y que más que pelear, lo que quería era proponer.
Para Agosto de ese mismo año los miles de jóvenes que se oponían a la Reforma a la Educación usaron la creatividad y el arte para ser escuchados. Cambiaron las piedras por flores y los gritos por canciones.
Y dentro de estas innovaciones las redes sociales jugaron un papel importante. Su uso espontáneo ayudó a hacer crecer la indignación, dar a conocer sus puntos de vista, organizarse y mover de manera creativa la oposición a la Reforma. El tema creció tanto en Internet que el gobierno, en una medida desesperada, promovió su propia campaña a favor de la Reforma para silenciar a quienes la estaban denunciando.
Como respuesta a un video publicado en YouTube, por parte de varios actores colombianos que criticaban algunos puntos de la reforma, la Ministra de Educación hizo rotar un video en el que aparecían varios estudiantes apoyándola: “Yo no quiero tu protesta, quiero tu propuesta” decían todos. Pero esta batalla la ganaron de lejos los estudiantes. Mientras el video de los actores en contra de la Reforma tuvo 927 likes y 8 dislikes, el de la ministra tuvo 24 likes y 431 dislikes. El video de la ministra dejó de rotar por YouTube después del escándalo.
Los resultados de esta movilización, que mezcló el activismo tradicional de las calles con el activismo 2.0, fueron más de los esperados. A finales de ese mes, el movimiento estudiantil logró que el gobierno quitara de su propuesta la creación de instituciones con ánimo de lucro.
"‘Esta es la decisión que se toma de manera totalmente consensuada; para eso es la mesa de la Unidad Nacional, para que los grandes temas del país se discutan allí, y por ende se convengan las políticas que deberán salir adelante para beneficio de los colombianos’. Con estas palabras, la Ministra de Educación Nacional, María Fernanda Campo, anunció que el Gobierno Nacional aceptó la recomendación de retirar del proyecto de Reforma de la Educación Superior, el componente de inversión privada con ánimo de lucro en el sector”[17].
Pero la movilización siguió y Santos no entendía muy bien por qué. Si había quitado el artículo que causó la indignación y proponía darles más recursos ¿por qué seguían peleando? La respuesta es simple: La decisión seguía siendo tomada desde arriba, desde la llamada mesa de Unidad Nacional. Las propuestas de los estudiantes, de los directamente interesados y afectados, seguían siendo ignoradas. El objetivo era frenar la propuesta del gobierno, pero también aprovechar esta oportunidad que no se presentaba desde hace 20 años, para poder dar a conocer el tipo de educación que querían y necesitaban.
Por esta razón, el 20 de Agosto se concretó la creación de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), en la que las cinco organizaciones estudiantiles más importantes (la FEU, ACEU, FUN, Identidad y la OCE, antes desarticuladas) decidieron unirse para presentarle una sola propuesta al gobierno nacional. Esta organización se dio de forma paralela a las movilizaciones que continuaron hasta el mes de Noviembre, mes en el que lograron tumbar la reforma. En palabras de Juan Sebastián López, estudiante de Derecho y representante de la Universidad Externado en la MANE, “el mayor logro fue unir a varias organizaciones estudiantiles en un sólo movimiento para presentarle de manera conjunta propuestas concretas al gobierno”.
Y es en esta lucha de mediano plazo en donde las redes sociales han jugado el papel más importante. Siendo la MANE una unión de estudiantes sin recursos más allá de las ganas de cambiar la educación en Colombia, éstas han sido las protagonistas para que hoy, dos años después de caída la Reforma, los estudiantes se organicen, se reúnan y concreten las ideas que le quieren presentar al presidente Santos y a su mesa de Unidad Nacional. “Los nuevos medios es todo lo que tenemos, no dependemos de los medios tradicionales para tener visibilidad. Abrimos Twitter el 1 de Octubre de 2011 y a los dos meses ya teníamos 20000 seguidores. Hoy seguimos teniendo un muy buen manejo de redes con 37190 seguidores en Twitter y 79500 en Facebook” afirma López. “Lo bonito es que además de tener nuestro pequeño equipo de comunicaciones, el 80% del éxito se debe a la voluntad espontánea de los estudiantes que reproducen todas nuestras actividades en distintos lugares del país”.
Pero tanto López, como todos los miembros de la MANE tienen claro que las redes tienen más de sociales que de redes y que, por lo tanto, si no están conectadas con oportunidades sociales concretas, las probabilidades de éxito son muy bajas. “En las redes siempre hay causas excelentes pero si no están conectadas con expresiones sociales no van a tener acogida. Las redes se necesitan para acompañar una realidad por medio de activismo, creatividad y frases poderosas, pero no se puede ser ingenuo”[18].
La reforma a la justicia y la reelección del Procurador: Un éxito y un fracaso del activismo en redes
En el 2012 las redes sociales volvieron a ser protagonistas en Colombia, pero esta vez no sólo entre la gente joven, sino también, dentro de un sector más amplio de la sociedad que se opuso firmemente a dos acuerdos que se dieron entre los tres poderes públicos para beneficiarse entre sí y que indignaron a la ciudadanía. El primero fue la Reforma a la Justicia, una propuesta gubernamental (poder ejecutivo) que estaba siendo aprobada en el Congreso (poder legislativo), para transformar el sistema judicial colombiano (poder judicial). El segundo fue la reelección del Procurador General de la Nación que fue postulado por la Corte Suprema de Justicia (poder judicial), reelegido por el Congreso Nacional (poder legislativo) y apoyado en silencio por el Presidente Santos (poder ejecutivo).
Reforma a la justicia
La necesidad de la reforma a la justicia en Colombia no se puede negar. Los problemas estructurales que tiene el sistema judicial en el país, como lo son la congestión en los despachos judiciales, las dificultades de acceso, la impunidad y el clientelismo judicial, necesitan ser transformados con urgencia[19]. Sin embargo, la reforma presentada por iniciativa gubernamental en el 2012, más que responder a esta necesidad, buscó darle beneficios a quienes precisamente debían aceptarla. Y fue por esto que los colombianos, a través de las redes sociales, se movieron para frenar el proyecto.
La historia de la caída de la Reforma a la Justicia fue así. El gobierno de Juan Manuel Santos con el Ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, a la cabeza, presentó en el Congreso de la República un proyecto de reforma constitucional con el que buscaba “descongestionar los despachos judiciales, dotar a la justicia con más recursos, y eliminar algunas instituciones que ya estaban desgastadas (como el Consejo Superior de la Judicatura)”[20].
La reforma proponía, entre otras cosas, un cambio en la pérdida de investidura de los congresistas, en donde se les permitiría la segunda instancia en su investigación. Es decir, promovía diferenciar la etapa investigativa de la etapa decisoria, buscando que una entidad fuera la que los investigara y otra distinta la que los juzgara. Incluía también la suspensión de investidura, no sólo su pérdida, como nueva posibilidad de sanción. Así, se crearía proporcionalidad entre las penas, pues es claro que no es lo mismo un congresista que vota un proyecto de ley que no podía, a un congresista que tiene relación con un grupo armado ilegal. Ambas reformas eran razonables en la medida en que los congresistas iban a recibir un trato igual al de cualquier otro ciudadano.
Sin embargo, el posible abuso que se le podría dar a estos cambios, como otras propuestas que beneficiaban notablemente a los congresistas más que al sistema judicial en general, fueron las que empezaron a indignar a la gente. Por ejemplo, de acuerdo con el texto que se estaba debatiendo, sería el mismo Congreso el que decidiría las condiciones que llevarían a la pérdida de investidura, es decir, decidirían su propio castigo, con lo que era muy probable que al final, todos los casos terminaran en una simple suspensión.[21]
Por otro lado, se propuso que la Sala de Investigación de la Corte Suprema de Justicia que se encargaría de investigar a los congresistas, sería integrada por magistrados seleccionados por el Presidente, quien probablemente los escogería a partir de las preferencias de los mismos congresistas para poder mantener el apoyo del Congreso. Por lo tanto, el intercambio de favores primaría sobre la justicia. “[…] dado el origen político de esa sala (en el Gobierno y en sus mayorías en el Congreso) [era] muy probable que los legisladores termin[aran] escogiendo a sus propios acusadores, lo cual es una captura política de la justicia”[22].
Esto llevaría, además, a que investigaciones como las relacionadas con parapolítica, que involucraron tanto al ex Presidente Álvaro Uribe Vélez, como a varios congresistas, se quedaran en el tintero, pues si al Presidente no le interesa que una investigación avance (porque lo puede perjudicar), es muy probable que escoja “amigos” que la frenen.
Por último, la reforma eliminaba ‘la silla vacía’ como mecanismo para evitar que alguien que tiene relaciones con un grupo armado ilegal siga ejerciendo su cargo y también suprimía la detención preventiva para los congresistas. “Esto significa que, a diferencia de lo que aplica a los demás mortales, durante toda la etapa de investigación los congresistas no podrían ser detenidos aunque existan razones de peso para hacerlo”[23].
Todas estas reformas fueron aprobadas tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Sólo quedaba la consolidación de un único texto que debía ser aprobado por el Presidente para que la reforma quedara lista. Los congresistas tendrían de nuevo varios beneficios y las luchas que por años habían liderado los ciudadanos, como la de evitar el turismo parlamentario, se echarían para atrás.[24]Para su unificación se creó una comisión de conciliación, que incluyó un último ‘mico’ dentro del texto: le quitó la competencia al Fiscal General de la Nación para investigar a algunos aforados como los ministros. Esto se hizo sin la presencia del Ministro de Justicia, quien igual tuvo 10 horas para leer el texto final antes de pasárselo al Presidente.
Todas estas jugadas llevaron a que se impulsara una iniciativa ciudadana para tumbar la reforma. Con el hashtag #SeMueveLaContrareforma, iniciativa creada meses atrás para hacerle seguimiento a la propuesta gubernamental, varios ciudadanos empezaron a mover por Twitter y Facebook que la reforma buscaba modificar la Constitución del 91 en beneficio de unos pocos.[25] Y la propuesta se volvió Trending Topic en menos de 12 horas. El objetivo de este grupo no era quedarse únicamente en las redes, sino llegar a las urnas y tumbar toda la reforma. Según ellos lo peor del texto era “que no resuelve los problemas de fondo de la justicia que supuestamente dieron origen a la reforma: no resuelve la congestión, ni la mora en hacer justicia y tampoco ataca los problemas procesales”[26].
Para la tarde del 21 de Junio de 2012, solo algunas horas después de aprobada la reforma, el ruido ciudadano en las redes había sido tal, que por la noche ni los congresistas, ni el Presidente, ni nadie quería aceptar su responsabilidad y autoría en “ese adefesio de reforma”. Esa misma noche el Presidente Santos hizo una alocución presidencial, haciendo referencia a cuatro “micos” que, según él, habían sido incluidos por la comisión de conciliación. De los cuatro sólo el de la Fiscalía había sido introducido por la comisión, el resto (el parágrafo transitorio que extiende la doble instancia a todos los procesos contra congresistas, la suspensión de investidura y la eliminación del régimen de transición de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura) habían sido aprobados en los debates[27]. Esa noche el presidente Santos, le dedicó un “¡Esto es inaceptable para el país y para le gobierno!” a cada uno de los ‘micos’, se lavó las manos sobre su responsabilidad en la propuesta y se negó a firmarla.
Sin saber si esto era legal o no, se esperaba entonces que el Presidente del Congreso Juan Manuel Corzo promulgara la reforma, pero éste tampoco lo hizo. Ninguno quería cargar con el peso de promover algo “inaceptable”. Lo que siguió se dio en un abrir y cerrar de ojos. Dos días después de la decisión del Presidente se convocaron sesiones extras para votar por el hundimiento de la reforma, la Cámara y el Senado la hundieron, el Ministro de Justicia renunció y, a pesar de la notoria lavada de manos de todos los poderes públicos sobre su responsabilidad en el texto final, ganó la ciudadanía.
La reelección del Procurador
Por su lado la historia de la reelección del Procurador General de la Nación no tuvo el mismo final feliz. El movimiento ciudadano en redes sociales y en la opinión pública para evitarlo fue igual o mayor que el de la Reforma a la Justicia, pero esta vez los tres poderes públicos no sintieron vergüenza por lo que estaban haciendo y decidieron darle la espalda a los ciudadanos.
La indignación alrededor de la reelección del Procurador Alejandro Ordóñez se puede resumir en dos posiciones.
La primera estuvo representada por quienes han visto cómo las creencias religiosas del Procurador han estado por encima de su deber como funcionario público. En este punto se puede decir que la carrera judicial y política de Ordóñez ha sido conocida por sus posiciones conservadoras, religiosas y en muchos casos intolerantes hacia cualquier idea progresista. Por ejemplo es bien conocido su ataque a quienes defienden el aborto (que es legal en tres casos específicos en Colombia), la dosis mínima, los diálogos de paz con la guerrilla y los derechos de la población LGBTI. Dentro de esta vertiente se encontraron movimientos ciudadanos como #MatrimonioIgualitarioYA y ONG’s como Women’s Link que promovió la campaña #Procura, y todos quienes se opusieron a su reelección mostrando cómo el Procurador ha aprovechado su posición de poder para perseguir a quienes defienden estas posiciones.
El caso más conocido de su cruzada en contra de estas ideas es el trato que le dio a la inclusión del Misoprostol en el Plan Obligatorio de Salud. Esta es una pastilla abortiva que se utiliza para interrumpir el embarazo hasta el tercer mes y que ya está autorizada por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, hace más de dos años, en cabeza de la procuradora delegada Maria Eugenia Carreño, Ordóñez logró que ésta no fuera incluida en el POS, al manipular un documento de la OMS sobre sus beneficios y posibles efectos negativos.[28] Para Octubre de 2012, una tutela firmada por más de 2400 mujeres (y promovida por la ONG Women’s Link) en la que se pedía que la Procuraduría diera información veraz sobre este medicamento, fue fallada a favor por parte de la Corte Constitucional, lo que obligó a que Ilva Myriam Hoyos (Procuradora Delegada para la Mujer, la Infancia y la Juventud), Carreño y Ordóñez, rectificaran la información. Fue un gran triunfo para las mujeres, pero Ordóñez, en su discurso de rectificación logró evadir el tema, hacer campaña y “defender los valores familiares”[29]. Un mes después la Comisión de Regulación en Salud decidió incluir el Misoprostol en el POS[30].
La segunda posición estuvo encabezada por investigaciones periodísticas, sitios web de ciberactivismo (como Avaaz.com, y www.vozpublica.org), columnistas y ONG’s como DeJusticia, quienes demostraron que el problema con esta reelección iba más allá de su posición religiosa y sacaron a la luz todos los vicios de este proceso.
En general se mostró cómo el Procurador Ordóñez había estado utilizando su posición como vía para cambiar puestos por votos. Y el asunto no fue sólo de puestos, pues siendo la Procuraduría la máxima instancia en materia disciplinaria, también estaría negociando votos a cambio de evitar futuras investigaciones a congresistas.
Fue dentro de estas dos tendencias que empezó a crecer el movimiento ciudadano. Desde el mes de Septiembre, las redes sociales se llenaron de campañas y opiniones a favor y en contra de la reelección de Ordóñez como Procurador, pues aún sin saber quiénes serían los otros candidatos (ni siquiera Ordóñez estaba ternado), la mayoría del Congreso ya había anunciado que votaría por él. Una vez más, la llamada mesa de Unidad Nacional, estaba dejando por fuera la posición de muchos ciudadanos.
Desde el mes de Septiembre, las redes sociales se llenaron de campañas y opiniones a favor y en contra de la reelección de Ordóñez como Procurador, pues aún sin saber quiénes serían los otros candidatos (ni siquiera Ordóñez estaba ternado), la mayoría del Congreso ya había anunciado que votaría por él.
En Twitter se movieron Hashtags como #Procura, #RepeatAfterMe no al Procurador, #NoMásProcuradorOrdóñez y #ChaoProcuradorOrdoñez. También se crearon cuentas como @NoMasOrdonez_ con 2069 seguidores (que también tiene un blog donde comparte todas las noticias relacionadas con el Procurador), @ProcuraColombia con 4749 seguidores y @procurordenese. Por su lado el grupo de Facebook titulado “Colombia no tiene procurador” logró incluir a casi 4000 personas[31]. A su vez por el trasfondo religioso que representa este personaje en el país, también se movieron varias iniciativas apoyándolo. Entre éstas estuvieron @sialprocurador @colombiaderecha #TodosConOrdoñez y #NoMásRoa
Al principio, quienes se oponían a su reelección se inclinaron por pedirle al Presidente que no nominara a Ordóñez. Se conocieron campañas como la del portal de ciberactivismo www.vozpublica.org en la que cualquier ciudadano podía firmar una carta que más adelante sería entregada al Presidente, pero sucedió lo que nadie esperaba. Antes de que Santos lo nominara, la Corte Suprema de Justicia lo presentó como su candidato. Y Ordóñez se volvió invencible.
Ya no habría nadie quien lo vigilara, pues en su periodo anterior, como había sido el candidato del Consejo de Estado, era la Corte Suprema de Justicia la que estaba recibiendo las denuncias en su contra, pero si ahora era ésta la que lo nominaba ¿Quién estaría por encima de él si llegaba a ser reelegido?[32]
No obstante, la opinión pública no se quedó quieta. Había que demostrar que el asunto no era de laicos contra católicos. Era una lucha por la defensa de la democracia. La posible reelección de Ordóñez hizo que varios medios y ONG’s empezaran a destapar las acciones clientelistas del Procurador. En este caso, cabe rescatar la alianza entre el portal de periodismo independiente La Silla Vacía y la ong DeJusticia, que a través de un derecho de petición, preguntaron por los nombramientos que había hecho Ordóñez de 2009 a la fecha, para demostrar cómo varios de éstos respondían a fichas claves de congresistas en las regiones.[33] La idea de esta investigación era que los mismos usuarios del portal observaran la base de datos y, entre todos, dieran a conocer el universo de alianzas entre el Procurador con magistrados, congresistas y periodistas.
Este cruce de información mostró que Ordóñez había
“Nombrado amigos o familiares de senadores (que son los que lo elegirían), magistrados (que eran los que lo podían nominar), además de muchos conservadores (su partido) y santandereanos (su región de origen). [Se encontraron] amigos o familiares de 31 senadores y nueve ex senadores; 22 amigos y familiares de magistrados de las altas cortes, incluyendo de siete consejeros de Estado, de dos magistrados de la Corte Constitucional, de siete magistrados o ex magistrados de la Corte Suprema y de un ex magistrado del Consejo Superior de la Judicatura.
De los 240 funcionarios […], 53 son de Santander, y 40 de ellos trabajan o trabajaron en otros departamentos. En contraste, [con] 10 antioqueños (9 trabajando en Antioquia), 18 vallecaucanos (15 trabajando en el Valle), 14 atlanticenses (7 trabajando en el Atlántico), 11 boyacenses y 19 bogotanos.”[34]
Para el mes de Octubre se dieron a conocer los otros candidatos. Orlando Gallo sería el candidato del Consejo de Estado, mientras que Maria Mercedes López sería la del Presidente. Esta última anunció desde el principio que las elecciones a la Procuraduría no tenían garantías, pues mientras Ordóñez llevaba haciendo campaña desde Febrero de ese año, ellos tendrían menos de un mes.
Y todo esto hizo que el último mes estuviera lleno de ciberactivismo. Siguieron saliendo investigaciones periodísticas, se movieron otras campañas, ahora pidiéndole al Senado que no reeligiera al Procurador (como “No a la reelección”, #LaProcuraduríaParaLaCiudadanía) y varios columnistas como Ricardo Silva, Rudolf Hommes, Rodrigo Uprimny y Álvaro Forero, siguieron sacando a la luz los vicios de la reelección.
Toda esta información se movió en redes constantemente. Salieron críticas como que la misma reelección era ilegal, pues la Constitución dice que el Procurador “‘será elegido por el Senado para un período de cuatro años’, pero guarda silencio sobre la posibilidad de su reelección”, con lo que se asumió que sí era posible reelegirlo pero ¿realmente lo era?[35].También salieron a la luz 6 nombramientos denunciados por Jorge Eliécer Riaño, cabeza de uno de los sindicatos de la Procuraduría, que podrían enredar su reelección, pues Ordóñez “nombró a familiares de los magistrados que eventualmente lo podían ternar [cometiendo] una falta disciplinaria gravísima que daría para su destitución”[36]. Pero con esto volvió a salir la misma pregunta que aún hoy sigue rondando en la cabeza de todos ¿Quién es el encargado de controlar al Procurador?
Finalmente llegó el 27 de Noviembre día en que el Senado elegiría al nuevo Procurador General de la Nación. Pero ni siquiera ese día estuvo libre de escándalos. A pocas horas de la votación, la candidata María Mercedes López renunció a su nominación, denunciando que no había tenido garantías. Con la noticia, se empezó a mover que una terna de dos no era terna y que las elecciones debían ser aplazadas, pero el Congreso hizo caso omiso de la renuncia y siguió su agenda como estaba planeada.
Entrada la noche, el entonces Presidente del Senado, el senador Roy Barreras, dijo que a la mesa del Senado no había llegado ninguna renuncia y que “las ternas conformadas por la autoridad correspondiente no requieren de aceptación por parte de los postulados de ella”[37]. Además, Barreras no aceptó ninguna de las declaraciones de impedimento realizadas por 36 senadores que anunciaron que no podían votar por distintas razones (indagaciones preliminares, investigaciones disciplinarias en la Procuraduría, familiares en el Ministerio Público o investigaciones en entidades que posiblemente podrían pedir un concepto del Procurador)[38]. Una Comisión Accidental declaró que no había conflicto de intereses en ninguno de los casos, aunque claramente los había, y todos pudieron votar. Por su lado el Presidente Santos brilló por su ausencia. Al parecer no le importaba mucho qué pasara con su candidata. Tal vez él también quería que ganara Ordóñez.
Y a las 11:30 de la noche con 80 votos por Ordóñez, 5 por la magistrada ausente, 2 por Gallo y 6 en blanco, el Procurador fue reelegido, convirtiéndose en el funcionario público más poderoso del país. A pesar de demostrarse que Ordóñez entregó puestos a cuotas de senadores y magistrados, que nombró en la Procuraduría a familiares de magistrados que podían tener injerencia en su postulación, que ha utilizado los cargos de libre nombramiento y remoción como regla y no como excepción, que mintió públicamente para avanzar en su agenda religiosa, que ha aplicado sanciones diferentes en casos semejantes (dependiendo de las inclinaciones religiosas y/o políticas de los investigados), esta vez el ruido en las redes no pudo derrotar su gigantesco poder burocrático y la gran alianza que se creó entre los tres poderes públicos para obtener beneficios entre sí primó sobre la democracia. [39]
#MePongoLaRuana o cuando el campo y la ciudad se unieron en nombre de los campesinos
Y los campesinos se tomaron las redes sociales. Durante todo el 2013 hubo varias protestas en distintas partes del país (Catatumbo, Putumayo, Arauca, Huila, Sumapaz, Valle del Cauca, Boyacá) todas con el objetivo de mostrar que el crecimiento económico que celebra el gobierno tiene su otra cara. Pero fue hasta Agosto de ese año que las movilizaciones rurales tomaron carácter nacional. La razón: El presidente Santos negó su existencia.
Durante todo el año maiceros, cafeteros, arroceros, cacaoteros, lecheros, plataneros y paperos, se movilizaron para dar a conocer su descontento con las políticas económicas del gobierno. Políticas que no son nuevas. Colombia se ha caracterizado por tener políticas económicas neoliberales desde la década de los noventa. Sin embargo hay dos factores que han aumentado la percepción de que en el país el libre mercado está beneficiando a unos pocos y afectando a la mayoría, especialmente al sector agrícola. Por un lado están las recientes firmas de Tratados de Libre Comercio con países como Estados Unidos y Corea del Sur. El primero ha llevado a que se apliquen regulaciones en el campo colombiano que antes no existían. La resolución 970 del Instituto Colombiano Agropecuario, que sólo permite que se utilicen semillas certificadas en los cultivos, es un ejemplo de ello. El problema es que sólo el 8% de estas semillas son colombianas y su reutilización, práctica tradicional de los campesinos quienes escogen las mejores semillas de sus cosechas para volverlas a sembrar en el próximo ciclo, está prohibida. Así se ven obligados a comprar semillas constantemente y si no lo hacen pueden ser judicializados. [40]
Por otro lado, está la acelerada presencia de multinacionales mineras que buscan hacer de la economía extractiva el principal sector económico del país. Y en este contexto, quienes no estén en capacidad de mantenerse y competir (pequeños agricultores y campesinos) se quedan por fuera.
A todo esto, además, se le suma la debilidad de la política agraria colombiana desde hace más de 40 años. Los programas de asistencia técnica para pequeños productores que permitan una mayor productividad y un mejor manejo de la tierra, siguen siendo muy pocos. Los fertilizantes y pesticidas son cada vez más costosos y muchas veces han terminado por disminuir la productividad de la tierra. No se tiene un censo agrario desde la década de los setenta, y el sistema de derechos sobre la propiedad de la tierra en las zonas rurales sigue siendo uno de los mayores retos del país, y para muchos, la razón principal de la continuidad del conflicto armado en Colombia.
Todos estos problemas se unieron en un sólo discurso que permitió la consolidación de un movimiento nacional campesino que tuvo su primera protesta el 19 de Agosto de 2013 “‘Labriegos’ de Boyacá, raspachines del Catatumbo, cafeteros de Chinchiná y del Huila, paperos de Ventaquemada, cebolleros de Aquitania, lecheros de Ubaté, paneleros y cacaoteros de Santander, arroceros de Campoalegre y Hobo, Alverjeros de Sumapaz, maestros de toda Colombia, enfermeras y auxiliares de los hospitales de Kennedy y Soacha, camioneros de la Línea, estudiantes de las universidades públicas y privadas, cilantreros de Usme, indígenas de hoy y de siempre, afrodescendientes del Valle y del Cauca”[41], todos se movilizaron para dar cuenta de los problemas que está viviendo el campo colombiano.
Sin embargo, el éxito de la movilización no se debió únicamente a la alta participación y organización de distintos sectores. El manejo dado por el gobierno ayudó a potencializar su fuerza. Primero la decisión fue mantener el control y darle la menor trascendencia posible a las movilizaciones. La Policía y el Escuadrón Antidisturbios (ESMAD) hicieron presencia en los distintos focos de protesta con la intención de frenar las movilizaciones y así evitar cualquier tipo de negociación.
Pero una semana después las cosas no parecían cambiar. Los campesinos seguían en paro, ya se registraban 4 muertos y la opinión pública y los ciudadanos ya no lo estaban viendo como un conjunto de protestas aisladas, sino como algo que iba en serio. Y aquí fue cuando un pronunciamiento desesperado del presidente hizo que el paro agrario llegara a las ciudades, a las redes sociales y a unas dimensiones que ni él mismo esperaba.
El domingo 25 de Agosto, Santos decidió hacer presencia en Tunja, lugar donde se registraban las mayores movilizaciones y después de recorrer el territorio desde un helicóptero salió en televisión nacional diciendo: “El tal paro nacional agrario no existe”. Y con esto hizo que más ciudadanos salieran a las calles. Esa noche Tunja se llenó de ruanas ya no sólo vestidas por campesinos, sino también por ciudadanos indignados y ajenos al trabajo en el campo.
Pese a que esa misma noche el Presidente retiró sus palabras, el hecho de haber negado la movilización campesina llevó a que se moviera una campaña en redes sociales para solidarizarse con los campesinos y demostrarle al Presidente que los campesinos, el paro agrario y sus demandas sí existen. Bajo los hashtags #ParoPapero, #ParoAgrario #NoMas970 y #MePongoLaRuana, se promovió el uso de estos ponchos en las calles y en todas partes. La gente cambió su foto de perfil de Facebook y en su lugar decidió poner ruanas para movilizarse desde sus computadores. Por primera vez después de varios años, hubo una conexión entre las grandes ciudades y el campo olvidado.
El paro nacional duró 15 días más y estuvo atravesado por un cambio en el gabinete del gobierno nacional, entre ellos el Ministro de Agricultura. Tras llegar a un acuerdo entre las partes y fuertes declaraciones de que la movilización tenía infiltrados de la guerrilla (lugar común que, cierto o no, siempre termina por quitarle valor a las movilizaciones en el país), el balance hecho por varios analistas es el siguiente. Por un lado, el paro demostró que el miedo a la movilización social – duramente estigmatizada en un contexto de conflicto armado – ha disminuido. El conflicto sigue, pero un cambio en el discurso guerrerista de años anteriores sumado a los diálogos de paz en La Habana, le abrieron el espacio a una sociedad civil que también tiene demandas y quiere ser escuchada. El paro además le dio un principio de realidad al gobierno. Las cacerolas llevaron a que el presidente aceptara que había unas causas legítimas para la movilización y que éstas requieren de soluciones estructurales en el campo. Finalmente las movilizaciones permitieron sintonizar a la gente de las ciudades con los campesinos, en un país donde la brecha de desigualdad entre ambos mundos sigue siendo muy alta.[42]
Por un lado, el paro demostró que el miedo a la movilización social – duramente estigmatizada en un contexto de conflicto armado – ha disminuido. El conflicto sigue, pero un cambio en el discurso guerrerista de años anteriores sumado a los diálogos de paz en La Habana, le abrieron el espacio a una sociedad civil que también tiene demandas y quiere ser escuchada.
Y en esto último fue en lo que más ayudaron las redes sociales. El activismo en Internet logró debatir la idea de que el paro agrario era una protesta violenta, que por violenta, sólo merecía ser controlada por la Policía. También logró debatir el relato, tan presente en Colombia, de que detrás de toda movilización hay “terroristas” y “guerrilleros”.[43] Pero esto no sólo se logró con tweets de apoyo e indignación. Lo más valioso de la revolución de las ruanas es que logró sacar gente a la calle, gente de la ciudad que se puso la ruana, sin saber muy bien por qué, pero con la certeza de que los campesinos del país sí existen, que son quienes “nos dan de comer” y que por lo tanto tienen unas demandas claras que en un país agrario merecen ser escuchadas.
Algunas conclusiones sobre el ciberactivismo en Colombia
Si fuera por el activismo en redes, en Colombia ya se habría concretado una revolución. Sin embargo, la mayoría de las veces, al apagarse el computador se apaga el entusiasmo. Los cinco casos expuestos son de los pocos que han logrado desatar cambios y controversias y que han salido de la nube cibernética. Todos muestran que las redes sí pueden tener incidencia en el espacio político real y mover la agenda de los medios de comunicación, pero también han mostrado que el ruido por sí solo no es suficiente.
Por un lado la Ola Verde (2010) y la reelección del Procurador (2012) pueden verse como dos ejemplos del fracaso del ciberactivismo. El primero muestra cómo el apoyo político dado en las redes no se traduce directamente en votos. Demostró que para ganar no basta con ‘trinar’, pues para eso sigue siendo necesario salir a votar. El segundo muestra cómo los pactos entre poderes por beneficios burocráticos son y siguen siendo más grandes que el poder ciudadano. Por más que varios sectores de la sociedad civil (periodistas, académicos, mujeres, LGBTI y hasta sindicalistas) se movilizaran a través de las redes sociales para demostrar los abusos del Procurador, el acuerdo hecho entre los tres poderes públicos para reelegirlo y poder continuar con sus beneficios, fue más atractivo que el ruido en Twiter y Facebook. Tal vez ante la gran maquinaria burocrática del Procurador, se necesitaba una mayor movilización, e Internet no era suficiente. En ambos casos quedó pendiente salir más a la calle.
Por otro lado, las caídas de la Reforma a la Educación (2011) y de la Reforma a la Justicia (2012), así como el apoyo al Paro Nacional Agrario en las redes sociales (2013), pueden verse como éxitos del activismo ciudadano por Internet y por lo tanto dan una esperanza sobre las redes como herramientas de cambio social. En el primer caso, a pesar de que el mayor éxito del movimiento estudiantil estuvo en salir a la calle, cabe notar que las redes sociales funcionaron como plataformas para concretar reuniones, mover sus temas y mantener viva la agenda estudiantil en el mediano plazo. No en vano dos años después de las marchas, la MANE sigue siendo un actor político importante, que se mueve en todo el país y que busca presentar una propuesta de reforma a la educación antes de que se acabe el periodo presidencial de Santos.
En el caso de la Reforma a la Justicia, se puede decir que las redes tuvieron su papel protagónico. Para tumbarla nadie tuvo que salir a quejarse a las calles, bastó con difundir los ‘micos’ de la reforma en redes y más adelante en todos los medios de comunicación, para que el sentimiento de vergüenza entre quienes la habían aprobado fuera tan grande que decidieran tumbarla. Contrario al caso de la reelección del Procurador, parece que el costo político de apoyar una reforma con tan poca credibilidad, era más alto que los beneficios que traería aprobarla y fue eso lo que hizo que el movimiento cibernético tumbara la reforma.
Por último el apoyo simbólico dado al Paro Nacional Agrario a través las redes sociales permitió, después de varios años, acercar a los habitantes de las grandes ciudades con las problemáticas del campo. Fue por medio de ellas que se debatió la idea de que la protesta era una más en la larga lista de movilizaciones sociales, e hicieron que tanto campesinos como no campesinos, salieran a las calles a demostrar que el ‘tal paro nacional agrario’ sí existía y era legítimo. Tal como en el caso de la Reforma a la Educación, la mezcla entre calle y tecnología, tuvo los mejores resultados.
Los cinco casos muestran cómo la espontaneidad y la indignación en las redes sociales pueden aprovechar oportunidades concretas del contexto para cambiar decisiones políticas, pero toca estar pendientes de qué tan difícil es lograr un cambio en estas situaciones que indignan, pues entre más difícil sea, más necesario se vuelve salir de Internet y combinar la tecnología 2.0 con otras formas de movilización, algunas más tradicionales, pero que en un país como Colombia, siguen siendo efectivas.
Referencias
- Alocución presidencial del Presidente Juan Manuel Santos. (Junio 21 de 2012). http://www.youtube.com/watch?v=BtPtSAK9IGo
- “Reforma a la Justicia todos quedaron mal”. Revista Semana (23 de Junio de 2012). http://www.semana.com/nacion/articulo/reforma-justicia-todos-quedaron-mal/259994-3
- “’El partido verde ingresa a la Unidad Nacional a cambio de nada’: Santos”. Revista Semana (21 de Julio de 2011) http://www.semana.com/politica/articulo/el-partido-verde-ingresa-unidad-nacional-cambio-nada-santos/243363-3
- “Debate por reforma a la Ley de Educación Superior” Revista Semana Marzo 22 de 2011. http://www.semana.com/nacion/articulo/debate-reforma-ley-educacion-superior/237066-3
- “Se retira componente de inversión privada con ánimo de lucro del Proyecto de Reforma a la Educación Superior” Comunicado de Prensa Agosto 23 de 2011, Ministerio de Educación [en línea] http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/w3-article-280227.html
- Laura Ardila Arrieta “Ordóñez será reelegido, pero con su prestigio mermado” (Noviembre 27 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/ordonez-sera-reelegido-pero-con-su-prestigio-mermado-37630
- Carolina García Arbeláez “Amigos y enemigos del procurador se toman las redes sociales” (Septiembre 18 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/amigos-y-enemigos-del-procurador-se-toman-las-redes-sociales-36138
- Miguel García Villegas “La reforma política de la reforma a la justicia” (Mayo 6 de 2012) http://www.dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=sistema_judicial&publicacion=1201
- Miguel García Villegas “Reforma a la justicia” (Mayo 4 de 2012) http://www.dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=sistema_judicial&publicacion=1199
- Hernando Gómez Buendía. “El gobierno de Unidad Nacional: el comienzo y lo que sigue”. (Agosto de 2010) http://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/1116-el-gobierno-de-unidad-nacional-el-comienzo-y-lo-que-sigue-.html
- Maria Paula Hoyos y Omar Rincón “A Bogotá le encanta la independencia” revista Nueva Sociedad # 243 (Enero – Febrero de 2013) http://www.nuso.org/upload/articulos/3921_1.pdf
- Mario Hernández Álvarez, “Dos visiones de la educación superior” (Abril 24 de 2011) http://www.razonpublica.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1990%3Ala-reforma-santos-a-la-educacion-superior-dos-paradigmas-una-sola-sociedad&catid=167%3Aarticulos-recientes-&Itemid=347
- Laura Jaramillo “Mockus pasa a Santos surfiando sobre la Ola Verde” (Abril 26 de 2010) http://www.lasillavacia.com/historia/10907
- Juanita León y Margarita Martínez (2011) http://www.antanasway.com/thefilm.html
- Juanita León “La contrarreforma política el mico de la reforma a la justicia” (Abril 18 de 2012). http://www.lasillavacia.com/historia/la-contrarreforma-politica-el-mico-de-la-reforma-la-justicia-32730 Abril 18 de 2012
- Juanita León “La jugada desesperada de Santos” (Junio 22 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/la-jugada-desesperada-de-santos-34201
- Juanita León “La Procuraduría mintió para evitar la inclusión de abortivo en el POS” (Abril 7 de 2011) http://www.lasillavacia.com/historia/la-procuraduria-mintio-para-evitar-inclusion-de-abortivo-en-el-pos-23123
- Juanita León “El Procurador usa su rectificación para avanzar su cruzada contra el aborto” (Septiembre 19 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/el-procurador-usa-rectificacion-para-avanzar-su-cruzada-contra-el-aborto-36152
- Juanita León “Ordóñez invencible” (Noviembre 27 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/ordonez-invencible-37709
- Juan Esteban Lewin “Las cifras del poder del Procurador” (Septiembre 29 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/las-cifras-del-poder-del-procurador-36195
- Juan Esteban Lewin “Al autorizar el Misoprostol, la CRES le da otro golpe al Procurador” (Octubre 5 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/al-autorizar-el-misoprostol-la-cres-le-da-otro-golpe-al-procurador-36406
- Juan Esteban Lewin “La Silla empieza a armar el universo del Procurador” (Septiembre 30 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/los-nombres-del-poder-del-procurador-36293
- Juan Esteban Lewin y Dora Montero “Los seguros regionales para la reelección del Procurador” (Junio 7 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/los-seguros-regionales-para-la-reeleccion-del-procurador-33765
- Juan Esteban Lewin “Las fichas para la reelección del Procurador” (Noviembre 1 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/las-fichas-para-la-reeleccion-del-procurador-36860
- Juan Esteban Lewin “Los seis nombramientos que podrían enredar a Ordóñez” (Noviembre 20 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/los-seis-nombramientos-que-podrian-enredar-ordonez-37367
- Juan Sebastián López. Entrevista realizada el 29 de Julio de 2013.
- Margarita Martinez. Directora del documental Ola Verde (2010).
- Medófilo Medina “El paro nacional agrario: cuando el mundo del trabajo se levantó” (Septiembre 2 de 2013) http://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/7053-el-paro-nacional-agrario-cuando-el-mundo-del-trabajo-se-levanto.html?highlight=WyJwYXJvIiwiYWdyYXJpbyIsInBhcm8gYWdyYXJpbyJd
- Dora Montero “#SeMueveLaContrarreforma” (Junio 20 de 2012) http://www.lasillavacia.com/historia/semuevelacontrareforma-34149
- Armando Novoa García “Reelegir al Procurador un retroceso para la democracia” (Noviembre 18 de 2012). http://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/3418-reelegir-al-procurador-un-retroceso-para-la-democracia.html
- Camila Osorio Avendaño “Así es el ADN de la protesta estudiantil” (Noviembre 4 de 2011) http://www.lasillavacia.com/historia/asi-es-el-adn-de-la-protesta-estudiantil-29355
- Camila Osorio Avendaño “El poder de la calle: el talón de Aquiles de Santos” (Noviembre 12 de 2011) http://www.lasillavacia.com/historia/el-poder-de-la-calle-el-talon-de-aquiles-de-santos-29562
- Rosa Cristina Parra Lozano [blog] http://www.rosacris.co/2010/06/herramientas-digitales-y-la-ola-verde.html
- Omar Rincón, “Mucho ciberactivismo, pocos votos. Antanas Mockus y el Partido Verde colombiano” Revista Nueva Sociedad No. 235. (Septiembre – Octubre de 2011). http://www.nuso.org/upload/articulos/3798_1.pdf
- Omar Rincón “El nuevo rostro de las protestas sociales en Colombia: de los miedos a las esperanzas” (Septiembre 2 de 2013) http://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/7052-el-nuevo-rostro-de-las-protestas-sociales-en-colombia-de-los-miedos-a-las-esperanzas.html
- Marta Ruiz “Lo bueno, lo malo y lo feo del paro” (Agosto 31 de 2013) http://www.semana.com/opinion/articulo/lo-bueno-malo-feo-del-paro/356187-3
- Victoria Solano. Documental 9.70 http://www.youtube.com/watch?v=kZWAqS-El_g