Imágenes del cuerpo/ Corporal Images: La imagen fotográfica y las significaciones culturales del cuerpo

Una mirada a los conceptos de género, poder, y representación social a través de la moda y la vestimenta

La moda es al cuerpo lo que la arquitectura es al espacio. Es un dominio clave para la comprensión de los cuerpos y la construcción del género y la sexualidad.


La vestimenta y la moda crean sistemas que definen la sociedad y sus individuos. A través de la historia se puede observar como la vestimenta y la moda han creado dinámicas que distinguen y dividen a las personas en clases sociales, en términos raciales, y determinados valores socio-culturales. Así como el artista Dominique González-Foerster y Paul B. Preciado sostienen, “La piel nos hace imaginar el cuerpo del otro. La ropa produce el mismo efecto. Es una segunda capa de la piel que participa en la construcción política y social de la diferencia, ya sea sexo, clase, raza, edad, etc.[1]” Por lo tanto la vestimenta y la moda son capas exteriores de nuestro ser que representan nuestra identidad al mundo alrededor de nosotros. Por este hecho, la vestimenta y la moda son herramientas de expresión, y como el lenguaje, pueden llegar a representar los valores de una persona y la identidad personal. Pero, así como el lenguaje necesita de la gramática, de reglas de sintaxis, y estructuras para poder comunicar su mensaje. La vestimenta y la moda también siguen ciertas reglas que han sido impuestas por la sociedad, entidades en poder, y la percepción de las personas.  

Así como las reglas del lenguaje han sido impuestas a través de un sistema educacional riguroso decidido por expertos del lenguaje o la por una entidad gobernante. La vestimenta y la moda también han sufrido de una interpretación sistemática y educacional que dicta la manera correcta de utilizar la ropa, como usar accesorios, las características masculinas y femeninas, que es una vestimenta adecuada, y quien puede utilizar productos como el maquillaje. Por lo tanto, uno de los aspectos básicos sobre moda y vestimenta es su capacidad de estar en todas partes y ser parte fundamental de nuestra sociedad. Por ejemplo, eventos de moda como la semana de la moda en Milán, pueden ser centrados en la clase alta y rica, pero de manera más ordinaria, la vestimenta que utilizamos en el día a día también incorpora aspectos de la clase alta o aspiran en tener ciertas características de alta moda. Consecuentemente, como Joanne Finkelstein observa "La moda es un poder disciplinario que nos obliga a moldear y transformar nuestros cuerpos: 'la moda es colectiva, sistematizada y prescriptiva'".[2] Dicha perspectiva considera las exigencias que las reglas de la moda y la vestimenta les imponen a nuestros cuerpos. Esta realidad se puede ver como una forma de poder y control social que la moda y la vestimenta tienen en el cuerpo de las personas. Así que se podría decir que la moda y la vestimenta son herramientas de control que influencia la percepción de una persona y su identidad.

Regresando a la idea del poder disciplinario, Michel Foucault utiliza la idea de “Biopolíticas” para analizar conductas sociales que promuevan prácticas corporales específicas. En su libro, “Discipline and Punish” Foucault explora cómo las instituciones han creado conocimientos actuando directamente sobre el cuerpo. El argumenta que la disciplina crea ciertos tipos de individuos, y utiliza la imagen del panóptico para discutir sobre las características circulares del poder, una metáfora que conlleva el hecho de ser observado y observar a los otros. Consecuentemente, el panóptico ofrece un modelo útil para comprender el mecanismo por el cual las imágenes idealizadas de las mujeres y los hombres en las revistas de moda y en las pasarelas pueden dar lugar a mensajes de estándares sociales de belleza, de estado social, y de riqueza que las personas tendrían que aspirar a tener y respetar para no ser excluidos o vistos como divergentes por la sociedad. Por lo tanto, la visión de Foucault sobre las dinámicas de poder como algo que esta presenten en nuestra vida diaria, se puede decir que va de mano a mano con nuestros hábitos de vestimenta y moda. Ya que las dinámicas sociales que se crean de los estándares sociales, revistas de moda, y conceptos de estatus social influencian nuestras decisiones de como vestirnos, que ropa comprar, como vemos las tendencias de moda, y como entendemos a las personas atreves de sus vestimentas.

Así que bajo esta visión de poder con la cual Foucault analiza la sociedad podemos observar que la industria de la moda y el cómo nos vestimos en nuestro día a día tienen reglas y expectativas que separan la población desde un ámbito de clase social a hasta temáticas de género. Por ejemplo, la distinción de colores masculinos y femeninos, vestimentas que son solo para mujer o hombre, y cualidades de la ropa como tela, costo, o marca que separan la población en clases sociales y económicas. Estas reglas y concepto de poder exponen las construcciones culturales y sociales de feminidad y masculinidad y la influencia del patriarcado. Una de estas imposiciones sociales sobre la vestimenta puede ser el moldeó el cuerpo de la mujer a través del uso de corsé, el uso de maquillaje, dieta, y uso de cirugías para mejorar sus apariencias para alcanzar los estándares de feminidad y belleza impuestos por la sociedad. El control e imposiciones sociales también se aplican a hombres a través de los conceptos de masculinidad, como entrenarse apuntando a la musculatura, el utilizar ropa de hombre como trajes o uniformes, el no usar ropa de “colores femeninos”, el no usar maquillaje o accesorios “femeninos.” Por lo tanto, todas las reglas y las imposiciones alrededor de vestimenta y la industria de la moda reflejan el control institucional sobre las personas.

En conclusión, las teorías de Foucault sobre el poder y el control social demuestran que la industria de la ropa ha creado e impuesto estándares sociopolíticos y de belleza que grandemente afecta y definen la vida diaria de las personas. Para Foucault el conocimiento y el poder son inseparables, por lo tanto, conocer el control social que la industria de la ropa tiene sobre nosotros puede provocar la resistencia de grupos que no comparten los mismos valores de la sociedad mayoritaria. Así que al ser una forma de expresión, el mensaje que la moda y la vestimenta trasmiten puede ser utilizado como un vínculo para ir en contra de los estándares sociales y tratar de cambiar las imposiciones sobre nuestros cuerpos. Por lo tanto, la moda y la vestimenta pueden ser un lenguaje de resistencia, activismo, y negociación. En consecuencia, un creciente debate sobre la moda, la ropa, la feminidad y la masculinidad puede llevar a un cambio en los estándares sociales y sus imposiciones en el cuerpo y su apariencia.
 
[1] Dangerfield, Micha Barban. ‘‘Entrevista con Paul B. Preciado”
[2] Rocamora, Agnès; Anneke Smelik. “Thinking through Fashion: A Guide to Key Theorists.” First edition., I.B. Tauris, 2019

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