Glosario de lo Común

Pilar Lizcano

Pilar Lizcano - Miembra del Centro de estudios abolicionistas para la liberación Animal CEA-LA - lizcanopi@gmail.com

Buenas tardes para todos y todas, mi nombre es Pilar Lizcano, como lo decía el compañero moderador, en horas de la mañana ya una compañera del colectivo que es Laura García hablo un poco sobre el trabajo que hacemos nosotros y nosotras que es el Centro de estudios abolicionistas para la liberación Animal CEA-LA. Es un proceso organizativo que viene caminando hace 6 años aproximadamente, que en sus inicios fue una confluencia de jóvenes que se encontraban en espacios musicales pensándose este tema de la liberación animal, problematizando estas relaciones que se tenían con las demás especies y rompiendo un poco ese esquema que nos han vendido desde siempre, que esa relación de muerte y consumo es normal. 
 
Como colectivo CEA-LA, decimos y rechazamos esas relaciones, y rechazamos el normalizar la muerte, rechazamos el normalizar que la explotación en función de la especie y también problematizamos un poco como ese supuesto que hay de que este sistema estructural que se nos ha impuesto es un sistema estructural que ya está acabado y terminado con todas las relaciones que están dentro del. Durante estos seis años de caminar, nos hemos dado cuenta que una forma de resistencia muy contundente es la reorganización, es encontrarnos con otros y otras y pensarnos cosas de manera conjunta, y sobre todo en la liberación animal porque muchas veces pensamos que la liberación animal se reduce en una disputa jurídica, una disputa que está dentro de la institución en una disputa que está en una movilización cada año en pro de los derechos de los animales no humanos, o en una disputa que está cada ocho días en frente de la plaza de toros La Santamaría, que anteriormente era la plaza de toros, y que ahí se agota la lucha por la liberación animal. Entonces como colectivo problematizamos eso y decimos no, es que la lucha por la liberación animal no se puede agotar en el activismo, de vernos cada año, de vernos cada quince días, de vernos cada mes, sino que es un frente de lucha que se debe proyectar a largo plazo, y disputarnos espacios dentro de la institución pero también dentro de los territorios. Por eso el colectivo CEA-LA entonces decide trabajar en la localidad de Bosa, es una proyección que veníamos ambicionando hace un tiempo de decir, bueno nosotras hacemos talleres para activistas, hacemos festivales anti-especistas, hacemos... estamos en las movilizaciones como apoyando y participando pero no tenemos un escenario real donde poder hablar con la gente sobre liberación animal, sobre feminismo, sobre educación popular, entonces decimos es necesario territorializarnos, es necesario encontrarnos con la gente y entonces decimos listo vamos a estar en Bosa a partir de unos talleres artísticos que la idea no es que se agoten en talleres artríticos en talleres artísticos en hacer un taller por hacer, sino que eso lleve a una reflexión profunda las relaciones entre nosotros y nosotras. 
 
Entonces ya sobre los ejes que se planteaba... que nos planteaban cuando nos hicieron la invitación, pues nosotras también reflexionamos un poco sobre lo problemático que puede ser hablar de estos ejes de manera separada, como si por un lado caminara la vida, por otro lado el territorio, por otro lado la resistencia y por otro lado la paz, y decíamos pues no, estos ejes en algún punto se encuentran y se articulan para poder llegar a una transformación real, porque nosotros no podemos hablar de unos territorios con paz si no tenemos en cuenta la vida, sino tenemos en cuenta la dignidad no solo de nosotros y nosotras como especie humana sino en todas las especies, porque también es necesario pensarnos que en los territorios confluyen más especies, sea en el territorio urbano-rural haciendo la caridad que nuestro colectivo trabaja solo en los aspectos urbanos, no nos encontramos solo... nosotras nos encontramos en el tejido juvenil en el tejido que exponía en la mesa anterior el compañero Sebastián Quiroga, y ahí nos encontramos con otros colectivos que también le camellan a la liberación animal que son Rod Coronado y el Colectivo Libres y Salvajes. Entonces de esa manera nos permite un poco tener una mirada más amplia y clara de cómo está esa situación de relacionarnos con las otras especies a nivel nacional, pero teniendo en cuenta que es a nivel urbano pues finalmente.
 
Entonces nosotras nos encontramos con estos colectivos haciendo también una reflexión constante sobre el escenario animalista que está actualmente en Bogotá, que creemos es un escenario animalista muy diverso, que la apuesta mucho a lo jurídico, que está muy metido en lo institucional, y eso lo podemos ver claramente con Petro y toda su política de protección y bienestar animal que ha venido desarrollando durante su gobierno, que es como "las corridas de toros ya no van, los circos ya no van"  y se cree que eso es el fin último de la lucha por la liberación animal en la ciudad porque creemos que esos son los temas que más vemos en la televisión, que más vemos en los periódicos, cuando un toro es asesinado o cuando un elefante es maltratado en el circo. Pero nosotras decimos hay otras formas en que nosotras desde nuestras prácticas cotidianas también violentamos a las otras especies, desde un plato de comida, desde las formas en que vestimos, desde las formas en que hablamos, decirle a otra persona animal ya se volvió una ofensa, y nosotras decimos pero por qué se vuelve una ofensa, pues porque en un punto donde nos separamos de la naturaleza de una manera muy preocupante, hay una brecha entre el humano y la naturaleza que creemos que es positiva porque entre más nos alejamos de la animalidad más nos añejamos de la naturaleza y estamos evolucionando más como especie humana, que en algún punto es una especie bastante egoísta que se cree con los derechos y la capacidad de poder explotar las otras especies por estar en un punto mayor de racionalidad. 
 
Como colectivo abolicionista por la liberación Animal, creemos que es muy importante el escenario del movimiento social y por eso decidimos darnos la disputa dentro del movimiento social. No desconocemos el movimiento animalista, creemos que han tenido ganancias, creemos que van avanzando, pero creemos que no es un espacio de incidencia política de disputa real como si lo es el movimiento social, eso como colectivo CEA-LA ha sido un reto muy grande para que no nos vean como un agregado, como "allá están los que hablan de los animalitos para protegerlos", sino que enserio pensarse la relación con las otras especies es también pensarse la relación con los medios de producción que están vigentes, porque ahorita la producción cárnica, la producción de lácteos, la producción de huevos, no es una producción que responda a las necesidades de la gente, es una producción que responde a las necesidades del sistema estructural impuesto.
 
También creemos muy importante, en esas formas de resistencia, estar pensando el relevo generacional y político dentro de las organizaciones, porque a nosotras no nos sirve de nada estar aquí hablando como los compañeros y las compañeras si esto no lo difundimos afuera para que las personas se vayan pensando estas cosas. Si no hay un relevo generacional y político esto se va a quedar trancado, y eso también limita un poco el tema transversal que ha sido el de la unidad. Y es que la unidad actualmente si bien es una necesidad también es una deuda histórica que tenemos con la lucha, si nosotras no nos pensamos una unidad real pues grave! seguimos luchando por un lado los animalistas, por otro lado los abolicionistas, por otro lado las feministas, pues esa unidad va a seguir siendo como un sueño y solo palabras que vamos a seguir diciendo en nuestros discursos. Y es muy importante la unidad sobre todo en este momento político, en donde el sistema neoliberal con toda su maquinaria está entrando de manera agresiva a nuestros territorios, y no tenemos una unidad solida para responder de manera agresiva a ese sistema, a decir "ey es que no pueden venir acá a tocar nuestros territorios como si fueran de su propiedad para explotarlos, dañar toda la fauna que hay, dañar toda la flora que hay" y se van muertos de la risa como si no pasara nada.
 
Para legar a esa unidad es muy necesario que las organizaciones, y como sujetos que pensamos la transformación, primero nos transformemos. Transformemos nuestras prácticas cotidianas, nuestras prácticas de ser con el otro y la otra, nuestras prácticas de hablar con el otro y la otra, para así poder bajarnos un poco de esos intereses, que yo siento que es algo que está ahí en eso de la unidad, que no nos permite avanzar y son unos intereses particulares que no permiten pensarnos con los demás y las demás en sus apuestas políticas. Es que la unidad no necesariamente debe ser "entonces ahora todos y todas vamos a ser socialistas, todos y todas vamos a ser animalistas y veganas, todos y todas vamos a ser feministas", sino que encontrar esos objetivos y esos puntos que nos pueden hacer encontrar, buscar escusas para encontrarnos, y poder avanzar en eso de tener un discurso o una forma clara de llegarle a las personas. Porque al fin y al cabo, acá podemos hablar de muchas cosas pero el fin últimos no es que nosotras aprendamos mucho y todo se quede en nosotras, sino el fin último es poder brindarle cosas alternativas y reales a las personas que está allí afuera, que viven de manera agresiva como todo la violencia simbólica y física que ha puesto el sistema sobre sus vidas. 

Entonces yo creo que esa es una de las particularidades de nuestro, y es decir que el veganismo, o sea rechazar toda explotación en función de la especie, no consumir animal de otra especie, no vestir con pieles de otra especie, ni usar ingredientes o cosméticos que tengan partes de otra especie... pues cambiar los hábitos. Nosotras problematizamos esa relación con las otras especies a partir de una discusión política, esto no se agota en algo ético o de dieta, como algo que "lo voy a hacer para sentirme bien conmigo", sino que esta atravesado por una discusión política y una discusión de transformación profunda. La discusión política es enserio, es entonces cómo el sistema sustenta que nosotros consumamos otras especies, pues porque es normal que tu mates una vaca para que te la comas, es normal que tu mates un cerdo para que te lo comas, pero entonces también es normal que entre niños y niñas en los colegios se violenten, también es normal que un niño diga "hoy voy a ir a pegarle a mi perro o mi gato porque mi papa también lo hace", o cuestiones así, son cosas que suceden. Yo actualmente estudio una licenciatura, pues como estoy en permanente relación con los niños y niñas, sobre todo de primera infancia, y es algo preocupante ver como ellos mismos van reproduciendo esas relaciones como de miedo pero también de poder y de explotación entre sus pares, entonces tu también ves en los salones como se van ejerciendo esos roles de el más fuerte tiene en la esquina al más débil y lo lastima y lo violenta de ciertas formas, pero también ese niño dice "si lo veo en la tele es normal, lo veo en como mi papa lo hace con mi mama", entonces ese niño después llega a su casa y es violento, entonces encuentra que castigar a su animal de compañía, las llamadas mascotas, es normal porque también lo veo en la tele, veo como matan a una vaca, veo como matan a un cerdo, pero eso no pasa por una reflexión profunda de que esas relaciones son impuestas, porque las relaciones con las naturaleza deben ser relaciones armónicas, deben ser relaciones que nos permitan tener una vida digna para todos y todas, porque el discurso de la vida no se puede agotar solo para las personas que están dentro de las luchas, dentro de las organizaciones, sino que debe ser un discurso amplio que incluya a todas la especies, que también incluya a los niños y niñas, porque es una realidad que este mundo es actualmente diseñado para adultos, para las personas que trabajan, para las personas que estudian, pero entonces dónde quedan los niños y las niñas, dónde quedan las otras especies, dónde quedan los abuelos y las abuelas, que es una población que muchas veces marginamos de todos nuestros espectros de lucha política. Pues desde el colectivo CEA-LA les hacemos la invitación a que pensemos esas relaciones, a que enserio problematicemos lo que consumimos, problematicemos la ropa que nos ponemos, de dónde viene y a qué intereses mayores responde esa explotación.

 

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