Oil Spill
1 media/IMG_3650_thumb.jpg 2019-10-04T08:18:36-07:00 KAIROS: Canadian Ecumenical Justice Initiatives bf0534f5d1fda18d906115c08e7036b11e814a85 34927 1 Photo of oil barrel spilling onto water source plain 2019-10-04T08:18:38-07:00 KAIROS: Canadian Ecumenical Justice Initiatives bf0534f5d1fda18d906115c08e7036b11e814a85This page is referenced by:
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TABLE OF CONTENTS
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Gendered Impacts of Resource Extraction
Corporate Accountability
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Corporate Accountability
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For nearly four decades, financial speculation, free trade agreements entwined with state-sanctioned deregulation, promotion of consumption as a national economic driver, and the simultaneous shift towards planned obsolescence as production strategy—all driven by transnational corporations’ incessant thirst for higher and higher profit margins and general state disinvestment from its social responsibilities—have exacerbated the scope and scale of resource extraction across the globe.
Complicating matters, world financial institutions, such as the International Monetary Fund (IMF) and the World Bank (WB), began advocating for “developing countries” to implement national economic policies based on a set of principles dubbed the “Washington Consensus.” These principles prioritized macroeconomics that loosened international trade barriers and lowered the amount of money states spent on social services. Countries deemed “developing” were required to implement this latest iteration of capitalism, neoliberalism, through conditional loaning policies. Without the adoption of structural adjustment programs designed with neoliberal ideals in mind, countries could not obtain international loans. The adoption of neoliberalism effectively opened borders to transnational large-scale resource extraction, now understood to be one of the premier drivers for national economic development.
There is no better country that epitomizes this latest enactment of capitalism than Canada. According to the Government of Canada, more than half of the world’s mining companies are headquartered in Canada. Tax incentives and federal regulation make Canada an enticing base for corporations seeking to establish mining operations not just nationally but also internationally.
Unfortunately, Canada’s global prowess in the extractive sector is also tied to human rights and environmental violations and their impunity, a reality that is compounded by the fact that, globally, projects are typically found on or near Indigenous communities. Too commonly, extractive projects provoke spills, contamination of fresh water sources, and destruction of habitats. Indigenous communities who have the right to be involved in decision-making spaces regarding megaprojects are criminalized, harassed, or physically attacked when they demand to be consulted, reject a project through democratic processes, or call attention to the negative impacts of resource extraction. Local law enforcement and private security personnel linked to the extractive sector or their subsidiaries are routinely hired to diffuse conflicts over land and water.
At the same time, globally, there has been an alarming rise in the number of human rights defenders killed. According to Frontline Defenders, more than 300 defenders were killed across the globe in 2018; seventy-seven percent of defenders killed were targeted for their work protecting their collective rights and the environment, and Colombia, Mexico, and the Philippines, where KAIROS partners with grassroots organizations, account for about 66 % of those reported killings.
It is imperative that the Government of Canada actively work towards legislation and regulation to hold the Canadian private sector accountable when it does not abide by local, national, and international human rights and environmental laws when operating abroad, either directly or through subsidiaries. To accomplish this, the Government of Canada must:- grant an independent ombudsperson complete investigatory power;
- enact legislation that requires Canadian agencies and crown corporations to undertake due diligence in a manner that is transparent and does not obscure outcomes;
- and not finance, insure, or support companies that have been found to be involved in environmental and human rights abuses in their business operations.
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Responsabilidad Corporativa
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Durante casi cuatro décadas, la especulación financiera, los acuerdos de libre comercio entrelazados con la desregulación sancionada por el estado, la promoción del consumo como motor económico nacional y el cambio simultáneo hacia la obsolescencia planificada como estrategia de producción, todo impulsado por la incesante sed de las corporaciones transnacionales por un nivel cada vez mayor de ganancias y la desinversión estatal general de sus responsabilidades sociales han exacerbado el alcance y la escala del extractivismo por todo el mundo.
Para complicar las cosas, las instituciones financieras mundiales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), comenzaron a abogar para que los "países en desarrollo" implementen políticas económicas nacionales basadas en un conjunto de principios denominados "el Consenso de Washington." Estos principios priorizaron la macroeconomía que aflojó las barreras al comercio internacional y redujo la cantidad de dinero que los estados gastan en servicios sociales. Los países considerados "en desarrollo" han debido implementar esta última iteración del capitalismo, el neoliberalismo, a través de estas políticas de préstamo. Sin la adopción de programas de ajuste estructural diseñados con ideales neoliberales en mente, los países no han podido obtener préstamos internacionales. La adopción del neoliberalismo abrió efectivamente las fronteras al extractivismo, como practica transnacional, ahora entendida como uno de los principales impulsores del desarrollo económico nacional.
No hay mejor país que personifique esta última versión del capitalismo que Canadá. Según el Gobierno de Canadá, más de la mitad de las empresas mineras del mundo tienen su sede en Canadá. Los estímulos fiscales y regulaciones federales hacen de Canadá una base atractiva para las corporaciones que buscan establecer operaciones mineras no solo a nivel nacional sino también internacional.
Desafortunadamente, el poder global de Canadá en el sector extractivo también está vinculado a las violaciones de los derechos humanos y ambientales y su impunidad, una realidad que se ve agravada por el hecho de que, a nivel mundial, los proyectos generalmente se encuentran en o cerca de las comunidades indígenas. Con demasiada frecuencia, los proyectos extractivos provocan derrames, contaminación de fuentes de agua fresca y destrucción de hábitats. Las comunidades indígenas que tienen derecho a participar en los espacios de toma de decisiones con respecto a los megaproyectos son criminalizadas, hostigadas o atacadas físicamente cuando exigen ser consultadas, rechazan un proyecto a través de procesos democráticos o llaman la atención sobre los impactos negativos del extractivismo. La policía local y el personal de seguridad privada vinculados al sector extractivo, ya sea una empresa patriz o sus subsidiarias, son contratados de manera rutinaria para difundir conflictos sobre el territorio.
Al mismo tiempo, a nivel mundial, ha habido un aumento alarmante en el número de defensorxs de los derechos humanos asesinadxs. Según Frontline Defenders, más de 300 defensorxs fueron asesinadxs en todo el mundo en 2018. Setenta y siete por ciento de los defensorxs asesinadxs fueron atacadxs por su trabajo protegiendo sus derechos colectivos y el medio ambiente, y Colombia, México y las Filipinas, donde KAIROS tiene alianzas con organizaciones de base, representan aproximadamente el 66% de los asesinatos denunciados.
Es imperativo que el Gobierno de Canadá trabaje activamente para establecer una legislación y regulación que responsabilice al sector privado canadiense cuando no cumpla con las leyes locales, nacionales e internacionales de derechos humanos y ambientales cuando opere en el extranjero, ya sea directamente o a través de subsidiarias. Para lograr esto, el Gobierno de Canadá debe:- otorgar a una Defensoría independiente el poder de investigación completo,
- promulgar legislación que requiera que las agencias canadienses y las corporaciones de la corona emprendan la debida diligencia de manera transparente y que no oscurezca los resultados,
- y no financiar, asegurar o apoyar a las empresas que han sido encontradas de haber sido involucradas en abusos ambientales y de derechos humanos en sus operaciones comerciales.