Hilda Ferrada
Hilda Ferrada nació en 1913 y creció en Santiago, Chile. De joven se convirtió en monja y la enviaron a Francia. Donde fue la Madre Superior de un pequeño convento. Durante la Guerra Civil Española miles de españoles republicanos huyeron hacia Francia. Aunque le advirtieron a Hilda sobre apoyar a “Los Rojos” ella abrió las puertas de su convento a los refugiados. Las experiencias de injusticia sufridas por los refugiados le cambio la vida.
Hilda regreso a Chile, esta vez sin el habito. Se casó, crió a dos niñas y dedicó su vida a la enseñanza. Un grupo de sus
estudiantes fueron capturados y arrestados durante el golpe de estado de 1973 y la represión que le siguió.
Una de las hijas de Hilda vivía en San Francisco, a donde ella se mudo a mediados de la década de 1970, durante la peor represión de la dictadura de Chile. Tan pronto llego al área de la bahía de San Francisco, Hilda se convirtió en un participante activa del movimiento de solidaridad con Chile y con otras campañas sobre los derechos humanos de
prisioneros políticos. Hilda prohijó, mentó y fue una guía para un sin número de refugiados chilenos del área de la
bahía.
Por su larga trayectoria como maestra, Hilda estaba interesada en los niñas y niños de los refugiados chilenos. En los grupos de solidaridad, Hilda formo los grupos llamados “Los Pioneros” donde ella y otros enseñaron a los niños y niñas la cultura de Chile.
Señora Hilda, como todos la llamaban, fue voluntaria en La Peña durante el principio. Ella ayudó con la organización de eventos culturales y enseñó español. Hilda era elemento importante en el movimiento de solidaridad, no solamente de Chile, pero también de Nicaragua, y El Salvador. Ella fue la co-anfitriona de un programa semanal sobre Latino América en la estación regional KPOO.
Hilda tenía una pasión por el lenguaje y la poesía. Sus poesía refleja su dedicación a la justicia social, un ejemplo de tal dedicación son estos versos.
“Y el rumor de fronda
ya no será un murmullo en el viento;
La Libertad de los Mil días renacerá,
“Las alamedas verán pasar otra vez
a los hombres libres”
como Allende soño.
Y…
Haremos una gran ronda
para frenar la Injusticia, el Odio y la Ambición.
Y seremos, contigo, Toqui, un hermoso Arauco
no domado.
para siempre jamás.
Hilda Ferrada, Presente!
Hilda Ferrada was born in 1913 and raised in Santiago, Chile. As a young adult, she became a nun and was sent to France. There she served as Mother Superior in a small convent. It was during the Spanish Civil War when thousands of Republican Spaniards fled to France. Although she was warned against supporting the “Reds”, she opened the doors of her convent to the refugees. Witnessing the injustice of their suffering changed the direction
of her life.
Hilda later returned to Chile, this time as a lay person. She married and raised two daughters, dedicating her life to teaching. Some of her former students were arrested and detained in the military coup in Chile in 1973 and its subsequent repression.
With one of her daughters now living in San Francisco, Hilda moved to join her in the mid 1970’s amidst the worst repression under the dictatorship in Chile. Upon arrival to the Bay Area, she immediately became active in solidarity work for Chile and in various human rights campaigns on behalf of disappeared political prisoners. She mothered, mentored and served as a role model to countless Chilean refugees in the Bay Area.
Because of her long career as a teacher, Hilda was especially interested in the children of the Chilean refugees. In solidarity groups, she formed groups of ‘Los Pioneros’, where she and others would teach the children about Chile and its culture.
Sra. Hilda, as everyone called her, volunteered much time at La Peña in its early years. She helped organize cultural events and also taught Spanish classes. Hilda was a strong presence in Latin American solidarity work, not only for Chile, but also for the struggles in Nicaragua and El Salvador. She co-hosted a weekly program on Latin America on KPOO, a local radio station.
Hilda had an intense passion for language and poetry. Her poems reflected her dedication to social justice…such as these lines from one of her poems.
“Y el rumor de fronda
ya no será un murmullo en el viento;
La Libertad de los Mil días renacerá,
“Las alamedas verán pasar otra vez
a los hombres libres”
como Allende soño.
Y…
Haremos una gran ronda
para frenar la Injusticia, el Odio y la Ambición.
Y seremos, contigo, Toqui, un hermoso Arauco
no domado.
para siempre jamás.
Hilda Ferrada, Presente!
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