Occupy Wall Street

La hipertextualidad del poder

En este punto de referencia es imprescindible ahondar en la manera en la que el Estado consolida su poder en la era de la globalización. Contrario a la opinión general sobre la fragmentación del poder estatal, Aretxaga (2003) menciona que el Estado despliega estrategias que mantienen su presencia e influencia en los procesos sociales. El poder del estado no se ha disminuido, es mucho más complejo puesto que el ejercicio del poder toma lugar en canales ambiguos y difusos; por ejemplo mediante discursos y normas. De ahí que, si bien en el mundo globalizado los medios de comunicación adquieren un rol importante en la organización de manifestaciones y protestas, el Estado hace igualmente presencia en el ciberespacio. El control de la información con el fin de negar, manipular y desmantelar acciones políticas contra el Estado es asumido por los gobiernos como estrategias de manejo y manipulación de la información con fines políticos. Al respecto, Micah White ( co-autor de OWS) mencionó que esta vigilancia constante en el ciberespacio limita el alcance del movimiento;  sólo con el componente de anunciar fechas, horas y lugares de la protesta se propulsaba la posibilidad de tener presencia inmediata de agentes del Estado. Esto demuestra la doble vía de uso del poder del ciberespacio: 1) como  un nodo del cual emergen movilizaciones sociales y, paralelamente, 2) el Estado hace uso para demostrar su control y autoridad sobre la sociedad civil.

En la era global el poder debe ser entendido como un objeto de estudio que es móvil, difuso y ambiguo. De ahí que en este texto se hable de la hipertextualidad del poder como un concepto que logra reunir las dinámicas mediante las cuales circula, se difunde y se instaura el poder en el mundo contemporáneo. En el ciberespacio se crea una manera particular de encuentro entre personas provenientes de distintos lugares del mundo con ideales e ideologías similares, además se configura un nuevo mecanismo de acción política luego que la gente articula nuevas nociones y prácticas de poder. Siguiendo a Vlavo (2012), el ciberespacio no está en ningún momento libre de control puesto que el internet es dependiente de las estructuras políticas y económicas vigentes. 


Réplicas de este tipo aparecen constantemente en la página oficial del movimiento. Aunque la organización de OWS se caracterizó por ser descentralizada y horizontal, se crearon múltiples formas de ejercer acción política desde distintos puntos de vista. La carencia de líderes produjo un ambiente de discusión política con diversas posiciones sobre las estrategias a seguir en términos programáticos del movimiento. La acción política tomó forma a manera de discordias y propuestas que podían estar en lados opuestos de la balanza, así algunos abogaban por una protesta exclusivamente pacífica mientras otros sostenían que la única manera de establecer un nuevo orden mundial sería mediante el uso de la violencia sin importar las instancias a las que debieran llegar.

Por otro lado, para los integrantes de OWS el uso de las redes sociales fue leído como una estrategia de liberación para la puesta en marcha de la verdadera democracia. El ciberespacio podría llegar a ser un espacio fértil para la expansión de la democracia en el mundo, en cuyo centro se encontraría la discordia radical y la escucha de una multiplicidad de voces puestas en diálogo sin jerarquía alguna. En cierta medida esto tuvo cabida durante el despegue del movimiento, no obstante el gran obstáculo fue la plataforma misma de acción social. Si bien las redes sociales, en este caso Facebook, lograron convocar una cantidad considerable de miembros activos en el universo virtual, (las publicaciones, comentarios y me gusta circulaban intensamente en el ciberespacio) una parte considerable de los miembros se limitaron a protestar virtualmente; lo que repercutió en la fuerza del movimiento después de algunas semanas de su lanzamiento. Así como lo menciona Micah White, la gente prefirió protestar desde sus computadores a movilizarse a los lugares de encuentro en las ciudades, lo que nos permite afirmar que este punto podría ser una de las limitaciones para la protesta en el mundo contemporáneo. A partir de esta práctica emergente de acción política se configuran nuevas formas de ciudadania en la globalización en tanto que los movimientos sociales incluyen la participación virtual y la negociación de acciones en las redes sociales.

 

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