La crónica “El vendecositas” forma parte del libro Imágenes paceñas, escrito en 1979 por el reconocido escritor boliviano Jaime Sáenz. Es la crónica que mejor ejemplifica un tipo de ser y habitar La Paz, al retratar un tipo de vendedor popular en la vida paceña. Se destaca por la heterogeneidad de los objetos colecciona, traslada e intercambia. Así este personaje expresa la idea de fragmentación del espacio urbano andino. El modo en que en esta crónica se enumeran los objetos del vendecositas remite a una colección de cosas dispersas en miniatura. Las cosas mencionadas en esta lista están relacionadas con el trabajo manual, como la carpintería, albañilería, gasfitería, cerrajería, que son parte de una economía pre-capitalista. Estos, que son comprendidos como oficios artesanales, manuales y mecánicos, se implementan desde el uso de técnicas que se adquieren con la práctica. Así, las herramientas mismas de las que hacen uso son reutilizadas y responden a múltiples propósitos. Sirven para diversas labores manuales, que exigen un conocimiento minucioso de lo doméstico. El vendecositas, cuya labor forma parte de los oficios técnicos, es un reciclador. Por su modo de disponer las cositas, las restaura, preservando su “espíritu y esencia”. Así, este personaje responde a una cultura de mercado alternativa a la mercantilista. Esta cultura se basa en el regateo, que es la base de la negociación en torno al cual se “hace mercado”.
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